SANTIAGO
FERNÁNDEZ VECILLA
Alias “Santiago Vecilla”
Este hombre es, y
hay que decirlo para que no se le olvide a nadie, una buena persona. De esas
que antes se definían como “una bellísima persona”.
Hace poco, con
motivo de un homenaje que se me hizo, me dedicó unas gratificantes palabras,
que si lo eran y mucho en sí, en su caso y viniendo de El Ángel Exterminador,
tienen un valor rotundo.
Por alguna razón
extraña, pero afortunada para todos, a Santiago se le debió de quedar grabada,
de todas las cosas que de niños nos contaban, “la escena de Jesús el Galileo
expulsando a los fariseos y mercaderes del Templo”.
En consecuencia, humilde
y sencillo como es, hay que suponer se presentó
a unas imaginarias oposiciones a Ángel Exterminador (ya que ocupar la
plaza de Cristo Señor le pareció excesivo).
Y como otra de sus
virtudes es ser cumplidor, desde que las aprobó, corres el riego de que te riña
por todo lo que considere que has hecho mal, a cualquier hora del día o de la
noche o en cualquier lugar del Hemisferio Norte o el Hemisferio Sur.
Santiago es un
intelectual a base de querer serlo. Y así, con una inteligencia tan grande como
lenta (puede caer en el “in tringulis” de un asunto caducado éste) se dedica al
estudio del saber, y claro, cada vez sabe más.
Toda su vida ha
sido, otro síntoma de su honradez y carácter solidario- hombre social-,
militante de organizaciones políticas y sindicatos (de clase, porque en los otros
por la suya-tiene clase- no le dejarían entrar).
Y sin embargo tal
bagaje político no nos habla de alguien con dotes políticas.
Asociado a un mito,
sería el Centauro, mitad hombre (valiente, comprometido, estudioso y activo) y
mitad caballo (animal político), pero resultando que la mitad caballo es un
poni. Es decir, es poco político.
Porque como dijimos
te puede soltar un sermón en pleno reaguetón (caso de que lo baile) o en plenas
vacaciones en el Caribe (caso de que las disfrutéis juntos).
Por suerte para él,
y para su prójimo, las malas compañías le están dulcificando, deviniendo por
ello en un “ángel exterminador” que cada vez extermina menos.
Como Coordinador
Provincial de IU-Zamora durante cuatro
años, sacó a relucir su faceta más oculta y de gran valía: el activismo de calle,
esté la calle llena (de manifestantes) o vacía (salvo él, y si acaso su ángel de
la guarda).
Pero la prueba del (9)
de sus muchos kilates, su cumbre personal- hasta ahora, que vete tú a saber- se
ve, verifica y puede medir, en su apuesta sin ambages para ayudar a los
desahuciados.
Miembro voluntario y
desinteresado de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca) de Zamora se
le puede ver junto a las familias trizadas por la falta de justicia y piedad
del sistema bancario y por tanto capitalista. Ayudándolas.
Con ellos se agrupa
en la calle, enfundado en la camiseta verdosa que les caracteriza, y créanme que
eso no es nada fácil, ni sencillo.
Estar en la calle
siendo “grito de rebeldía”, cuesta un gran trabajo. Hay que vencer una
vergüenza y una presión social irrespirables.
Vergüenza y presión
inversamente proporcionales al número de
manifestantes, y en este caso, créanme, a parte de la familia directamente
afectada, son pocos más los que les acompañan físicamente en muchos casos.
Sin embargo, ahí está
Fenández Vecilla, uno de ellos siempre es Santiago.
Porque “el intelectual
hecho hombre” ve en las familias desahuciadas el ejemplo más vivo y
contundente, de las injusticias de un
sistema que hay que cambiar.
Con lo que nos
encontramos no sólo ante una persona buena, sino también ante un gran hombre.
Y todo esto desde el
más puro convencimiento moral, porque Santiago, esplendido profesional de la Docencia
y con una esposa culta, inteligente, atractiva, sensible y noble (Nines), podía haber apostado
por el “ahí me las den todas” y no poner su voz para quien quiera usarla.
Pero él la pone, su
voz, y su alma, y su vida entera por tanto, para que no haya ni una lágrima en
ninguna familia, ni en ningún niño, del mundo.
Quede pues escrito
que hay que descubrirse ante este caballero, Santiago, que cabalga a cara
descubierta (aunque se la partan) luchando por las causas justas (aunque no las gane).
Larga vida, amigo.
Paco
Molina. Zamora 30 de Julio del 2015
Estoy de acuerdo, Paco: Santiago es un gran tipo, un auténtico "fuera de serie".
ResponderEliminarMe alegro de que "comulguemos " juntos
ResponderEliminarNo lo conozco; pero por tu escrito se ve que es un hombre muy comprometido y valioso.
ResponderEliminarVicenta Martin
Muchas gracias, Paco, compa, por tu "retrato" de un tal Santiago Vecilla" que, por tan elogioso como desmesurado, te salió cubista, a lo Picasiano. Solo una cosa sobre tal retrato, las "vergüenzas", el miedo escénico diría un moderno, que en un primer momento padecía, las fuí superando viéndote a ti, maestro agitador, "provocador" en el mejor sentido de la palabra del pensamiento políticamente correcto, tanto a a la derecha como a la izquierda, y aprendiendo de ti. Aprovecho este espacio para agradecer a Javier su amistad. Un abrazo.
ResponderEliminarAiTiago, mi maestro y inspirador, para mi es un orgullo compartir tantas luchas y días en la calle a tu lado,. Si hay algo que te caracteriza es que para Ti no existen las causas perdidas, todas son causas a defender y siempre con ese espíritu de lucha incondicional contra el poderoso y a favor del más débil ya sea en casos de desahucios como en tantas otras causas. Para mi es un placer saber que tengo un " hueco" en tu vida, .gracias por socializar tu Saber y tu Buen Hacer
ResponderEliminarA este paso, Santiago, vamos a quedar en que somos en un "par de SIN vergüenzas".jeje
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