CLASES DE VOTOS
En esta democracia
interruptus (vota hoy pero no controles mañana) a la cual pretenden limitar los
derechos ciudadanos los partidos del Birrepartidismo; como resulta que solo se
puede decir "esta boca es mía" cada cuatro añs, mediante una papeleta
de voto, lo que hay que hacer a la hora de elegir se convierte en un acto más
trascendente de lo que por sí ya es.
(En realidad, si la
gente participase mas en las cuestiones que le afectan menos pelo le tomarían).
Así las cosas hay
que hilar muy fino para que el propio voto no le de a uno en las narices.
Por eso, tal vez sea
recomendable recordar que se han de considerar como cosas que hay que tener en
consideración tres cuestiones:
Las personas, el
programa y el grupo.
Las personas.-
Deben inspirar
confianza. Deben de haber demostrado que son gentes volcadas en el trabajo en
favor de la ciudad. No han de tener "segundos intereses", ni
experiencia negativa (antecedentes). Que normalmente luchen por lo que el
ciudadano/a lucha.
Que tengan capacidad
de discutir, de fuerza de voluntad, de coraje.
Con un pasado limpio
de abusos de poder y que no solo no hayan "chupado del bote" sino que
propongan normas para evitar las tentaciones.
El programa.-
Aunque ya nadie se
los crea, son necesarios y mas si en él va lo que Zamora necesita.
Tiene que ser abierto,
participativo y transformable (así por ejemplo, se pueden incorporar a él propuestas
tan buenas como las de los alumnos del "Claudio Moyano" que han llegado
a hacer algo en algunos aspectos mejor que el propio programa de IU).
Ha de ser creíble,
además.
El grupo.-
Ha de tener una
trayectoria de servicio a los que menos tienen. Ha de evitar —con normas internas
y externas—las tentaciones de "sus cargos electos".
Ha de ser, o un
recuerdo de buena gestión o un viento de esperanza.
Ha de ser
profundamente democrático, valiente y utópico.
Juzgando esos tres
factores y sopesándolos, la elección puede ser más acertada, pero al final sin
embargo, siempre hay estas clases de votos:
El voto
tradicionalista:
Lo emite quien
siempre vota a los mismos, lo hagan bien
o mal.
El voto pendulón:
Vota a los A. Como
lo hacen mal, luego vota a los B. Como lo hacen mal, vota a A, como lo hacen
mal..., y así por los siglos de los siglos, amen.
El voto cariñosón:
Vota al mejor programa
creyéndose todo lo que le promete el grupo que le cae bien.
El voto listorro:
No vota porque a él
no le toma nadie el pelo (luego se queja de que todos los políticos van a lo
mismo y brama por las faenas que le hacen).
El voto competitivo:
Vota a unos porque
odia a otros y hay que fastidiarles.
El voto consecuente.
Como todos los políticos
son iguales, vota por sorteo.
El voto ciudadano:
Estudia personas/
programas/ grupo y juzga en términos de raciocinio.
PD. El carácter
participativo del proyecto de trabajo de IU permite, con alegría, incorporar
propuestas como la de los alumnos del Instituto Claudio Moyano a las tareas a
realizar: porque la tarea es común y las soluciones serán mejor cuantos más estén
por la labor. Bravo por ello.
FRANCISCO
MOLINA. Publicado en 1991 en El Correo de Zamora y en La Opinión de Zamora.
Imperecedero
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