TEATRO:
DRAMA O COMEDIA
¿Es Zamora una ciudad
que necesite tres teatros?
Indudablemente no.
Pero no es ese el
problema, sino el contrario. Puesto que hay tres teatros, ¿qué hacer?
El llamado
Principal, una diminuta coquetería, ahí esta, funcionando y muy bien, puesto
que justifica lo en él invertido.
Es más, en muchos
casos sin poder dar lo que le gustaría por su pequeño tamaño.
Es pues necesario
tener uno más grande.
Y ante esto ¿qué?
Resulta que existen dos teatros construidos en lo fundamental, pero destruidos
en lo esencial.
El "Ramos Carrión"
y el teatro del IES "Universidad Laboral”.
Ante esto ¿nos
quedamos con uno de ellos y el otro para otra cosa?
Pues parece que lo
mejor sería rescatar los dos como teatros, siempre que se complementen.
Es decir, si el
Principal es de 250 butacas, el Ramos Carrión —pendiente de reforma— debe de ir
500 y el de la Universidad Laboral en torno al doble.
De esa manera, la
ciudad tendría una oferta de escenarios de lujo, por lo complementaria.
No se olvide que
luego podrían, entre otras cosas, organizarse certámenes de teatro de
aficionados y estudiantes, que atrajeran cantidades de "actores" y
compañeros de viaje, de colegios e institutos, para representar sus obras de
noveles.
Esto por no hablar
de conciertos música clásica, popular, cantautores, etc.
Además el gasto de
mantenimiento seria mínimo, porque con las calefacciones actuales, rápidas y
eficaces, cuando no se usan pueden estar cerrados sin problemas, y el resto del
tiempo, atenderse, al menos el "Ramos" con el personal del
"Principal".
Sin embargo, como si
nos hubieran echado el "mal de ojo", nuestras respetables autoridades
van a su bola—cada una a la suya— y sin sentido.
Resultando así que,
el "Ramos Carrión" pretenden hacerlo de 750 butacas, cifra que se
aproxima a las del de la "Universidad La-boral". ¿Qué sentido tiene
eso? Tirar el dinero, pues nunca se van a necesitar a la vez sendos aforos.
Mejor sería que el
"Ramos" fuera de tamaño medio, dejando de paso espacio. en el mismo
edificio, para salas que permitieran crear, complementado con el Palacio
Antiguo de la Diputación, un centro cívico, con posibilidad de use para
congresos.
Y hablando de
congresos, repasemos la que quieren liar en lo que todo el mundo conoce como
"la Laboral- o el CEI.
Resulta que para arreglar
el teatro, cuestión sencilla, pues se trata de dejarlo como nuevo sin más, sin
embargo le están dando vueltas a hacer un Palacio de Congresos, cargándose
parte de los locales adyacentes —integrantes del mismo edificio y manzana- que
constituyen el cuerpo arquitectónico de esa especia de "Pequeño
Escorial", que la megalomanía del Régimen fascista dio en construir, pero
que a "caballo regalado no se le mira el diente".
Y van a romper la
armonía estética actual, para conseguir, simplemente, mas salas de reuniones,
que se usarían en presuntos congresos —que encima explotaría una empresa
privada—o sea un crimen de lesa patria, máxime cuando con el antiguo Banco de España
no saben qué hacer, y cuando para reunirse bastan incluso las aulas ya
existentes, pues el teatro sólo se necesitaría en los plenarios.
Pero ¿cuántos de mil
personas habrá al año?
En Zamora, cada
nueva intervención urbanística está convirtiéndose en algo que estropea lo
existente sin dar nada mejor a cambio; así que, ojo, no vayamos a convertir el
arreglo de los teatros de una alegre comedia, en sendos dramas como los de San
Martín, las Aceñas de Cabañales, Valorio, Ifeza, viviendas en San Isidoro...
FRANCISCO
MOLINA. La Opinión de Zamora. Comienzos del Siglo XXI
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