jueves, 3 de diciembre de 2015

TEATRO: DRAMA O COMEDIA

TEATRO: DRAMA O COMEDIA

¿Es Zamora una ciudad que necesite tres teatros?

Indudablemente no.

Pero no es ese el problema, sino el contrario. Puesto que hay tres teatros, ¿qué hacer?

El llamado Principal, una diminuta coquetería, ahí esta, funcionando y muy bien, puesto que justifica lo en él invertido.

Es más, en muchos casos sin poder dar lo que le gustaría por su pequeño tamaño.

Es pues necesario tener uno más grande.

Y ante esto ¿qué? Resulta que existen dos teatros construidos en lo fundamental, pero destruidos en lo esencial.

El "Ramos Carrión" y el teatro del IES "Universidad Laboral”.

Ante esto ¿nos quedamos con uno de ellos y el otro para otra cosa?

Pues parece que lo mejor sería rescatar los dos como teatros, siempre que se complementen.

Es decir, si el Principal es de 250 butacas, el Ramos Carrión —pendiente de reforma— debe de ir 500 y el de la Universidad Laboral en torno al doble.

De esa manera, la ciudad tendría una oferta de escenarios de lujo, por lo complementaria.

No se olvide que luego podrían, entre otras cosas, organizarse certámenes de teatro de aficionados y estudiantes, que atrajeran cantidades de "actores" y compañeros de viaje, de colegios e institutos, para representar sus obras de noveles.

Esto por no hablar de conciertos música clásica, popular, cantautores, etc.

Además el gasto de mantenimiento seria mínimo, porque con las calefacciones actuales, rápidas y eficaces, cuando no se usan pueden estar cerrados sin problemas, y el resto del tiempo, atenderse, al menos el "Ramos" con el personal del "Principal".

Sin embargo, como si nos hubieran echado el "mal de ojo", nuestras respetables autoridades van a su bola—cada una a la suya— y sin sentido.

Resultando así que, el "Ramos Carrión" pretenden hacerlo de 750 butacas, cifra que se aproxima a las del de la "Universidad La-boral". ¿Qué sentido tiene eso? Tirar el dinero, pues nunca se van a necesitar a la vez sendos aforos.

Mejor sería que el "Ramos" fuera de tamaño medio, dejando de paso espacio. en el mismo edificio, para salas que permitieran crear, complementado con el Palacio Antiguo de la Diputación, un centro cívico, con posibilidad de use para congresos.

Y hablando de congresos, repasemos la que quieren liar en lo que todo el mundo conoce como "la Laboral- o el CEI.

Resulta que para arreglar el teatro, cuestión sencilla, pues se trata de dejarlo como nuevo sin más, sin embargo le están dando vueltas a hacer un Palacio de Congresos, cargándose parte de los locales adyacentes —integrantes del mismo edificio y manzana- que constituyen el cuerpo arquitectónico de esa especia de "Pequeño Escorial", que la megalomanía del Régimen fascista dio en construir, pero que a "caballo regalado no se le mira el diente".

Y van a romper la armonía estética actual, para conseguir, simplemente, mas salas de reuniones, que se usarían en presuntos congresos —que encima explotaría una empresa privada—o sea un crimen de lesa patria, máxime cuando con el antiguo Banco de España no saben qué hacer, y cuando para reunirse bastan incluso las aulas ya existentes, pues el teatro sólo se necesitaría en los plenarios.

Pero ¿cuántos de mil personas habrá al año?

En Zamora, cada nueva intervención urbanística está convirtiéndose en algo que estropea lo existente sin dar nada mejor a cambio; así que, ojo, no vayamos a convertir el arreglo de los teatros de una alegre comedia, en sendos dramas como los de San Martín, las Aceñas de Cabañales, Valorio, Ifeza, viviendas en San Isidoro...


FRANCISCO MOLINA. La Opinión de Zamora. Comienzos del Siglo XXI

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