PAPÁ
ZÁNGANO
No son malas fechas,
estas del entorno del Día del Padre para hablar de ciertas cosas.
Aunque por cierto,
que gran acierto casar a San José, que fue padre sin comerlo, ni beberlo, con
la institución de la figura del padre en la reciente historia del "mono sapiens",
cosa que le viene grande, por mono.
Pero vamos al grano.
Pregunta. "Papá,
¿tú empezarías una guerra que supieras seguro que ibas a perder?"
Y si te dice que no,
es que tienes un padre inteligente.
Pregúntale después si
empezaría una guerra que sabe fijo que la va a ganar. Si la repuesta es también
que NO, es que tu padre, además es una buena persona.
Con eso te debería
bastar para admirar a tu progenitor.
Pero si te parece
que no te basta con que sea inteligente y bueno, y quieres saber si también es
"responsable" y por tanto llegar a ser jefe del Gobierno, pregúntale
ahora:
"Oye papá, si
tuvieras la certeza de que matando a uno de tus hijos se acabaría con el
terrorismo y todos los países pasarían a ser democracias,
¿Lo harías?".
Si te dice que SI,
escapa corriendo, tienes un padre demasiado responsable.
Ahora bien, si te
dice que NO, no te líes y pregúntale después.
"Y si en vez de
un hijo tuyo, bastara con matar al de otro?".
Ahora si la respuesta es que SI, o esa otra
igual de idiota, de que el problema es muy profundo, que habría que estudiar el
asunto y al tiempo pone ese tipo de cara, que Agustín García Calvo llama,
"la cara del que sabe", entonces tiembla igualmente, porque es fácil
que a otros padres les estén proponiendo lo mismo y tú, no eres ni hijo, ni
hija de ellos y pudieran sacrificarte por el bien de la Humanidad.
Pero mira, el
problema no es nada profundo, es así de superficial.
Desde que existe la
historia (no confundir con nuestra existencia) cada guerra empezó con el
anuncio de que sería la última, la que iba a resolver todos los problemas.
Entonces, si la medicina
no cura solo los "responsables" siguen recetándola.
Y un “responsable”
es el que antepone su sólo interés a la bondad de la ternura y a la
inteligencia del sentido común.
Dice el mencionado
Agustín que el primer botín de guerra que existió fue "la mujer", y aún
añade, aunque cito de memoria y puedo erar, que incluso ahora sigue igual el
asunto.
Hablaremos de ello
en otro artículo si nos deja el director de este medio, que por cierto hace
unos días, en su Diana de la portada, acertaba diciendo algo sobre que no habría
guerra si las mujeres mandasen.
Hablemos de eso,
aunque se supone que ya hueles que una guerra por dinero es indirectamente una
guerra por mujeres, de ahí que la mejor solución, ya descubierta, es:
Haz el amor y no la guerra.
Pero. El “pero” está
en que quien nació para ser "zángano" (busca en un diccionario “colmena")
el macho de la especie humana, usa una economía basada en la propiedad privada
que desquicia al más pintado, y hasta los Albertos, cual exhibicionistas, se
han abierto la gabardina y nos enseñan que algo falla y nadie se sacia de
euros.
José Manuel del
Barrio ha escrito un libro cuyo éxito de ventas está en que hablando de lo de
siempre —Zamora— ha conseguido que tenga suspense e intriga.
Se titula
"Voces desde el Oeste".
Pues bien sugiérole
que como sociólogo que es, gire su nave y el siguiente que sea "Voces
desde las aulas".
Basta con que ponga
unas cámaras ocultas en varias y diversas y verá que:
Mientras las chicas están
más atentas, trabajan más, obtienen mejores resultados e incluso las que no dan
ni golpe son poquísimas y formales, lo de los chicos es la locura de lo de
"la primavera la sangre altera'", pero con el problema añadido de que
como ahora en todas partes hay calefacción todo el año en calentura.
Y no es que sean
malos, es que son zánganos, y no hay abeja reina que no diga "mi reino no
es de este mundo", por culpa de las leyes de aquellos zánganos que se
convirtieron en jefes o papás de todos.
¿Por qué ocurrió?
Eso es lo que hay que investigar, y mientras, ojo con los responsables, ¡lo
son!
FRANCISCO
MOLINA. La Opinión de Zamora. Imperecedero
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