Capítulo
II.
UNA TEORÍA
Tal
vez convenga recordar lo que es una teoría. Al fin y al cabo el marxismo no es
más que una teoría sobre diversas cuestiones y si se pierde de vista esta idea
puede uno perderse también.
Suele
ser frecuente que las personas operadas acaben descubriendo que cada vez que
les pica la cicatriz, al día siguiente llueve. Ello lo van observando una y
otra vez, y mientras se produce esa experiencia, están, sin ser conscientes,
claro, ¡experimentando!, están realizando un experimento sin saberlo.
Cuando
consideran que el proceso “escozor-lluvia” se repitió un número de veces que
estiman suficiente acaban manifestando en público: “Mañana llueve seguro, porque
me está escociendo la cicatriz de la hernia”. A partir de ese momento acaba de
aparecer en sociedad una teoría.
Hacer
pues una teoría es fácil; lo que puede ser más difícil es elaborar una teoría
buena, seria, útil.
¿Cómo
se puede saber si una teoría está viva, cómo se puede saber si una teoría es
acertada? Responder a esto, por lo demás
algo esencial, sólo se puede hacer de una forma: ¡contrastándola con la
realidad!, viendo si funciona en la práctica en la praxis.
Si
cada vez que nuestro premio nobel “dice que va
a llover porque le molesta la cicatriz”, resulta que luego va y llueve,
no cabe duda de que la teoría que ha creado es buena, es correcta. Ahora bien,
si cada vez que anuncia lluvia ocurre que unas veces acierta y otras no,
resultará algo evidente, que esa teoría no es válida, no es útil.
Utilidad,
ese es el fin de toda teoría verdadera, ser útil…porque de lo contrario las
teorías no tendrían razón de ser. ¿Y cuál es la utilidad de una teoría? La de
permitir, por un lado que quien la use pueda explicarse cosas y por otra el ser
profeta, el verlas venir. Así, cuando un electricista ejecuta correctamente los
principios teóricos de la Física correspondiente, puede profetizar que va a
funcionar el frigorífico, o cuando nota picores en
su antigua operación puede garantizar que va a llover.
¿Tiene
hoy sentido el marxismo? ¿La ideología que dio pie al comunismo tiene razón de
ser en estos tiempos? Estas preguntas y con estos términos las formulan los más
benévolos anticomunistas para que luego, los más feroces, rematen a bocajarro
diciendo NO. “El marxismo está pasado, el comunismo es anacrónico, etc, etc.”
Así analizan los intelectuales venidos a más y lo hacen con esa inocencia que
poseen, no los que reciben órdenes, no, lo hacen con la inocencia que da la
libertad que permite “anticiparse a los deseos del que manda”. Y no es malo que
lo digan, es malo que no argumenten lo que dicen.
Es
el momento entonces de repasar la teoría marxista, los principios clave, y ver
si al contrastarlos con la realidad, están pasados o no sirven. Hay que ver si
esta teoría- la marxista- les permite a los que la usan “explicarse las
cosas” y aún más, si ayuda a “verlas
venir”.
En
el capítulo siguiente se van a exponer diez principios básicos de los
enunciados por Marx y júzguese si están
vivos o no, si son útiles o no, si merecen la pena (la alegría) o no, y si en
definitiva no convendrá tenerlos como principios ideológicos de cabecera.
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