FLORIÁN DO “CAMPUS”
En estos días la
institución sufragada por la Diputación Provincial, y bien sufragada, el Instituto
“Florián do Campo”, ha sacado su convocatoria de becas para el año correspondiente.
Pues bien, se le
invita desde aquí a que, lo mismo que financia trabajos sobre la araña peluda
de los Arribes, debería sacar a concurso el que alguien se dedique a investigar
y dejar escrito todo lo que realmente ocurrió en cuanto a la toma del ex
cuartel para hacerlo campus universitario.
Y ello, desde los
meses previos al asalto, hasta que fue desalojada la última Coordinadora -la
Escuela de Sabiduría Popular- casi seis años después del primer aldabonazo
popular.
Porque con motivo
del 15 aniversario, y habiendo sido invitado a varios programas para hablar del
asunto, comprobé cómo la cantidad de datos, matices y anécdotas son tan
abundantes y chocantes que pronto el paso del tiempo las puede borrar, no
siendo luego suficiente con las hemerotecas pues adolecen de limitaciones lógicas,
dado que aquello fue una batalla política de primer orden.
Que no se tenga
conocimiento de lo ocurrido en el Motín de la Trucha, es comprensible.
Aunque por culpa de
eso, lo que fue una revuelta social de tomo y lomo, ahora nos la cuentan con un
final en el que "unas hostias salen volando por un campanario".
Pero que en el
futuro, por la desidia de las instituciones, pueda ocurrir que se tergiverse la
verdad hasta el punto de que, a tan pocos años del aniversario, los que pusieron
todas las zancadillas habidas y por haber, se atrevan a afirmar que
"escogieron bailar con la más fea" y optaron por negociar, vuelve a
ser otro final de la hostia.
Y hablando del
campus, y el miedo lógico a que por culpa de las remodelaciones deje de ir
bien, conviene empezar la nueva lucha cargándonos un mito.
Dicho mito es la
célebre frase: “De que es lógico que en una misma región y una misma
Universidad, no se oferten los mismos
estudios en más de un sitio".
Pues bien, eso que
hasta ahora era coherente, con la remodelación deja de serlo por lo que sigue:
En la actualidad hay
gran cantidad de títulos, a elegir entre un número de alumnos limitado, y por
eso, no parecía sensato que si en 9 provincias había 9 titulaciones con,
pongamos por caso, 1.000 alumnos cada una, fuera a ocurrir que alguna de esas
titulaciones fuera idéntica en dos o más localidades, por eso de que no sería
"rentable- (pues en el mejor de los casos acabaría con 500 alumnos en cada
una).
Pero ahora el
problema no va a tener el mismo planteamiento. Veamos. Sigamos suponiendo que
sigue habiendo en total 9.000 alumnos. Supongamos, también, que ya se han
"fundido titulaciones", que de eso se trata en la reforma.
Y pensemos que ahora quedan sólo 3 títulos
donde antes había 9 distintos.
Entonces tendremos
tres facultades sólo, con 3.000 alumnos cada una.
Con lo que: Primero,
si se mantiene la tesis de no repetir "títulos" únicamente 3
provincias seguirían con estudios universitarios.
Segundo, además, cada
una, que sólo tenía 1.000 alumnos, pasaría a tener 3.000.
Luego señoras y señores,
se acabo ese supuesto razonamiento lógico, y ahora hay que aplicar el político.
La venta de títulos,
ya que no es fácil vender longanizas, es un medio de equilibrar la economía de
las provincias pobres.
Por tanto: Uno, el
reparto de titulaciones debe permitir poder repetir la oferta académica.
Dos, debe hacerse
con criterios de compensación territorial.
Tres, a Zamora el número
de titulaciones debe garantizarle, real-mente, un número de cursos y un número
de alumnos como hay ahora e incluso mayor, hasta los 2.500 en la Politécnica (más
de tres mil entre todos los estudios).
Cuarto: Para que
haya un final feliz, la Junta "o es hada madrina o madrastra de
Zamora".
FRANCISCO
MOLINA. La Opinión de Zamora. Finales del siglo XX
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