JA,
JA, JÁ
-Permíteme que me ría Peromato, pero es que
si hay un placer de dioses, caricias a parte, es ver a los sabios convertidos
en sabihondos.
-¿Y en
qué se diferencia un sabio de un sabihondo?
-En que el sabio quiere resolver los
problemas como sea y el sabihondo quiere resolverlos “sin romperse ni
mancharse”, pretendiendo que desaparezca el efecto sin quitar la causa, la
cuadratura del círculo.
-¿Cómo los que descubrieron la fórmula para
arreglar lo de la violencia doméstica, que parece se han cubierto de gloria por
los resultados?
-Si, aunque hoy quiero hablarte de la
violencia escolar.
-No estarás insinuando que quitando la
escuela ya no habrá fracaso escolar, que así también yo soy sabio.
-Muy gracioso el chico. No, mira. La
violencia escolar parece que acucia: alumnos que pegan a profesores y se pegan
entre si; acoso a compañeros hasta la nausea, y lo que es peor para el sistema,
ambiente de indisciplina continua en las aulas.
-Ya pero contra eso se están tomando medidas.
Sin ir más lejos la Junta de nuestra autonomía ha creado un “observatorio sobre
el asunto” del cual no recuerdo el nombre
-Un observatorio que “mira para otro lado”
para no entrar en la solución del problema.
-Ya, pero habrá sindicatos de profesores que,
ahora que hay elecciones sindicales, propondrán medidas .
-Mira, los progresistas, para ocultar que no
quieren cambiar nada, dicen que no hay problema, que pasa lo de siempre pero
que ahora lo cuenta la prensa, o sea que la culpa es de los periódicos. Y los corporativistas piden
plenos poderes para que el profesorado pueda poner castigos ejemplares.
- ¿ Y los padres de alumnos y los sindicatos
estudiantiles, qué dicen?
-Los padres están asustados porque se ha
puesto de moda decir que los culpables son ellos, lo que se llama “tirar
balones fuera que vamos ganando”. Y los sindicatos estudiantiles deben estar
estudiando cómo resolver el asunto, pero leyendo los manuales de los adultos.
-¿Entonces, me vuelves con que no haya
repetidores?
-Y lo “repetiré” siempre. Porque “no todo repetidor
es gamberro, pero todo gamberro es repetidor”. Y estos, que encima se acumulan
en cada aula hasta de tres generaciones,
al hacerles repetir hasta 3 veces, convierten cada clase en un guirigay; además
de ser ellos, a su vez, los “maestros de esgrima” de la siguiente hornada de
folloneros.
-Pero regalar el aprobado será peor.
-No hay por qué hacerlo. Todos pasarían; en
la ESO hasta cuarto y en Bachiller hasta 2º, y allí, si no pasan, seguirían en
un curso bis sólo con las que les quedaran por aprobar, (nada de repetir
también las ya aprobadas), así hasta que saquen todas. Y en ese 4º ESO-bis y 2º
de Bachillerato-bis, los más insolentes serían invitados a estudiar por libre,
sin ir al centro.
-Mujer, teniendo en cuenta que hay dos
ideologías docentes: la de quienes consideran que los chicos deben aprender
contenidos contra la de quienes dicen que deben aprender a aprender, lo cierto
es que con tu fórmula se conjugan las dos posturas, porque les exiges aprobar
las materias y además si se trata de aprender a discurrir ¿para qué tenerlos
aparcados en un curso que por edad no es el suyo, si de repente les puede venir
el “sentido común” o desarrollo mental, y entonces mejor que les coja arriba?.
-Además, el orden en la clase beneficia sobre
todo a los estudiosos y a los perezosos pero formales. Respecto a los vagos que
vayan por las tardes y en verano a clases oficiales, que eso si que es castigo
y derecho a la educación. Todo lo demás ¡cataplasmas!.
FRANCISCO MOLINA
Y pasando de curso sin haber adquirido la base o conocimientos de los otros alumnos, ?carne de cañón o retrasamos aun mas al resto?
ResponderEliminarCreo que es un tema muy difícil y de solución compleja.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarES el sistema actual el que regala aprobados. Si te fijas, en mi propuesta nadie recibirá el aprobado de una asignatura si no la sabe. Eso sí, a nadie se le suspenderá una signatura que ya aprobó, cosa que ocurre ahora. Lo cual me parece cruel
ResponderEliminar