lunes, 14 de noviembre de 2016

Capítulo 57. Comiéndose las uñas.


El caso de la ducha fría. Capítulo 57. Comiéndose las uñas.

Eran tales los pormenores con que Benito Lasolana le contaba a la detective Sánchez su relación con Andrea, que aquella llegó a pensar si no estaría el tío cargando las tintas para excitarla y llevársela al huerto.

Por eso, ahora, cuando la citó en su propia casa, se lo pensó mucho antes de aceptar.

Lo que inclinó la balanza en el corazón de Amilcar Sánchez – detectiva privada- a favor de aceptar el reto, fue el momento en que la historia de Andrea y Benito había quedado.

Para Amilcar, como mujer que era, el hecho de que Andrea estuviera tomándole el pelo a Benito Lasolana –ligón de profesión- y enervándolo hasta el punto de hacerle comer uña tras uña, le parecía lo suficientemente estimulante como para, si llegara el caso, jugarse el tipo y si se terciaba el himen, o los restos que de él quedaran después del paso salvaje de los miembros del Tribunal de Notarías, en el día aciago en que se abalanzaron sobre ella.

Benito Lasolana vivía en el complejo “las Flores” con sus padres.

El complejo “Las Flores” es un conjunto de viviendas que se miran en el Duero.

Recibe el nombre de Las Flores, porque en él vive lo más florido de la ciudad.

Zamora sin “Las Flores” sería como un tiesto sin macetas.

Era el 24 de Septiembre de 1986 y la bien cercada vivía el bullicio de una Bienal descomunal.

En general la Bienal de Escultura Ibérica, estaba resultando, en conjunto, un monumento a la imaginación:

Hombres llenos de tristeza, sentados sobre su maleta, esperando para irse a ninguna parte,

Estatuas de la libertad secuestradas y de capa caída,

Toros que no cobraban a los niños por dejarse montar,

Y  hierros y hierros que quitaban hierro al aburrimiento general.

(Continuará)

Paco Molina de Zamora. Emitido en Antena 3 Radio de Zamora en 1986

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