viernes, 4 de diciembre de 2015

CONCURSO DE CORRUPTOS

CONCURSO DE CORRUPTOS

Es tal el número de lectores de LA OPINION-EL CORREO DE ZAMORA que es fácil deducir que no  todos conocen lo que sigue.

 Y lo que sigue es un comentario sobre cómo pueden funcionar las adjudicaciones de obras en una institución.

Lo cual es útil para que la gente sepa que pasa en la Diputación de aquí y en el Ayuntamiento de allá y en las Cortes del otro lado.

Supongamos que la Diputación quisiera hacer un nuevo Puente en Manzanal Entonces, se le encargaría a los técnicos de la institución que valoraran el coste de un puente como Dios manda.

Establecido pues el precio (supongamos que de 100.000 euros) ahora hay que ver qué empresa "merece hacer la obra”.

Ante este problema se abren dos caminos. Uno se llama Subasta. y consiste en que la obra sale a licitación por el precio dicho y se le adjudica a aquella empresa que se comprometa a hacerla por menos dinero.

(Siempre con unas garantías, como "el rechazar las bajas temerarias", etc.: que por ahorrar espacio no se comentan, citándose únicamente para que se sepa que "el contribuyente" está protegido respecto a presuntos desaprensivos).

Pero también hay otro camino para adjudicar la obra, que es el que se llama Concurso. Este consiste en establecer una puntuación previa pero subjetiva sobre muchos apartados, por la cual se van puntuando distintas cosas, y no solo la rebaja en el precio.

Estas otras cosas que puntúan, suelen ser las vías de agua por las que va a naufragar la honestidad del político de turno si se ha metido en esto para medrar o si sin meterse para ello, acaba cayendo en la tentación.

Pongamos un ejemplo. Una de las cosas que se suelen puntuar y que se utilizan para "hacer la trampa" es lo que se llama "oferta de mejoras".

Se lo explico.  Sigamos suponiendo que estamos queriendo hacer el Nuevo Puente de Manzanal y que de salida está valorada su construcción en los citados euros, pero sin farolas, porque los técnicos estiman que allí no se necesitan.

Pero entonces aparece una empresa que "tiene farolas que le han sobrado de otra obra", y dice: "Yo hago el puente por 90.000 euros y regalo farolas para su calzada, valoradas en 5.000 euros (es decir viene a indicar que él hace todo por 15 000 euros menos).

Bueno, pues ese le puede pisar la obra a otro que en subasta se la hubiera llevado haciéndola por 20.000 euros menos. (Eso sí a cambio de unas farolas que no eran necesarias).

Explicada la diferencia entre "subasta" y "concurso", hay que añadir, para comprender esto que bautizamos como "corrupción". que lo primero que hacen los políticos con intereses ocultos" es defender  a capa y espada "el sistema de concurso" diciendo que es más seguro que el de subasta porque permite coger a los mejores, que no siempre tienen por qué ser los más baratos.

Que además el que coge una obra por muy poco precio puede dejarte estancado. etc.

A eso cabe decir que las empresas tienen que tener, o deben tener, unos títulos que garanticen su solvencia (en este caso en construir puentes), que a su vez los técnicos en la institución pueden vigilar y supervisar el acabado de todo, que si no se finaliza la obra por parte de la empresa siempre se la puede denunciar e incluso meterla en una lista negra si se pretende alertar sobre sus abusos.

Aparte, la ventaja de la subasta es que se ahorra más dinero para invertir en nuevas obras, también necesarias en sí, y que a su vez crean nuevos y más numerosos puestos de trabajo.

Sobre la picaresca del concurso baste citar un ejemplo. Muchas veces el que gobierna contrata a dedo a alguien para hacer algo.

Luego, cuando estalla el escándalo, proponen la contratación por concurso, y dentro del concurso puntúan exageradamente como merito "el que ya se haya trabajado ya para la propia institución".

Increíble pero cierto.

Mientras siga el sistema de concurso en la adjudicación de obras y trabajos estaremos cuidando el gallinero con el zorro dentro.


FRANCISCO MOLINA. La Opinión de Zamora. Imperecedero

No hay comentarios:

Publicar un comentario