*Especial por fuera,
por dentro de miel. Si quieres que te lo diga es Isabel.
Isabel Vasalo
Sánchez
Isabel, de lengua. Perturbadora.
Esta chica tiene una atractiva contradicción vital.
Es capaz de caminar por una exótica playa del Caribe cubana,
acompañada de una amiga, también extraordinaria, y un joven apuesto -yo-, y en vez de conducir la situación, con su
inteligencia y sabiduría, y el conocido dominio de la lengua de las de lengua,
hacia la lógica bacanal- “menage a trois y tal y cual”- va y saca como tema de
conversación una interminable discusión sobre el régimen castrista.
Pero eso habla de su grandeza: Para ella primero el espíritu
y luego la carne. Primero la lengua y luego la escritura. O tal vez, primero la
escritura y luego la lengua. Que esta chica turba
Isabel ya se fue un año antes en Comisión de Servicio
Y puede que alguna vez ella desee estar en comisión de
servicios “espirituales” en este centro que fue encrucijada en su vida.
Isabel hace honor a su nombre y por eso camina por la vida
con la dignidad de una reina. La reina de corazones. “¿Verdad corazón?”.
Es más, se sospecha que abortó una “l” de su apellido para
ser Vasalo y nunca “vasallo”.
Coleccionista de “separadores”; siendo ella un diamante en bruto pulido, gusta de la bisutería, y
es capaz de alcanzar velocidades de tortuga o incluso de marcha atrás, cuando
atraviesa un zoco.
Su atractivo físico es de alto voltaje y tal vez por ello
convenga aclarar que un “separador”, ya que ella los colecciona, es una de esas
cosas que se pone en los libros “para saber por dónde vas”, o sea, un separador
no es “un tío bueno, especialista en romper matrimonios”.
Es curioso que ella, que como jefa actúa como si supiera por
“dónde va”, en la intimidad use indicadores que le indiquen “por dónde se
anda”. Lo cual nos descubre su verdadera faceta. Isabel es tiernecita y en un juego “sadomaso” no sería la del
látigo.
Isabel pasó sin pena y
con gloria por el IES “Universidad Laboral”, por eso con algo de pena y sin mucha gloria queda
el centro al perderla.
Isabel tienes una personalidad
especial porque tú eres especial. Especialmente atractiva, especialmente
docente, especialmente trabajadora, especialmente amiga, especialmente
elegante, especialmente especial.
Isabel, por ti y contigo, los que aquí estamos ¡¡¡ brindamos!!!
Qué maravillosa persona es Isabel. La más especial y vital que he conocido nunca.
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