LA PLAZA DEL FRESCO
LA HOGUERA DE SAN JUAN
Cuando estés leyendo esto ya se
habrán celebrado las hogueras de San Juan de este año.
Parece que por primera vez se
incorporan al programa de fiestas como pórtico de la gloria y de la juerga.
Así debe ser; las fiestas de San
Pedro deben empezar con la hoguera de San Juan.
Y acabar en San Pedro, salvo que
éste caiga en viernes o sábado en cuyo caso es lógico prolongarlas hasta el
domingo.
La locura de algunos años de
tener diez días de fiestas que no lo eran (una charambita no hace cocido) había
que terminarla.
Ahora bien, y volviendo con la
hoguera, esta debe convertirse en un acto abracadabrante: a esas hogueras (no
era malo que compitieran los barrios organizando cada uno la suya) habría que
arrojar todo lo que se pudiera y quisiera.
Pero fundamentalmente debe ser el
día de los estudiantes y ellos y ellas deberían ir a esas hogueras a darles
fuelle alimentándolas con los libros de las asignaturas que han aprobado, si es
que son malos como suelen serlo.
Sabemos que en estos momentos hay
gentes rasgándose las vestiduras por lo que han leído; pero eso es lo bueno. La
Hoguera de San Juan debe ser purificadora y no hay nada más liberador que hacer
lo prohibido: “quemar un libro”.
No sería por prohibición del
mismo, sería por liberación del lector. Acabó el curso, empieza la libertad.
Las hogueras de San Juan deben de ser los puntos limpios
de la memez.
Publicado en La Voz de Zamora el año 2009
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