SOBRE MI HOMENAJE EN LOS TRES ARBOLES .
Esto es fantástico. Da
uno el paso que le da la gana en su propio provecho, y encima te hacen un
homenaje.
Infinitas gracias
por el cariño que lleva dentro vuestra presencia y lo que me sabe de bueno
veros aquí, conmigo. Acompañándome.
Aunque echo de menos
algunas caras, y en concreto me refiero a, salvo que por razones de estas
fechas tan veraniegas no hayan podido acercarse, me refiero en concreto a los
propietarios de los medios de comunicación, que gracias a que había que acallarme,
el pasado Presidente de la Diputación les forró de publicidad.
No importa, a lo
mejor me están preparando otro y exclusivo.
Pero bueno, gracias
a vosotros por estar aquí y gracias en especial a los promotores del homenaje por
tirar de este carro, aunque creo que, por prudencia, deberían haber aplicado el
Principio de Cautela, tan necesario respecto a cualquier político.
Con lo del Principio
de Cautela me refiero a esa especie de cuarentena por la cual, entre lo que
dice y lo que hace un político, hay que esperar a que un tiempo prudencial
ratifique los acontecimientos.
Porque claro, yo
dije que dejaba las instituciones, pero imaginad que al final, para las
Elecciones Generales, ahí a la vuelta de la esquina, se presenta algo así como
algo que se llame “AHORA EN COMÚN.PODEMOS”.
Y entonces, hay que buscar
a un rojo para que se la juegue a las primarias contra el candidato rival, y
vais y me elegís a mi que soy el único que se ha quedado sin un puesto de algo
y que encima contra alguien que escribe cuentos para niños qué mejor que
alguien que los escriba para adultos?, y le gano, y luego va Molina a las
Cortes Españolas y diréis y dirán: “Pero
si dijo que dejaba las instituciones, el muy cabrón”.
No es que lo vaya a
hacer, pero vosotros sabéis que soy muy débil, e incluso vosotras podríais
comprobarlo a poco interés que pusierais.
Y claro, lo malo de
los débiles es que, contra nuestro parecer, “caemos una y otra vez en el
pecado”.
De veras que os
agradezco mucho este detalle y más por el sin sentido que tienen los homenajes
al estar yo en forma.
Aunque según la
Teoría del Caos, que últimamente pregono
(todo ocurre de purita casualidad y carambola), este acto pudiera ser, sin
pretenderlo, una consolación respecto a lo que dice el pueblo:
“Joder Molina, toda
la vida luchando y ahora te quedas lejos del pastel” (la gente, aunque con
cariño, lo expresa así).
Y esto me permite
enlazar con lo siguiente:
Mi ex suegra,
persona de suma inteligencia y por tanto enraizada en el saber popular,
utilizaba un dicho de la calle cuando venían bien dadas:
“Hijas mías, si os
va muy bien haceros las cojas”.
Y a eso me estoy
acogiendo ante el acontecimiento sublime de la victoria y toma del bastón de
mando de la Alcaldía de Zamora por Izquierda Unida.
Por eso ante el: “Enhorabuena Molina, pero parece que eras
tú el gafe”. No refuto. No me opongo. No rebato.
Me hago el cojo,
porque incluso en lo acontecido, sigo con mi racha de suerte (suerte, que para
cuando se acabe no creo estar preparado).
El triunfo en el
Ayuntamiento es más de lo mismo en mi buena fortuna (vivo mejor de lo que
merezco, y lo que tengo se lo debo a la suerte. Teoría del Caos).
Para mi ese éxito,
el triunfo en la capital, es un broche de oro a tanta lucha:
Lucha que va desde el
abismo de la mirada de los ojos desamparados de Gabriel (Guijosa) cuando en la
rampa del Clínico, saliendo de allí al saber desahuciada su vida, él, casi a
ras de suelo, tumbado en la camilla, sentía las maniobras de los camilleros
para subirlo a una ambulancia, y con mirada de demoledora angustia buscó la mía,
y sin poderme hablar entendí que me dijo: “¿A dónde me llevan?”.
Lucha que va desde
ese abismo a la cima del triunfo de estar con la gente, junto a su viuda
Lourdes, en la Plaza Mayor, el día de la votación de la Alcaldía. Gritando los
dos sin saberlo el otro.
“Gabriel tú también nos llevaste: A la
victoria compa a la victoria, con efecto masa incluido, amigo querido. Tú y
tantísima gente más”.
Desde esa tristeza
que está ahí y no se va, a esta victoria que está aquí y no se irá. En toda
esta lucha, que fue parte de mi vida, hacía falta un broche, el triunfo en
Zamora, que para mi ha sido de oro.
Si alguien me conoce
sabe que no es que dijera que me iba
porque no sabía lo que iba a pasar. Lo sabia (en la medida que se saben estas
cosas). Y por eso os aburría con un “si vamos unidos aseguramos la Alcaldía”.
A mí me salían las
cuentas, no por saber más, sino porque las hacía. E incluso yendo solos lo
repetí y discutí en mil lugares, como Marx manda, que estábamos luchando por el
concejal nº 7 y luego a rezar para ver quien ponía los otros 6.
Por tanto me alejo
de las instituciones feliz, máxime cuando me siguen confundiendo y considerando
Alcalde muchos, y ya me han pedido
(rigurosamente cierto) que acabe con la plaga de cucarachas que asola Zamora, y
que declaremos a los perros como
animales NO racionales, y que por tanto paguen un impuesto de
circulación.
Os digo que a mi
estado natural de felicidad se une vuestro cariño que aquí veo y disfruto, y la
vanidad que me produce el verificar que gran parte de mi estilo (por algunos
tan discutido) lo habéis hecho vuestro.
Que no en vano, oí
con gran regocijo y satisfacción contenida, que dos exponentes del ala más
seria de IZQUIERDA UNIDA de Zamora, dijeron en sendas ruedas de prensa, mítinis
y reuniones de consulta, que nos presentábamos a las elecciones al Ayuntamiento
de Zamora con dos programas: “Uno para
Gobernar y otro para hacer oposición”.
Sublime. Ni yo lo
habría superado.
Siento haberos
contagiado el estilo compas, pero no lo hice con mala idea, que a mí me parece
bueno, y en todo caso, en cuanto que complementario, excelente.
Bueno, y lo
excelente será que vaya acabando…..
Me quedan 30 años de
vida. Y he oído que sin estar en las instituciones también se puede pasar bien.
Por tanto simplemente cambio de infantería a marina, pero en el mismo ejercito
(revolucionario), en la misma guerra (esta que llaman de Clases) y con el mismo
fin (que ganen los parias).
Es pues una elección
libre que no merece homenajes, aunque sentir vuestro afecto, vuestro cariño,
vuestra proximidad, es algo tan rico que bendita la hora en la que tomé esta
simpática decisión (que por cierto no pretende ser ejemplar).
Una vez más mi
agradecimiento que se cristaliza en que:
Si siempre me
tuvisteis a vuestra disposición ahora más, si nunca os iba a olvidar ahora
menos.
Y salud que
hermosura sobra.
Paco
Molina. Merenduero. Rio arriba. Zamora 24 de Julio del 2015
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