domingo, 14 de junio de 2020

OJO. QUE HAY ESCRACHES Y ESCRACHES.



OJO.  QUE  HAY  ESCRACHES  Y  ESCRACHES.

Desmelenada, y cacerola en mano, la derecha más conservadora y ultra de España se ha lanzado a hacer escraches ( a ir a la casa de un político a darle la murga por alguna ley que haya apoyado).

Tal acción, que no pega en gente de orden y caridad cristiana, la justifican en que no hacen más que darle a los políticos de izquierdas la misma medicina que estos justificaron en su día. El escrache como método de denuncia.

Pero hay una gran diferencia. Hagámosla ver.

Los únicos escraches que ha llevado a cabo la gente indignada de izquierdas ha sido con motivo de la Ley de Desahucios que hay en España. 

Porque es una ley desalmada (sin alma) y única en el mundo capitalista. A tal punto que basta con recordarla para ver su carácter bestia.

Resulta que si la familia “A” no pudiera seguir pagando su hipoteca (por ejemplo por haber quedado sus miembros en paro contra su voluntad), se quedará sin la que creían su casa, se quedará sin el dinero que hasta entonces le haya dado al Banco, y se quedará debiendo de por vida lo que les falta por pagar de ese hogar perdido a su querido Banco.

Es decir, arruinados, ni siquiera pueden empezar de CERO.  Han de empezar sin vivienda y con una deuda injusta sobre sus espaldas, de decenas de miles de euros.

Todo esto en una operación en la que el único culpable de que alguien no pueda pagar es el propio prestamista, el Banco, como les vamos a recordar.

Miren. Si ustedes le piden 100 € prestados a una entidad financiera, esta se los va a dejar, con dos condiciones. Una, que les parezca que usted los va a poder devolver, y otra, cobrándoles un interés que incluye  la circunstancia de que usted no pueda pagar.

Recordemos cómo va el asunto. Como usted le ha pedido 100 € al Banco, éste a su vez le pide 100 a otro banco más grande para dejarle a usted los que pidió.

 Naturalmente ese segundo Banco,  Grande, que le presta al que usted usa como cliente, le va a cobrar a su banco un interés por ejemplo del X %.

 A su vez su Banco quiere ganar en la operación con usted un interés de, pongamos, el  Y %.

Llegados aquí  si su Banco quiere ganar el Y % de interés, le cobraría a usted, el (X+Y) % . El X % para pagarle al Banco Grande por lo que le pidió, más el Y % que es lo que quiere ganar a costa de usted.

Hasta aquí sencillo, ¿no?

Pues prepárese porque sigue la fiesta. Su Banco no le va a cobrar ese interés únicamente. Le va a cobrar un plus que obtiene de la siguiente manera.

Como es su banco porque usted no es tonto, ellos son listos. Y como son listos tienen estudios que les avisan de qué porcentaje de préstamos no suelen recuperar.

Pongamos que ese tanto por ciento es Z (Es decir Z es el porcentaje de préstamos que la historia le dice a su banquero que no suele poder recuperar).

Pues bien, llegados aquí va a resultar que lo que su querido Banco le va a cobrar de intereses por el préstamo de 100 € que usted solicitó es de X+Y+Z.

Con lo que vemos que en definitiva, el Banco le cobra a los clientes que sí pueden devolver el dinero también  el dinero  de los que no podrán pagar.  Traducido al castellano, el Banco nunca pierde.

Repasemos. Como vemos hay  dos pasos delicados para el Banco. Uno, ver a quién le dejan el préstamo (o le dan la hipoteca), y el otro ver cómo recargan los posibles “fallidos” a los que si cumplan.

 Por tanto, si alguien por desgracia no puede acabar de pagar su casa, bastaría, como en el resto del mundo, quedarse sin el dinero que se dio, y entregar la casa al banco ( devolvérsela) para saldar la deuda con la banca.

Lo que se llama “dación en pago” (o sea que dando la casa cancelas la deuda). Que eso es lo que se hace en el resto del mundo civilizado (y capitalista).

Pero eso en España no se hace por culpa de unos políticos que trabajaron claramente a favor de las constructoras y de la Banca (que tienen elementos comunes) y no del pueblo.

¿Qué por qué hemos metido aquí a las constructoras? Muy sencillo, si yo vendo chuches con que mis clientes, los niños, tenga 3 euros mi negocio marcha; pero si vendo pisos mis potenciales clientes no podrán tener para comprar todos los que hago salvo que yo (disfrazado ahora de banquero) regale el dinero (para lo cual hago la vista gorda entre quienes podrán pagar o no, avales a parte, e incluso doy con la hipoteca dinero para los muebles y el coche ¿les suena?) .

Más, como son más listos que tú, te regalan un dinero envenenado, cuyo veneno es la Ley de Desahucios Española.

¿Y quién hace las leyes? Los políticos. Por eso a algunos del PP se les hicieron escraches, para señalar lo cruel que es esta normativa.

Pero  ese tipo de movilización es muy dura porque puede afectar a los hijos del político que no tienen nada que ver.

Entonces, ¿es que los que hacían esos escraches no se daban cuenta de su error al mezclar en el asunto a inocentes?.

Si se daban cuenta, y lo explicaban así. ¿Acaso los hijos de la pareja desahuciada no son inocentes o más que los hijos del político vendido al poderoso? ¿Tienen capacidad para asimilar las cosas los hijos de los desahuciados y no los de quien hace una Ley única en el mundo por lo abusiva?

Por tanto, no todos los escraches son iguales. Aquellos contra los desahucios tenían la justificación social que hemos tratado de explicar. 

Mientras que los escraches de ahora sólo se basan en una especie de odio o 
deseos de hacer daño, al político y su familia, sin ningún sentido.

 Y no lo decimos nosotros, lo dice muy bien la concejala de vox en Galapagar, cuando cuelga videos en la red en los que se la ve  gritando a Pablo Iglesias (de Unidas Podemos) que se va a tener que ir de su casa y de España (como lo oyen).

Sin que sepamos, en lo que va de Gobierno, que éste haya hecho ni una sola Ley que haya perjudicado a nadie.

Resumiendo, un escrache es algo tan duro contra quien se ejerce que el escrachado tiene que haber hecho algo tremendamente duro contra el pueblo español, como declarar una guerra o una ley de desahucios única en el mundo por su crueldad.

Paco Molina. Zamora. 14 de Junio del 2020 .

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