jueves, 25 de octubre de 2018

REVOLUCIÓN, ROBOTS Y NÚMEROS.

REVOLUCIÓN, ROBOTS Y NÚMEROS.

Decía Agustín García Calvo (pensador zamorano y por tanto universal) que la Historia empieza a partir del momento en que se inventa la escritura (hace unos 10.000 años).

Indicaba con ello que lo que ocurriera antes de que surgiera la escritura en el mundo, como no quedó escrito, no podemos considerarlo Historia porque no sabemos cómo fue u ocurrió.

Añadámosle a ello (nosotros) que la Historia (que está escrita por los vencedores) es toda mentira, precisamente porque está escrita (confeccionada) a base de falsedades (baste ver una simple acta de cualquier reunión de cualquier institución).

Pues bien, para lo que sigue empecemos a contar las cosas a partir de la Ilustración (de la aparición del Enciclopedismo y el Racionalismo en la Historia. Siglo de las Luces).

Porque es evidente que siempre, contra la injusticia manifiesta (en todas las latitudes había explotadores y explotados), surgieron movimientos y revueltas de protesta.

Pero es en el S.XVIII, con la Revolución Francesa, cuando las masas rompen el corsé de la Aristocracia y el Clero.

Posteriormente Carlos Marx (un pensador  o intelectual), en pleno siglo “Diecinueve”, se sorprende de que, paradójicamente, cuanta más riqueza hay en el mundo (gracias a los inventos y los descubrimientos) las gentes viven peor.

Investiga el motivo de tal contradicción y elabora así su teoría para explicar el motor o marcha de la Historia de los Pueblos.

Según él (y de momento no hay explicación mejor) todo se debe a la continua lucha de clases que se produce en el seno de cada sociedad. Los  desposeidos contra los propietarios (de los medios de producción de riqueza).

En consecuencia propone una revolución en que la mayoría (en esas fechas el proletariado) se revele contra la minoría (la burguesía) para quitarle los medios de producción (las fábricas y la tierra) y que así todo lo que se produzca sea de todos (y no únicamente de unos pocos) repartiéndose de este modo la riqueza.

Al comienzo del Siglo XX, como el proletariado y los campesinos, son la inmensa mayoría del pueblo ruso, triunfa en este país, en 1917, la Revolución Bolchevique.

Ha ocurrido que “democráticamente” la mayoría (los obreros y los campesinos) han vencido a la minoría (aristócratas, clero y burguesía).

Sin embargo, en la actualidad (S. XXI) habiendo desplazado el concepto de Democracia al de Dictadura del Proletariado (por las perversiones a las que se vio que podía conducir éste) a lo que estamos jugando  es a la democracia de “los dos tercios” (2/3).

Antes de seguir conviene recordar que la Dictadura del Proletariado era un concepto también democrático, pero que añadía, como prevención, que las Clases Poderosas no se iban a dejar desposeer de sus bienes, ni arrebatar el poder (sus propiedades) sin luchar, sin matar y sin guerra civil, por lo que habría que reprimirlas.  

Y volvamos a la democracia que algunos llaman burguesa (y también podemos denominar de “los dos tercios”).

Se basa esta concesión de los Poderosos (que debemos hacer nuestra para avanzar históricamente) en que saben que siempre van a ganar ya que las sociedades desarrolladas están configuradas por tres sectores o clases sociales (la alta, la media y la trabajadora).

Y a la hora de votar, al menos dos de esas clases (la media y la alta) van a ser conservadoras (se ven bien y prefieren que nada cambie, que lo fundamental se “conserve” como está).

Y aunque las tres clases no tienen el mismo número de componentes, estas dos si suman más que la de los trabajadores

(No entramos aquí en disquisiciones sobre que gracias a trampas transversales como la patria, la religión, el racismo, y otros componentes culturales, ocurre que no todo el mundo vota según su clase social).

Esto que contamos, de que dos tercios suman más que uno y por tanto el resultado a favor del orden establecido está cantado es lo que le permite al 
Poder dejarnos votar con garantías de éxito en lo fundamental: que nada cambie (por eso llamamos a esta democracia “el juego al que nos dejan jugar”).

Pero éste articulo se titula Revolución, Robots y Números. ¿Por qué?

Porque en efecto acabará llegando otra Revolución (también basada en que la mayoría quitará privilegios a la minoría) cuando nos invadan los Robots.

Los Robots serán de los ricos porque aunque no los inventan, ellos si pagan su construcción, y según el Derecho Internacional, por lo tanto son suyos.

Más, sean de quien sean, harán que sobre, en gran e inmensa medida, la mano del hombre (sobra el trabajador).

Y eso recordará al médico, al profesor, al abogado, al policía, etc. (miembros de la clase media) que también son trabajadores (porque viven de su trabajo) aunque vivan bien.

Ocurrirá que, a causa de los robots, todos irán al paro porque habremos llegado a una sociedad en que se pueda vivir (bien) sin trabajar o trabajando muy poco.

Lo que supone un nuevo sistema de valores en que los Poderosos perderán Poder ya que si la gente pueda vivir sin trabajar perderá el miedo a perder el trabajo (y por ejemplo no habrá disculpa para vender armas a Arabia Saudí).

Ahora bien, ¿está el Poder dispuesto a que la Humanidad viva feliz consiguiendo todo tipo de bienes con poco trabajo?.

En absoluto, buscaran disculpas para que los parias de la Tierra sigan siendo parias.

Y es ahora y en ese momento, donde surgirá la Gran Revolución: Las clases medias (que se quedaran sin trabajo) se unirán a los obreros (que se quedaran sin trabajo) y exigirán el reparto cotidiano de la riqueza producida por los inventos del Género Humano.

Los números volverán a dar la mayoría (democrática) que venza al Poder de la Minoría (antipática).

Urge pues la invasión de los robots para que llegue la Revolución.

Está allá por el año 2050. Esperémosla y Celebrémosla con regocijo.

Paco Molina. Zamora. 25 de Octubre del 2018.




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