((El
texto que sigue lo escribí por lo siguiente. Estaba haciendo los 3 meses de
campamento, de los 15 de mili, en el Ferral del Bernesga-León-. Era 1972 y
ofrecieron unos días de permiso a quien ganara un premio literario relativo al
Servicio Militar. Hice esto. No recuerdo si creía en Dios, desde luego ahora
no. Los tres meses citados eran Octubre, Noviembre y Diciembre. Mi padre murió
al comenzar diciembre. Pude estar a su lado pues al ser todo inminente me
prolongaron un día el permiso de fin de semana. No gané el premio de buen
escritor, pero merece la pena leer esto
ahora para ver la de vueltas que da el mundo.)))
UNA
MINI VIDA CON MAXI ALMA
Buaaaaahhh!. La vida
empieza con un berrido. Ha nacido un chaval, y junto a la madre y el niño
siempre hay alguien QUE SABE, alguien que sacude un azote tras el que empezará
ese BERRIDO de todos los “recienes” por el cual SE ANUNCIAN a sí mismos.
YA ESTOY EN LA VIDA.
Cuando el joven español
va a la caja de reclutas, va despotricando, hablando al galope, vamos, BERREANDO.
No va triste, ni llorando,
porque eso es el llanto, y el llanto es el dolor del alma.
Ese joven repite
frases y tacos desgastados por el uso, por eso BERREA.
No llora, pues si así
fuera, todo sería distinto en su alma. BERRA como el niño al nacer, porque él
va a entrar en una nueva vida.
El servicio militar
es una NUEVA VIDA.
Es NUEVA porque se presenta
por primera vez ante uno, y es VIDA, porque una cosa que se parece en todo a la
vida es que también es UNA VIDA.
Horas después del
berrido con el que anunció que vive, el niño encuentra el primer remanso, la primera
paz, en los pechos de su madre.
También el recluta,
ya en su C.I.R., va a encontrar su primera gran sensación, descubre que
aquellas caras que él miraba sin ver,
durante el viaje de incorporación, son ahora sus amigos.
Siente por ellos AMISTAD
y sabe que recibe de ellos amistad.
Ya se apagó su
berrido del primer día y ahora, enlazado por la amista va a afrontar la NUEVA
VIDA.
¿Acaso en la vida no se unen las personas en familias
para disponerse a vivir?.
Desde que has ido a la
caja de reclutas, estás en 1a nueva vida, pero "1a primera comunión"
se hace cuando te dan el material.
En la vida ya eres
soldado de Cristo, en la nueva vida, ya eres responsable, tu responsabilidad es
defender la justicia.
Pero como en la
vida, también en la “mili” se echa uno novia
Ya ha oído uno
hablar de ella y como uno es adolescente fogoso, se impacienta por tenerla.
Así es en la vida. Y
tan igual es en 1a "mili"; todos los días lo ve uno, y cada uno
intuye cual es el suyo y lo mira, no lo puede coger porque está en el armero,
pero lo toca.
Por fin llega la
boda tan esperada, le dan a uno SU C.E.T.M.E.
Ese día reina el
nerviosismo, tanto que como el cura en las bodas, se leen advertencias.
“Quedáis nombrados
marido y CETME hasta que 1a muerte os separe”.
“Has de cuidar y
mimar tu CETME y él te servirá.
“No te separes de tu
C.E.T.M.E., otro te lo puede coger y estropear”.
“No cojas el del Prójimo.
Pero oh!, es tan
igual la vida en el C.I.R. a la vida en la tierra que, pasada la boda, uno
empieza a notar que el cónyuge es un pesado, más de 4 kilos y medio y.... ahora
la instrucción con él!.
Para qué me habré
casado.
Pasa el tiempo
y..... el matrimonio RESURGE. Ya sabemos tirar.
La unión con la
media naranja adquiere una dimensión nueva, el "hasta que la muerte os
separe" se justifica, a pesar de que en días uno no estará para nada y
volverá a encontrar pesado todo.
Pero un nuevo día de
tiro y la nueva resurrección.
Como en la vida, en
la de nuestro C.I.R. a unos les va mejor que a otros. Se cogerá la gripe
(servicio de comedor) y hasta puede que te operen de apendicitis (cocina!).
Se llega a la
madurez, aprendemos a desmontar a nuestro compañero el CETME y nos hemos
aprendido sus partes, ya no nos une a él sólo el contacto físico o el placer
del disparo, ahora existe ese cariño, ese cariño que proporciona el
conocimiento de las personas y de las cosas.
Ya la vida del C.I.R.,
la nueva vida que encontramos en nuestra vida, transcurre placida, e incluso como
en la vida real uno buscará evasiones, entretenimientos, en el cine Costerón,
el hogar, las canciones en la compañía, los fines de semana.
Todo es serenidad
hasta el día clave.
El día de la jura es
en la vida del CIR lo que el día de la muerte a la vida de la persona.
A primera vista el
paralelismo puede parecer falso, ¿Cómo comparar la alegría de la jura a mi
bandera con la tristeza de la muerte?.
El día de la jura de
la bandera es el último de nuestra NUEVA VIDA, de nuestra VlDA del CIR, lo
mismo que el día de la muerte es a la existencia; pero además ¿acaso con la
muerte no pasa nuestra alma a tener más sentido llegando a Dios?, ¿acaso con la
jura no pasa la vida que se tiene como recluta a tener mayor valía?.
La diferencia de la
tristeza de un caso y la alegría del otro está en que en el uno la familia queda
detrás, en la tierra, y en el otro la familia te espera delante, YA SIRVIENDO A
LA NACIÓN.
El día de la jura
uno ya es soldado, uno ya está presto a servir a quien le dio esa NUEVA VIDA.
Se ve que existen
tal cantidad de paralelismos entre la vida en el C.I.R. y la vida común que no
podemos pensar que ser reclutas es sólo un paréntesis en la vida.
No, se ve que no
sólo es eso, es más, es una NUEVA VIDA, pequeña, por lo corta, pero VIDA, y por
tanto con un alma.
Pero no puede haber
vida si no hay alma, y entonces ¿cuál es el alma de la vida del C.I.R.?: LA
PATRIA.
En el C.I.R. vivimos
una pequeña vida con una Gran ALMA: ¡¡¡España!!!
Francisco
Molina Martínez
Nº
32
12
CIA
32
BON
C.I.R.
12
El
FERRAL del Bernesga (LEON).
Otoño
de 1072
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