MANIFESTACIONES
El bueno de Carlos
Marx dijo:
“¿Tienen derecho los
trabajadores a ganar más a cambio de lo que producen?
Indudablemente si,
es la respuesta, —y siguió—¿tienen derecho los empresarios a aumentar sus beneficios
por el dinero que arriesgan?
Pues claro, es la
respuesta correcta.
Entonces —prosiguió
el marxista—¿qué pasa cuando chocan dos derechos contrapuestos (es evidente que
si se respeta uno, no se respeta el otro), pues cuando son incompatibles, lo
que pasa es que se impone el del más fuerte".
Y en esas andamos.
¡Hombre!, no hay que
ser Premio Nobel para reparar en que en estos días en que nos encontramos, el
derecho que se ha impuesto es el de los que poseen el capital, el capital que
permite comprar la fabrica, generar el producto y contratar trabajadores.
Y ¿Por qué? cabría
preguntarse.
Pues, no porque sea
lo mejor, sino porque hasta ahora han tenido más fuerza los unos que los otros.
Los obreros están
perdiendo la batalla de la historia en estos tiempos que corren, porque tienen
menos fuerza que los patronos.
Y es lógico, porque
al ser más fuerte, el capitoste, la fuerza del trabajador sólo puede salir de
la unión, cuestión que no se está dando ni por asomo.
Pongamos por caso
las manifestaciones de los primeros de mayo.
Bastaba con que todo
aquel que viviera de su salario acudiera a la convocatoria anual, y si salieran
a la calle muchedumbres gigantescas seguro que las CEOE tomarían nota y negociarían
los convenios colectivos con menos humos.
Eso por no hablar de
los partidos, que se tentarían mucho los machos antes de poner en marcha
medidas contra esa masa trabajadora.
Pero corren malos
tiempos para la clase obrera, que ya ni son objetivo 1 para el Poder, salvo
para exprimirles mas y mas.
Y no es de extrañar,
pues, volviendo al tipo de manifestación del 1º de Mayo, nos encontramos con
algo que se hace prácticamente como una rutina más de la burocracia sindical,
que cumple por tradición más que por convicción: como se ye por los eslóganes,
cada vez más sofisticados.
Claro que esto no
significa echarle la culpa a los currantes, que ellos hacen bien haciendo lo
que hacen: dado que oyen cosas contradictorias.
Pongamos por caso lo
de Europa. Resulta que las centrales sindicales gordas les animan a que voten
la constitución europea, y luego —ellas mismas— se quejan de que, los que tenían
que ser beneficiarios de las ayudas, los que viven de su trabajo, se vean desamparados
porque el parámetro de riqueza que define esa constitución, no es la persona,
sino el territorio.
En Zamora el caso es
más chocante aún. Los integrantes del último Plan de Choque, todos, pidieron el
:
Si a definir la
riqueza por regiones, y ahora "exigen" que a Zamora —una provincia—
se la evalúe y considere Objetivo 1, a ella sola.
Pero ¿en qué
quedamos?
Ante esos despropósitos,
claro, el currante se va, piano, piano. mosqueando.
Eso por no hablar de
la que le espera, porque en ese mismo rollo del si a Europa había "otros
gatos encerrados".
Por ejemplo, les
hicieron creer que el dinero europeo venia porque a los ricos les había picado
el bicho de la solidaridad y regalaban los euros.
Ahora, desaparecen
los fondos porque hay que preparar el mercado —autovías, trenes, etc.— en los
nuevos países —10— ingresados, que son más pobres.
Traducido al
castellano, aumentan los pedigüeños, disminuyen los fondos, y se quiere hacer
crecer a los pueblos que van a seguir "dándoles el maná".
Cuando lo cierto es que "cautivo y
desarmado el ejército rojo en el mundo", nos van a poner firmes a todos.
FRANCISCO
MOLINA. La Opinión de Zamora. Imperecedero
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