miércoles, 2 de diciembre de 2015

PAPANATISMO


PAPANATISMO

Ateo perdido, comparto lo de que “las religiones son el opio del pueblo” , y en ese sentido, lo de estos días ha sido una sobredosis.

Como por otro lado estamos en un centenario del Quijote pero siempre me cayó mejor Quevedo, vamos con eso de "pues amarga la verdad, hay que echarla de la boca, y si al alma su hiel toca, esconderla es necedad".

Recibí una sólida formación religiosa durante el "nacional-catolicismo". (Convertido a día de hoy en "internacional-vaticanismo").

En esa época, Franco, nos quiso llevar a todos bajo palio desde la cuna a la mortaja, pasando por la sacristía.

Por cierto, que el derribo de sus estatuas no haga creer que fue el único malo de la película.

Naturalmente, no voy a comentar nada como no creyente, pues acabaría en dos líneas con un:

"Pues si esto ocurre sin haber  Dios, qué sería de lo contrario".

No, me voy a meter en camisa de once varas, para invitar e incitar a pensar en lo que está pasando y que nadie caiga, sin querer, en el papanatismo.

No es creíble que el despliegue de medios televisivos se haya hecho para satisfacer las necesidades de amplios sectores sociales, que veían al Papa fallecido como alguien increíblemente excepcional.

Ocurre que este pontificado, para los poderosos, ha sido una "bendición del cielo”.

Y por eso, previamente, se dio orden de "fabricar" al héroe.

Pero si en vez de "acabar con el comunismo", el representante de Dios en la Tierra, hubiera intentado acabar con el capitalismo "otro gallo le cantara", como a Cristo.

Porque si bien nadie ha podido demostrar que Dios existe, si lo hizo Jesús el Galileo, y bien que le dio el tío, a pesar de eso de "a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar", al tema de la riqueza y la pobreza, que no en vano sacó del templo a zurriagazos a los "mercaderes"; que no en vano soltó la burrada de "que es más difícil que un rico entre en el Cielo, que un camello pase por el ojo de una aguja", o lo de "bienaventurados los últimos que ellos serán los primeros".

Pero de esto, el Papa polaco poco, por eso, no sólo ha subido a la Gloria Celestial, sino que ya en tierra ha sido elevado a los altares de un semidios, llegándose a oír a un locutor, ("que no sabía lo que hacía" y por eso dijo la verdad) que habíamos visto el entierro más grande de todos los tiempos (¿Y el que representamos en la Semana de la Zamora Santa, fue ese menos importante? En efecto, para el Poder, éste de Woitila es más rentable).

Me suena que los servicios secretos del País de la Guerra -que envió tres presidentes "a chupar rueda"- mataron a un obispo en Sudámerica.

Se había olvidado él de pedir castidad, y decir que no a la guerra en abstracto, pero se había puesto el bonete por montera para ayudar a los pobres.

Y hablando de pobres, con 250 personas poseyendo el mismo dinero que 2.500 millones de seres humanos, situación actual e indicador de una pobreza y miseria extrema, ¿qué látigo habría cogido el Galileo para expulsar a esos gobernantes que fueron al entierro y que no son otra cosa que los capataces de los ricachones, urbi et orbe, del planeta?

¿O hubiera preferido cargarse el propio templo, rebosante de un lujo al que renunciaron los apóstoles, reverso vivo de la llamada Curia Cardenalicia?

Si tuvo que sacrificar a su hijo para salvarnos, parece que poco ha conseguido.

Tal vez tenga que enviar otro. Ahora quizás una hija. Y no es blasfemia; que si suena a burrada es por el machismo imperante.

Se dice para poner el dedo en otra llaga. Pues, ¿por qué la mujer sigue siendo tabú en la Iglesia?

A Cristo ninguna le coronó de espinas, ninguna le azotó, ninguna le juzgó, ninguna le abandonó, ninguna le traiciono.

En un valle de lagrimas, ir en yate, es el pecado.


FRANCISCO MOLINA. EN LA Opinión de Zamora. Imperecedero 

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