jueves, 11 de febrero de 2016

EL BARCO DEL ALCALDE

EL  BARCO  DEL   ALCALDE

Sr. Director:

Supongamos que el Alcalde de Zamora  es el capitán de una nave constituida por los concejales socialistas del Ayuntamiento.

Hasta ahora, nuestro alcalde-capitán ha guiado la nave por aquellas aguas de la política municipal que ha querido, ya que los tiburones desdentados de la oposición (concejales de Coalición Popular) no suponen ningún obstáculo (¡a pesar de ser once!) y tampoco lo es el concejal del CDS, que más bien parece una sirena.

Este estado de cosas ha hecho que la nave socialista municipal haya perdido el rumbo y de repente, se haya topado: por abajo, con mas rocas de las que se pensaba (tema de un campo de fútbol donde debía ir un parque) y por arriba con un iceberg de aúpa (tema de una carretera atravesando la ciudad donde debía ir el sentido común).

El alcalde ya ha visto más de 2.500 firmas de zamoranos que le avisan; “Circunvalación ¡si!. Mas de 700.000 vehículos de paso, al año, por plena ciudad no!.

Sabe que esa parte visible del iceberg de firmas lleva debajo un volumen varias veces mayor.

Si es sensato, debe estar preocupado.

Sobre el campo de fútbol ya ha dicho, si la mayoría está en contra, no se hace en la vaguada.

El capitán empieza a captar que si sigue fiándose de esa brújula (el grupo técnico) y de esos marineros (los que le rodean adulándole pero no ayudándole) se va a dar un tortazo de padre y muy señor mío.

Debemos por tanto recordarle que si cambia de opinión, para hacer una parque donde lo necesitan y una circunvalación de verdad, Zamora será una ciudad mejor, y él un Alcalde mejor.

Y ya que estamos hablando de barcos, conviene recordar al guardacostas correspondiente su obligación de informar al Ministerio de Obras Públicas, que el proyecto de meter la carretera por la ciudad le va a costar al Estado 85 millones (de pesetas) más (y encima para no solucionar el tráfico interurbano) que si se construye una circunvalación por la Aldehuela.

Circunvalación que además presentaría más atractivos para los vehículos en tránsito, ya que al transcurrir en un importante tramo junto a la futura zona verde, entre la carretera de la Aldehuela y el río, puede conseguir que se detengan más vehículos que la supuesta vía semirrápida que va a ir encajonada entre dos andenes, dificultando la tentación de aparcar.

En fin, esperemos no tener que leer un próximo artículo titulado “El avión del Alcalde”, porque éste siga en las nubes ante dos temas tan claros como “parque, sí, carretera travesando la ciudad, no”.

FRANCISCO MOLINA. El Correo de Zamora. 2 de Noviembre de 1984


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