sábado, 5 de diciembre de 2015

AMOR E INCERTIDUMBRE

AMOR E  INCERTIDUMBRE

Ahora que se acerca el Día de los Enamorados es bueno que pensemos sobre el asunto.

Recuerdo vagamente, de cuando estudié la carrera de Físicas, lo que se llamaba el Principio de Incertidumbre.

No se asusten que se lo explicamos fácilmente.

Este principio dice algo que si usted quiere conocer la velocidad que lleva una partícula o saber dónde está situada, al "meter las narices" para hacer la investigación indudablemente va a averiguar algo, pero no lo que quería averiguar, o al menos, no con exactitud, porque al "medir" la velocidad que llevaba la partícula, usted va a modificar esa velocidad por culpa de la medida que está haciendo, con lo que "su gozo en un pozo".

Algo similar ocurrirá si busca saber donde está exactamente tal partícula o cuerpo.

Vamos que esto es como cazar mariposas a mano para ver lo bonitas que son de cerca, que, o se te escapan o las agarras y te cargas todo el colorido de sus alas e incluso estas.

Bueno, pues esto del amor es algo similar. Repasemos. Nadie dudará que esto tan bonito de la familia empezó siendo algo chusco en lo que la novia era vendida por su padre al mejor postor con "pago de la mercancía y todo".

Luego, surgiera o no eso que llamamos amor, lo cierto es que el comprador, el varón, estaba siempre con la mosca detrás de la oreja sobre si le querían o no ¡a el solo!.

Y como esa es una incertidumbre que corroe, trataba de garantizar el amor y la fidelidad,  para lo cual se inventó la ablación del clítoris ("muerto el perro se acabó la rabia o amputado el orgánulo del placer se acabó la gana", debió de discurrir el "tonto sapiens").

Por cierto, entre las medidas contra la inseguridad ciudadana del PP, he oído que se va a catalogar la amputación del clítoris como delito penal, y me pregunto ¿entonces, hasta ahora qué era, una broma pesada?

Quede ahí el dato para quienes creen que ya no estamos en una sociedad machista.

Pero sigamos con la historia de la Historia.

Pasó el tiempo y el hombre se civilizo, dejó de tomar medidas tan drásticas, pero, pero, pero... siguió con la incertidumbre. ¿Me quiere o no me quiere? (¿A mi sólo, o sea, me es fiel?).

Y algo tiene el señor esposo de desconfiado que "inventó el cinturón de castidad".

Al margen de que posiblemente esto dio pie al invento de la ganzúa, lo cierto es que es como si el dueño y señor de la mercancía desconfiara de  ésta, y dijera ella lo que dijera, la atara en corto para garantizarse la fidelidad.

Y así llegamos a nuestros días (¡ah! por favor, que dejen los intelectuales de dar la lata con eso de que las cosas eran más complejas, que ya lo sabemos, pero este es un buen y certero atajo, cosa imprescindible en una columna de diario que encima no es diaria).

En nuestros días, al avanzar la liberación de la mujer, se ha llegado a un punto algo más equilibrado, en que tanto él como ella, quieren saber si el otro les ama y solo les ama a ellos.

Estamos aquí pues ante el Principio de Incertidumbre.

Tú quieres que te quieran como a un dios o una diosa, pero de repente te entran dudas.

Entonces quieres saber cuantísimo te adoran y preguntas: "¿Me quieres?".

Y ante esta pregunta, sea cual sea la respuesta, la incertidumbre se reproduce. O lo que es peor se regenera, aumenta.

Todas las respuestas son malas (para ti). Incluso la fetén: "Eres lo mejor que existe", te desestabiliza, porque es una frase que tú propiciaste, que no salió espontanea, y sigue la incertidumbre.

Como ya no se puede cortar el clítoris, ni poner cinturón de castidad, y además la mujer exige también no vivir "esa in-certidumbre". (¿ A ver si me voy a dedicar solo a éste y éste me la está pegando con otras?").

Había que inventar algo que amortiguara el principio de incertidumbre.

Y se inventó la "idea de fidelidad",  de tal manera que hoy estar enamorado significa ser fiel y no otra cosa.

¿Habrá que llamar al Día de los Enamorados el Día de los Fieles? Ya que lo que prima es que me seas fiel aunque no me quieras.

Por cierto, si quieres salir de la duda pregunta: “¿Me eres fiel"? "Ah. si, con quien”.


FRANCISCO MOLINA. La Opinión de Zamora. IMPERECEDERO

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