EL ALEGRECOMUNISMO.
Idea base.
El científico Paulov fue uno de los investigadores que más
han contribuido con sus estudios y razonamientos a desentrañar la estructura de
la vida humana gracias a sus teorías y conclusiones sobre los reflejos condicionados.
Además, curiosamente, era una de las figuras de la Ciencia
más apreciadas en la Unión Soviética.
Sus estudios se centraron en lo que llamó los REFLEJOS
CONDICIONADOS.
En la escuela lo explicaban así: Está demostrado que si a un
perro le mostramos comida, por un acto reflejo (espontaneo e incontrolado) se
le llena la boca de saliva (las glándulas correspondientes producen saliva).
Pues bien, si a ese perro, al mismo tiempo que le enseñamos
comida le hacemos oír una campanilla, y repetimos el experimento un número
suficiente de veces, llegará un momento en que SIN ENSEÑARLE comida y haciéndole oír simplemente la
campana, veremos que el perro segrega saliva (se le hace la boda agua) como si
tuviera ante su hocico algo para comer.
Habremos así cambiado los estímulos del chucho haciendo que
ahora, también al oír sonar la campana, sienta sensaciones de apetito.
Hemos
producido en él un REFLEJO CONDICIONADO.
En nuestra vida diaria tenemos muchos ejemplos de lo dicho.
Sirva como muestra “la canción del verano” que cuando la oímos, pongamos que en
Noviembre, reproduce en nosotros sensaciones de las vacaciones estivales aunque
se esté ya en plena temporada invernal.
Pues bien, por reflejos condicionados, el comunismo hoy, en
la sociedad en la que estamos produce sensaciones negativas.
Todavía, demasiada gente al oír decir “comunista” tiene la
sensación de que se le habla de seres desalmados, de sociedades tristes y
asfixiantes, de burocracia criminal, e incluso, y esta es otra gran muestra de
la fuerza de los reflejos condicionados, de países fríos (debido a las
temperaturas de Siberia sin duda); hasta el punto de que la impresión del
pueblo es la de que si ganaran los comunistas unas elecciones, las temperaturas
bajarían hasta los cero grados.
Todo esto es en un 80 % consecuencia de la propaganda
contramarxista (no es nada extraño oír en una noticia sobre alguna salvajada,
en la que no tiene nada que ver los comunistas, el clásico añadido del tipo
“las armas eran de fabricación soviética", buscando así que este dato –la
campanilla- sustituya la realidad- la comida- en la mente de los ciudadanos-los
perros-).
Aunque también hay que reconocer que el otro 20% de
desprestigio está adquirido por méritos propios.
¿Cómo destruir esta maldición infernal? Sólo hay una manera,
tratando de crear otros reflejos condicionados, pero estos a favor de los que,
a partir de principios de solidaridad y
de las ideas de Marx, tratan de mejorar las condiciones de los que peor viven.
Ahora bien, los reflejos condicionados a favor del comunismo
¿cómo se pueden crear si no existen medios de comunicación propios que repitan
un mensaje positivo tantas veces que llegue a calar, que llegue a penetrar en
el sistema mental de la persona?.
Ese es el problema, pues hay que recordar que los reflejos
condicionados se crean por repetición de la jugada una y otra vez (la comida y
el sonido de la campanilla deben aparecer juntos para el perro un determinado
número de veces, número que depende del carácter somático del individuo).
Es la
repetición la que hace que queden casados, por ejemplo, términos como “bebida
X” con sensación de frescor y cuerpos semidesnudos.
Otra de las ideas de Marx, y que está lógicamente entre los
principios del marxismo, dice que todo lo que existe proviene o se desarrolla como
unidad (unión) de dos contrarios.
Pues bien, ese concepto puede ayudar a buscar
la salida al problema de no contar con medios de comunicación favorables y
suficientes como para poder cambiar la imagen que se tiene del comunismo; se
trata de escarbar para ello, para buscar la salida al problema, en la unidad de
los contrarios hasta encontrar en la contradicción la parte favorable al caso.
