CONGRESO DE OCURRENCIAS
En la sociedad del
capital donde vivimos ( y fuera de la cual nadie vive) o vendes algo o eres
hombre muerto (de hambre), ese es el problema de Zamora. ¿Qué vender?.
No es el problema de un particular, que a lo mejor, hasta el mismo se ha vendido, respondiendo a la pregunta, ¿qué vender? con un, “Me vendo yo y ya está”.
No, no se habla del problema individual, sino del colectivo, aparte de que todavía hay muchas gentes que no se venden, para desesperación del sistema.
Pero ¿qué puede vender entonces Zamora?
Nos referimos a la capital.
Pues puede vender: Semana Santa (solo una semana); títulos universitarios (aún pocos) y románico (aunque tan poco se vende, que menos da una piedra, y nunca mejor dicho).
Hay entonces que inventarse cosas para vender. Y en eso se está, se confiese o no.
A todo esto, este verano me tocó sustituir al concejal que más propuestas ha hecho en positivo y más críticas en negativo a la fofa tarea de Gobierno del Ayuntamiento de Zamora (si, claro que hablo de Gabriel Guijosa), y en esa sustitución me encuentro con esta fenomenal y agradable sorpresa.
En la Comisión de Trabajo de Cultura estaban dos personas, a mayores de técnicos y políticos. Representaban a una asociación que se llamaba algo así como Fundación Cervantes de Sanabria (al menos esa era su moraleja). Y sus objetivos y fines son demostrar que el autor del Quijote es de Zamora y que Don Quijote se pasea en realidad por nuestras tierras, aunque proyectado en otras, para así ocultar el autor sus orígenes y que no se descubra que es judío (perseguidos en aquellos años).
Bueno, pues tras contar anécdotas verdaderamente interesantes e intrigantes, que aseveraban sus tesis, uno de ellos solicitó ayudas descaradas (por la cantidad) y materiales varios, porque sus estudios habían agrupado un gran número de seguidores.
Y ahora viene lo mejor, si se convertía Zamora en cuna de tales hipótesis, podría generarse mucho dinero, porque son muchas las personas, las universidades, la fundaciones y la madre que nos pario a Cervantes, interesadas en el tema; por lo que se deducía que vendrían aquí como moscas a panal de rica miel.
Si eso lo unimos a que ya hace tiempo que se pretende convertir a la tranquila Zamora en ciudad de congresos, debemos empezar por instaurar uno anual y a perpetuidad para vender eso.
Sería este un congreso de ocurrencias. En él expondrían sus tesis todos aquellos que lo soliciten y defiendan ideas chocantes, pero verosímiles. Es decir, distintas al pan nuestro de cada día, pero más ricas que el pan.
El éxito sería innegable y además se acabaría con los típicos congresos de 4 para 4 sobre el 4, que solo suponen gastos y no riqueza, porque vienen pocos, atraen a pocos y dicen lo poco que ya está dicho y redicho.
La operación "Cervantes es de Sanabria”, es un buen ejemplo de lo atractivo que es lo nuevo, lo ocurrente, lo que unido a que pueda ser verdad, le da al asunto misterio y hechizo.
Y hechizados vendrán a Zamora las gentes.
Además, si hay una ciudad que pueda ser sede perenne de un congreso de ocurrencias es Zamora, pues solo aquí se les ocurre poner la obra de Baltasar Lobo que representa a la madre en la plaza de Zorrilla.
Amén de la propia bandera de la ciudad. ¿Hay alguna otra más ocurrente, tal y como es la nuestra, hecha a jirones`'
Francisco Molina (Zamora). Años noventa del siglo XX. Yo era concejal de IU. Publicado en La Opinión
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