lunes, 25 de junio de 2018

UN ROJO EN LA CORTE DEL REY PSOE



UN ROJO EN LA CORTE DEL REY PSOE.

DEL PSOE (PARTIDO SOCIALISTA OBRERO ESPAÑOL) AL PSOE (PEDRO SÁNCHEZ OBRERO ESPAÑOL).

El ingeniero aeronáutico Von Braun inventó los V2 (que eran cohetes capaces de llevar bombas a larga distancia) para la Alemania de Hitler.

Por ello cuando empezó a caer el imperio nazi, los estadounidenses (que eran más listos que el hambre) empezaron a avanzar a toda prisa (por el Oeste mientras los comunistas lo hacían por el Este) porque entre otras cosas tenían sospechas de que Von Braun estaba por allí.

Y así fue, acertaron, lo detuvieron y lo llevaron a EEUU; ya que el ingeniero raptado era una joya (no tanto por las bombas que llevaban las V2 en el morro, y si por el cohete que llevaba a la bomba).

Enterada la Unión Soviética de que había comenzado la carrera espacial (bueno, entonces solo la armamentística: a ver quien hacia el cohete que llevara más lejos la bomba de turno), el Señor Stalin llamó a capítulo al mejor aeronáutico ruso, y le dio un plazo (corto) para que encontrara a la persona más preparada que hubiera en todo el país para competir con Von Braun.

Stalin debió de ser muy persuasivo porque el considerado oficialmente nº 1 en el tema, confesó que había alguien que sabia más que él.

¿Dónde estaba? En Siberia, encontrándose allí porque éste (el personaje interrogado por Stalin) le había “denunciado” como no suficientemente adicto a la causa soviética.

Naturalmente, (aquel desafecto y desterrado a Siberia) fue liberado y puesto al mando de la industria aeroespacial rusa.

Como curiosidad decir antes de seguir, que se ocultó su existencia, y que tanto él como Von Braun, en cuanto que eran sobre todo científicos, querían descubrir cohetes que permitieran           conquistar el espacio y no que llevaran las bombas de un continente a otro.

En esa rivalidad  en principio ganó la URSS pero no es de eso de lo que se quiere hablar aquí.

Fíjense ¿no ven que lo fundamental de la anécdota es que alguien ha denunciado a uno de los suyos seguramente por envidia?.

Saltemos en el tiempo. En la actualidad es fácil ver lo siguiente: Que un cargo público (político electo) le diga (sin palabras) a la sociedad: “Querido ciudadano, gracias por haberme votado y elegido, pero mira, para hacer la tarea que te ofrecí necesito que tú pagues (a alguien que no has elegido, que eso ya lo hago yo) para que me ayude o asesore” (Hablamos de lo conocido como personal de confianza).

Todo lo cual es muy legal, pero si un cargo público necesita ayudantes pagados, ¿por qué no usa o necesita también ayudantes gratuitos?. (¿No sería mejor para él y para todos?).

Pues como eso no suele ocurrir, se vuelve a oler a envidia (cuantos menos y  más dependientes seamos menos competencia).

Y vamos ahora a psicoanalizar el fenómeno de Pedro Sánchez (PSOE).

En la sociedad de la imagen en la que estamos, con los hombres pasa ya como con las mujeres, que si el tío es guapo no puede ser inteligente (se piensa).

Y como Pedro Sánchez es guapete, seguro que en su partido los que saben (vulgo, barones) siempre lo han mirado por encima del hombro.

Pero en esto, ocurre que Pedro Sánchez gana la Secretaria General de su Partido. Nace la envidia y los que creen que el partido es suyo, le esperan emboscados, y en cuanto pueden le ponen la zancadilla y le hacen caer.

Ante esto, la espada y la pared, elige la espada, y antes de tener que facilitar con su voto un Gobierno del PP prefiere renunciar a su escaño como diputado nacional. Sus envidiosos enemigos lo dan por muerto de lo dura que fue la estocada.

Más Pedro Sánchez resucita, y vuelve a la Secretaria (en lucha contra los social barones). Aunque por fin muere o parece muerto tras la crisis de Cataluña.

Hasta que una necesaria Moción de Censura contra el PP le lleva a presidir el Gobierno de España.

Llegó la hora de la venganza contra los suyos: Aplicar un programa electoral de izquierdas, que nada le puede doler más a tantos barones que llevan siglos viviendo del cuento socialista.

Eso le perpetuará en el cargo, y en la boca de los rivales (internos) dejara un sabor amargo.

Lo cual si el pueblo gana (bienestar) sea por lo que sea, bienvenido sea.


Por cierto: Al final va a ser verdad que la envidia es el veneno que compras para otros y te lo tomas tú.

Paco Molina. Zamora. 25 de Junio del 2018

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