EL
HOSPITAL FLOTANTE
En este artículo se
va a mezclar la guerra, el hospital de Benavente, la muerte de los 62 valientes
soldados españoles en accidente de avión, la ayuda humanitaria y si caben, los resultados electorales en
Zamora-city.
Para empezar conviene
recordar que todos los grandes imperios han caído cuando el mantenimiento de
sus ejércitos para dominar el mundo ha sido tan costoso que la economía propia
se ha venido abajo (todo esto aderezado con que siempre hay algunos indómitos que
se sublevan contra el que más manda).
La subida de
impuestos que viene a continuación, unida a la muerte en tierras lejanas de
hijos, padres o maridos, empiezan a hacer ver al pueblo que "en efecto se
ha equivocado" apoyando la guerra de turno.
Para seguir
empecemos por echar un vistazo al asunto del hospital nuevo en Benavente y la
zona norte de nuestra provincia.
Resulta que si no lo
hacen no es por falta de enfermos sino por falta de presupuesto.
Y sin embargo para culminar
la guerra contra Irak se ha enviado allí nada menos que un barco-hospital, algo
mucho más caro, desde cualquier punto de vista, que lo que se está pidiendo
para una provincia pobre como esta de aquí.
Eso se debe a que
las guerras, o se pagan caras perdiéndolas, o se pagan caras manteniendo la
ocupación.
Pásese así al caso
del avión de alquiler para traer y llevar a nuestros militares. Resulta que en
estos momentos tenemos tropas ocupando distintos países, con mayor o menor
beneplácito de la ONU, que eso es lo de menos para lo que hablamos.
Bosnia, Afganistán e
Irak son los territorios donde ahora estamos en plena ayuda humanitaria, con la
jeringa en una mano y el fusil en la otra.
Como eso es bonito pero pesado y duro, de vez
en cuando hay que renovar al destacamento.
Más, esos viajes son
caros, como caro es mantenerlos allí. Consecuencia a abaratar el asunto o a
subir los impuestos.
Primero se intenta
lo primero y si sale, sale, y si no, unos cuantos inocentes muertos absurdamente
porque no podían ganarse la vida pacíficamente en su patria.
Los ejércitos son emigrantes
temporales que en vez de ir a la fresa, o la vendimia, van a disparar o a
humanitaria tarea realizar, lejos de nuestras fronteras.
Y es que no queda
otro remedio que "ganarse la vida" (en este caso, jugándosela).
No es pues ese
accidente algo impensable, sino más bien algo que se repetirá con frecuencia en
otras versiones.
Salvo que se suban
mucho los impuestos a costa de la sanidad, la educación o las pensiones, etc.
No obstante y sobre
ayudas humanitarias de los ejércitos, conviene recordar que la más eficaz
siempre ha sido la de impedir al país ocupado que gaste en defensa.
Ya ocurrió con
Alemania y Japón tras la Segunda Guerra Mundial.
A ambos países se
les prohibió fabricar y comprar armas e incluso tener ejército, y gracias ello
se convirtieron sus economías en el célebre milagro japonés y alemán.
Milagro que se vino
abajo desde que ambas naciones son libres y tienen ejércitos para seguir siendo
libres.
Ahora Afganistán,
Irak y Bosnia verán mejorar su economía si de verdad les prohibimos el gasto en
armamento.
Que eso no es mala política
humanitaria.
Y similar moraleja
hay que aplicar a las pasadas elecciones. Se dice que al PP no le afectó la
guerra. Ya veremos. Porque más bien parece que cual elefante herido de muerte
siguió andando como si nada.
Pero para empezar,
en Zamora ganó gracias a la ayuda humanitaria dispensada a "una
veintena" de ancianitos enfermos, a los que se sacó durante unas horas a
la intemperie para que disfrutaran de la democracia sin saber a quién votaban.
¡¿Cuando
aprenderemos que la mejor ayuda humanitaria es que no haya guerras?!.
FRANCISCO
MOLINA. La Opinión de Zamora. 4 de Junio del 2003 (En aquellas elecciones municipales el PP se llevó la mayoría absoluta por 17
votos en el Ayuntamiento de Zamora)
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