Y lo favorable, hoy día, está en que, precisamente no se
cuenta con esos medios de mediatización.
Si
se contara con ellos alguien podría tener la tentación de razonar así: “ya que
se tiene mala prensa en un 80 % por culpa de las mentiras negativas que sobre
nosotros se han dicho, búsquese la buena imagen a base de otro montón de
mentiras (estas positivas) que conviertan a los comunistas en arcángeles.
Sería un error, la primera gran batalla comunista, hoy, debe
consistir en cambiar el concepto que se tiene de nosotros, basándose, sólo y
exclusivamente, en la verdad.
Llevará más tiempo, será más duro, si, pero
también más hermoso y más revolucionario.
En modo alguno se trata de disfrazar al lobo con piel de
cordero para una vez engañado el rebaño, comérselo.
Ni hablar, se trata de,
puesto que se es cordero - pueblo puro- serlo más que nunca, pero con
determinación, para propiciar una unión firme y ya, todos juntos, quitarle al lobo sus ganas de llenar el buche a costa
del rebaño; eso por un lado, y por otro se trata de no dejarse chulear, por
cordero que uno sea, por ningún cabrón.
Por eso, el reflejo condicionado que deben tratar de crear
los comunistas debe ser un reflejo espontáneo, un reflejo natural; se debe
conseguir una asociación automática con las cosas que son buenas para el
pueblo, y así:
n
En una sociedad en la que su principal andamio
es la hipocresía debe usarse la verdad, que siempre ha sido revolucionaria,
como arma de cambio.
n Mentir sobre el número de militantes, o
los asistentes a una manifestación o sobre errores cometidos, es como si en un
barco en el que entra agua por un agujero se abriera otro agujero con la vana
esperanza de que por él salga el agua que entró por el primero.
n La mentira no sirve para la revolución,
sólo sirve para mantener la “imagen” según el concepto de “éxito” burgués.
n Además la mentira amarga y mina el
carácter de quien la practica
n Hay que conseguir que la gente diga, me
gustan los comunistas porque siempre van con la verdad por delante y le cantan
las cuarenta al lucero del alba.
n En una
sociedad donde cada vez hay más colectivos que son arrojados por la
borda (reconversiones, flexibilizaciones de plantilla, reestructuraciones de
presupuestos de la Seguridad Social, etc.) los comunistas han de estar a su
lado.
n En una sociedad donde cada vez hay más
miedo a la guerra y más valor para repudiarla, hay que ser valientes y
plantarle cara al poder fáctico que vive de ordeñar la vaca del armamentismo y
los conflictos militares, el poder fáctico que justifica la estúpida carrera de
armamentos a base de comerciar con la muerte de los demás.
n Etc. etc. etc., pero siempre de forma
que donde haya que defender al pueblo, ahí estén los comunistas
n
(Por cierto el término “pueblo” se está
usando siempre para denominar a aquel sector social que no tiene poder de decisión,
ni constituye ningún poder fáctico, ni puede practicar la fuga de capitales en
caso de que se aplique una política que no le guste).
n Pero además, para ganar la batalla por
recuperar la buena imagen del 1917 hay que apostar fuerte, por eso hay que
casar nuestro nombre a una palabra tranquila. Hay que apostar por el
ALEGRECOMUNISMO.
n
Si luchas por lo justo, si te equivocas
por haber dicho la verdad, si respetas a tus compañeros de trinchera, si puedes
aceptar la sonrisa de alguien que agradece que estés allí junto a ellos, porque
además eres uno de ellos, sólo puedes sentir dentro de ti alegría, luego, por
qué avergonzarnos de las palabras bellas. ¡Avanti el alegrecomunismo!
Del libro EL ALEGRE COMUNISMO de Paco Molina.
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