miércoles, 9 de noviembre de 2016

Marxismo: RETRATO ESPAÑOL


CAPÍTULO V

RETRATO ESPAÑOL

Las consecuencias o conclusiones del anterior análisis sobre la situación del comunismo en el mundo, cuando estamos en la recta final del Siglo XX, serían para España estas:

I)            El actual retroceso no se va a evitar por el mero hecho de la aparición de los afortunados y positivos cambios operados en los estados socialistas. A parte de que siempre la propaganda del capital va a tratar de contrarrestar e, incluso, cambiar la imagen que proyecten dichos países; siempre que sea buena claro, que si es mala se limitarán a hacerse eco de ella.

II)          Tampoco la corrección de los errores propios (purgas, intransigencias entre camaradas y ofertas políticas) logrará transformar el retroceso en avance, al menos de forma visible y contundente. Esto no supone por supuesto que no haya que hacerlo (el proceder de otra forma es necesario). Ya se está haciendo hoy; el reducir los errores al mínimo, el hacer agradable el trabajo político, el ventilar los pulmones del partido comunista con aire puro y limpio.

Hay que aprehenderlo desde ahora, al PCE y a los comunistas les esperan años duros, y, aunque no fuera así, aunque el camino fuera un lecho de pétalos, hay que hacerlo, y por tanto se debe aprender algo elemental: La vida no empieza cuando se llega a la meta. La vida-la vida de los comunistas también- ya se está viviendo, y para llenarla de satisfacción, de ilusión y de afecto, hay que conseguir que el camino que se recorra (la forma de recorrerlo) sea ya la propia meta.

La meta está en el camino. Y puesto que el comunismo está lejos, hay que convertir la lucha por ese final en el propio comunismo, y tratar de dar y actuar como si ya se estuviera en la meta: seamos libres y respetemos la libertad, seamos demócratas y respetemos la democracia, seamos amigos y respetemos la amistad.

III)      La mayor razón del retroceso comunista no depende de los comunistas, y por eso estos están desconcertados, irascibles, desmoralizados.

Pero si la conciencia social surge de las relaciones económicas ¿por qué iba a ser de otra forma respecto a los comunistas? Todos pueden aceptar fácilmente que en una familia adinerada no haya ni un rojo o a lo sumo uno (el miembro concienciado, la oveja negra/roja de la familia), sin embargo, al parecer resulta difícil extender el razonamiento a la macro-familia que es una sociedad entera.

 En España todavía la mayoría vive de una forma aceptable y en una sociedad en que esa mayoría se siente bastante libre; así las cosas ¿por qué iban a votar a un partido que puede poner nerviosos a los que mandan, según suponen?

Pero hay mucho paro y está aumentando…se podría añadir y objetar, ¿por qué estos no votan tampoco la opción comunista?. Pues no lo hacen, precisamente ¡porque hay mucho paro!. Esa es la respuesta. Al haber mucho paro piensan que ese problema -el del paro- no lo puede arreglar nadie y consecuencia de ello es que sólo buscan solucionar el problema de SU PROPIO PARO, confían más en la solución individual que en la colectiva

A causa de ello (de esto último) o en paralelo, crece el miedo. "Como me haga comunista no me contrata nadie, como me fichen por follonero no me contrata nadie", pueden ser simplificados mecanismos mentales que se producen en ciudadanos que, de otra forma, tendrían que haber hecho estallar ya su rebeldía, al menos votando con decisión y a opciones decididas.

Pero no es así, y si ocurre por el contrario (como confirmación de lo dicho) que en las manifestaciones contra el paro no van los parados, y aún más, las gentes que con un puesto de trabajo, acuden, suelen ser personas con una cierta garantía de estabilidad en el empleo (También existe miedo al despido y también eso retrae la posible participación próxima al PCE).

Además, paro no supone aún automáticamente miseria, y los célebres ocho millones de pobres de Cáritas se ve que se las van apañando. Economía sumergida, prostitución, droga, permanencia en el hogar materno, etc., son formas falsas de ir resolviendo el problema de la carencia de dinero y futuro, pero van frenando el estallido de la crisis social.

Estando así las cosas se acaba votando más fácilmente entre las dos opciones del BIRREPARTIDISMO (estilo occidental de democracia, según el cual dos partidos mayoritarios se reparten el poder político y de influencias, al tiempo que ofrecen dos verborreas distintas pero un mismo y único programa económico).

Las opciones del BIRREPARTIDISMO prometen ambas acabar con el paro sin cabrear a nadie, o sea, sin traumas (venden ilusión) y ello camela al elector; que como se vio, o no le importa mucho el engaño (entiende que forma parte de las reglas del juego democrático) o vive una situación cultural de fatalismo agudo y se desahoga con un “todos los políticos son iguales y esto no lo arregla ni Dios”.

IV)       Ante esta situación (no basta con analizar la realidad hay que transformarla) y con independencia de que se vuelva sobre ello, conviene decir ya que la tarea del PCE debe constar de PACIENCIA y ACCIÓN.

La paciencia supone esperar, al tiempo que se difunde el punto de vista de los comunistas, y acción supone estar continuamente junto a los sectores que ya han sido víctimas de la crisis y junto a los que a continuación van a ser agredidos por ella y la actual política económica, que es la de siempre

V)          Respecto al metalenguaje que se debe emitir para que lo conozca la sociedad en la cual se vive y de la cual se forma parte, bastan estos tres puntos:
i)            Los problemas del pueblo sólo los va a poder arreglar él cuando reaccione.
ii)          El paro sólo se puede suprimir reduciendo la jornada de trabajo, y si no se contribuye a crear una oposición fuerte y real- que rompa el BIRREPARTIDISMO- y que reclame medidas como esta, los problemas económicos de la población (y por ende todos) seguirán aumentando.
iii)        El PCE podrá haberse equivocado, pero siempre junto a los que menos tienen y nunca contra ellos, por tanto con orgullo se sigue ofreciendo, con su capacidad y experiencia, para formar parte de ese amplio frente social que, en principio, frene las continuas agresiones que contra la calidad de vida están sufriendo amplios sectores de la sociedad, y que, a continuación, se convierta en la esperanza real como alternativa contra el paro.

La melodía que tocó el flautista de Hamelin para conseguir que le siguiesen todos los niños del pueblo en el cuento, no se sabe cuál era; la melodía que un partido comunista tiene que tocar en el mundo enriquecido para que le sigan las masas que piden cambios trascendentes si se sabe cuál es, el acabar realmente con el paro.


 Del libro EL ALEGRE COMUNISMO de Paco Molina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario