LACÓN
CON GRELOS
Si lo atractivo de
Galicia es el paisaje, la costa con sus playas de arena fina, la posibilidad de
excursionear (en coche, bici, barco, tren e incluso a pie), las ricas comidas y
su mayor exponente, el marisco, parece que con la marea negra se va a ver
mutilada su oferta, en esto último seguro, y tal vez también en lo de las
playas.
Va a ser difícil, por
lo que se ve venir (chapapote sin fin) que la gente repita estancias de varios
días junto al mar.
Ante esto conviene
que se recuerde que hay formas de ayudar también sin sacrificio (ayudas estas
que son las que a la larga mas ayudan, porque quien no se sacrifica nunca pasa
factura, ni tarde ni pronto).
Véase como los
voluntarios de estos días confiesan su "sarna con gusto no pica", o
lo que es lo mismo, su desinteresada aportación.
Puestos a ampliar el
campo de ayudas, en la línea descrita, no hay que olvidar que allí se sigue
comiendo de ensueño, bastando como ejemplo que ustedes prueben el lacón con grelos, amén de otros
manjares, no marinos, entre los que hay postres de pecado.
Tampoco hay que
dejar en saco roto que un viajecito por allí (se elija lo que se elija se
acierta) para ver cómo han quedado las rocas pintadas de negro, también puede
ayudar.
Anímense a ese
viaje. Por cierto esas rocas de luto, ahora podemos verlas como las piedras que
iba dejando pulgarcito para no perderse en el bosque, aunque esta vez
entendiendo, los humanos, que esas
piedras nos marcan el camino por el que no hay que ir si no queremos que el desastre
del desarrollo por el desarrollo, el negocio por el negocio, y el dinero por el
dinero para volver a empezar. en un tiovivo enloquecido, nos lleve a un
desastre que allí ya saben lo que es.
Lo de Galicia es el
avance de una película que vamos a vivir todos poco a poco.
Nos cuentan que es
la mafia, la madre de todos los males. Que esto ha pasado por culpa de esos
hombres sin escrúpulos.
Que si no estaríamos
en el mejor de los mundos. Pero no son la mafias las culpables, es la ley del dinero
(cuanto más mejor y ni todo el oro del mundo es suficiente, para vivir con una
cierta seguridad).
Eso es lo que se
respira en el ambiente, y así surgen las mafias, que no son más que gentes que
buscan un atajo, que no es la lotería, para enriquecerse sin límite.
Porque no solo la
mafia usa barcos viejos para obtener mayor margen de beneficio. Recuerden también
la mafia de las pateras, aprovechando una ley que impide la libre circulación
de personas (cuando la de capital ya existe casi).
Recuerden la presa
de Anarcoyen y la mafia que se cargó Doñana. No se les pase por alto lo de las
vacas locas y ese mafioso asunto. Por no hablar de los mafiosos de la cola o
del metílico, o del puente o presa que se hunde por mala construcción, o la
mafia de la venta clandestina de armas que obliga a desatar guerritas para que
haya clientes. O la mafia de los bancos que quiebran y se llevaban por delante
los ahorros de pequeños y tentados accionistas. Y si pensamos en las mafias de
la trata de blancas, o las drogas, cuyo mayor negocio es la prohibición de
todas las cosas, para que así haya negocio, que si no, no habría euro, ni dólar
que rascar.
Todo lo explican
porque, dicen, hay mafias de hombres malos.
Pero entonces, ¿por
que se nos vende como enemigo de la humanidad al terrorismo y no se incluyen
también a las mafias, que incluso son mas fáciles de detectar y descubrir y
reducir?
Porque es mentira
que la mafia sea el mal. El mal es el sistema.
Porque es mentira
que la mafia pueda desaparecer, ya que es la que controla el sistema al ser las
mafias "grupos de presión" que acumulan tal cantidad de dinero que
compran gobiernos, políticos, intelectuales, científicos, religiones y lo que
sea, en tal cantidad que contra ellas nunca se hace nada, salvo guardar las apariencias.
Y ahora la mafia de
la industria del armamento nos quiere llevar a una guerra que no nos importa
porque todas las ganamos.
Hasta que haya un
accidente coma el del Prestige, perdamos una, y acabemos todos chapapoteando en
miseria.
FRANCISCO
MOLINA . La Opinión de Zamora. Imperecedero
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