¿POR QUÉ 3 Y NO 23 ¿
AGUSTÍN GARCÍA CALVO tiene un libro, magnífico, para quienes
quieran ser “ateos como Dios manda”. Se titula “DE DIOS”.
Lo traigo a colación porque tenía ganas de contarles algo
del mismo y los últimos homenajes a la memoria de su obra, soberbios, me han
precipitado la idea.
En ese libro el pensador zamorano desvela por qué, siendo
todo lo de la religión mentira, en el caso de la verdadera, la nuestra, se
inventan una mentira tan misteriosa como la del misterio de la Santísima
Trinidad.
Recordemos para refrescar la memoria que el Misterio de la
Santísima Trinidad no era otro que el caso de tres personas distintas (Padre,
Hijo y Espíritu Santo) que a la vez sólo eran un Dios verdadero.
Cuenta Agustín que Dios, como un actor que cambia su aspecto
con tres máscaras, usa la máscara de la persona Padre (lo anterior al lenguaje,
la Naturaleza), y la máscara de persona Hijo (el verbo, el lenguaje), y la de
la persona Espíritu Santo (aliento de verdad). Es decir el actor (dios) es uno
(él), y tres personas distintas a la vez (los 3 personajes representados con
las 3 máscaras)
¿Y por qué 3 personajes, y no más? La razón es esta: Dios Padre no puede serlo sin Hijo, lo mismo
que el Hijo no puede serlo sin Padre. Y recuérdese que Dios (antes de ser
Padre) se hizo carne y habitó entre nosotros (cuando se hizo Hijo). Pero claro,
¿cuándo decide Dios- que no tenia reloj porque vivía en la Eternidad- hacerse carne?.
Surge ahí una difícil explicación, una contradicción que
sólo se puede resolver, en versión de García Calvo con el célebre, “No hay 2
sin 3”. Y aparece en el invento el Espíritu Santo, el tercer personaje, para contar y ratificar
quienes son los otros dos, el Padre y el Hijo. De hecho el Espíritu Santo es el
que ratifica que “ el que antes era sólo Dios quedó hecho hombre”.
Parece un juego de palabras pero ahora lo van a entender y
disfrutar mejor, con la transubstanciación que se ha producido del invento,
contada por Agustín.
Sostiene el autor que actualmente no hay otra religión que
la economía y que el dinero es Dios. Lo cual ratifico con un ejemplo vivido en
vivo. Hasta los más creyentes y practicantes católicos, ven la célebre Semana
Santa Zamorana como un negocio en estado puro, y así las instituciones la
subvencionan para que sea más bonita cada año, y vengan más turistas y dejen
más dinero cada año. Y no hay otro móvil. Historia que se repite con el Toro
Enmaromado y todo lo que se ponga por delante.
La conversión del Dinero en Dios ha equiparado al Cristo Crucificado con el Toro Enmaromado
La conversión del Dinero en Dios ha equiparado al Cristo Crucificado con el Toro Enmaromado
Pero ¿para qué perder el tiempo demostrando lo evidente, que
el Dinero es Dios y Dios el Dinero?
Pues fíjense en el genial descubrimiento de Agustín García
Calvo. Siendo ahora y ya, Dios el Dinero, resulta que también existe, y se ve
en el dinero mismo, la Santísima Trinidad, tan necesaria para que el invento de
la FE cuele.
Coja usted, si la crisis se lo permite aún, un billete.
Usted lo está tocando, porque es el Hijo que se ha hecho carne, palpable.
Y ¿Quién es el Padre? El Padre es la riqueza que dice valer ese dinero, que es algo más inmaterial que el sobado billete, algo que usted nunca ve, el oro o la riqueza que dicen que vale, y que aunque nunca la vemos se supone que ahí está.
Y ¿Quién es el Padre? El Padre es la riqueza que dice valer ese dinero, que es algo más inmaterial que el sobado billete, algo que usted nunca ve, el oro o la riqueza que dicen que vale, y que aunque nunca la vemos se supone que ahí está.
¿Y en donde anda metido el Espíritu Santo? Llegados aquí es
fácil descubrirlo, recuerde que la
Paloma de la Trinidad representa “a quien dice verdad”, luego en el
Dios-Dinero, el Espíritu Santo no es otro que la firma del Tesorero del Tesoro
de turno que certifica que ese billete que usted porta vale lo que vale y no
otra cosa; que incluso garantiza que vale, no vaya a ser un billete
falso como las religiones mismas.
Hubo guerras de religión y ahora sólo de dinero, pero no nos
engañemos el Dinero es Dios, y a Él nos sacrifican según leyes que los sacerdotes
de la economía dicen que hay que obedecer. Nada que sea distinto a los
sacrificios de Vírgenes para que hubiera buenas cosechas en la antigüedad. Nos
sacrifican por nuestro bien, aunque no lo entendamos, pecadores como somos. Pecamos
de soberbia y quisimos ser, a base de dinero que no teníamos, como Dios,
viviendo por encima de nuestras posibilidades. Por eso este infierno y castigo,
expulsados del paraíso y de nuestras casas por el bien de la religión-economía
y del Dios-Dinero según leyes dictadas por los sacerdotes de turno, que ellos
si saben.
NOTA: LO QUE ESTÁ CON LETRA BASTARDILLA SE HA AÑADIDO TRAS LA PUBLICACIÓN DEL ESCRITO. NO HABIA SIDO CAPAZ DE CONCRETARLO TAN BIEN, ANTES
Quisimos vivir como
Dos, y cometimos el mismo pecado que Luzbel, el Ángel Malo, que siendo Ángel, al pretender ser
Dios, fue condenado al fuego eterno, a ser Lucifer. Como nosotros somos
condenados al sacrificio sostenible
Dios nos coja confesados.Paco Molina.
25 de Septiembre el
2013
Muy bueno Paco. Tenemos que tratar de que el pensamiento de AGC sea cada vez mas conocido por todos para que llegue a ocupar un dia el sitio que le corresponde entre los grandes autores-pensadores españoles de los últimos siglos. Y por cierto ¿como era aquella que cantaban el Domingo pasado, que me gusto un montón?:
ResponderEliminar¡Mira tu que tiene ciencia,
Que yo dependa de tí,
Y tú de tu independencia!
ESto si que tienE ciencia
ResponderEliminarque yo dependa de ti
y tú
de TU independencia.
((De la compa de Agustín Isabel Escudero, que Está en su libro COSER Y CANTAR
TENEMOS QUE PONER A CADA UNO EN SU LUGAR.
ResponderEliminarA LA JERARQUIA ECLESIASTICA Y POLITICA A PAGAR LOS IMPUESTOS CORRESPONDIENTES. Y A AGUSTIN GARCIA CALVO EN UN PEDESTAL.