miércoles, 17 de febrero de 2016

EL HOSPITAL FLOTANTE

EL  HOSPITAL  FLOTANTE

En este artículo se va a mezclar la guerra, el hospital de Benavente, la muerte de los 62 valientes soldados españoles en accidente de avión, la ayuda humanitaria y si  caben, los resultados electorales en Zamora-city.

Para empezar conviene recordar que todos los grandes imperios han caído cuando el mantenimiento de sus ejércitos para dominar el mundo ha sido tan costoso que la economía propia se ha venido abajo (todo esto aderezado con que siempre hay algunos indómitos que se sublevan contra el que más manda).

La subida de impuestos que viene a continuación, unida a la muerte en tierras lejanas de hijos, padres o maridos, empiezan a hacer ver al pueblo que "en efecto se ha equivocado" apoyando la guerra de turno.

Para seguir empecemos por echar un vistazo al asunto del hospital nuevo en Benavente y la zona norte de nuestra provincia.

Resulta que si no lo hacen no es por falta de enfermos sino por falta de presupuesto.

Y sin embargo para culminar la guerra contra Irak se ha enviado allí nada menos que un barco-hospital, algo mucho más caro, desde cualquier punto de vista, que lo que se está pidiendo para una provincia pobre como esta de aquí.

Eso se debe a que las guerras, o se pagan caras perdiéndolas, o se pagan caras manteniendo la ocupación.

Pásese así al caso del avión de alquiler para traer y llevar a nuestros militares. Resulta que en estos momentos tenemos tropas ocupando distintos países, con mayor o menor beneplácito de la ONU, que eso es lo de menos para lo que hablamos.

Bosnia, Afganistán e Irak son los territorios donde ahora estamos en plena ayuda humanitaria, con la jeringa en una mano y el fusil en la otra.

 Como eso es bonito pero pesado y duro, de vez en cuando hay que renovar al destacamento.

Más, esos viajes son caros, como caro es mantenerlos allí. Consecuencia a abaratar el asunto o a subir los impuestos.

Primero se intenta lo primero y si sale, sale, y si no, unos cuantos inocentes muertos absurdamente porque no podían ganarse la vida pacíficamente en su patria.

Los ejércitos son emigrantes temporales que en vez de ir a la fresa, o la vendimia, van a disparar o a humanitaria tarea realizar, lejos de nuestras fronteras.

Y es que no queda otro remedio que "ganarse la vida" (en este caso, jugándosela).

No es pues ese accidente algo impensable, sino más bien algo que se repetirá con frecuencia en otras versiones.

Salvo que se suban mucho los impuestos a costa de la sanidad, la educación o las pensiones, etc.

No obstante y sobre ayudas humanitarias de los ejércitos, conviene recordar que la más eficaz siempre ha sido la de impedir al país ocupado que gaste en defensa.

Ya ocurrió con Alemania y Japón tras la Segunda Guerra Mundial.

A ambos países se les prohibió fabricar y comprar armas e incluso tener ejército, y gracias ello se convirtieron sus economías en el célebre milagro japonés y alemán.

Milagro que se vino abajo desde que ambas naciones son libres y tienen ejércitos para seguir siendo libres.

Ahora Afganistán, Irak y Bosnia verán mejorar su economía si de verdad les prohibimos el gasto en armamento.

Que eso no es mala política humanitaria.

Y similar moraleja hay que aplicar a las pasadas elecciones. Se dice que al PP no le afectó la guerra. Ya veremos. Porque más bien parece que cual elefante herido de muerte siguió andando como si nada.

Pero para empezar, en Zamora ganó gracias a la ayuda humanitaria dispensada a "una veintena" de ancianitos enfermos, a los que se sacó durante unas horas a la intemperie para que disfrutaran de la democracia sin saber a quién votaban.

¡¿Cuando aprenderemos que la mejor ayuda humanitaria es que no haya guerras?!.


FRANCISCO MOLINA. La Opinión de Zamora. 4 de Junio del 2003 (En aquellas elecciones municipales  el PP se llevó la mayoría absoluta por 17 votos en el Ayuntamiento de Zamora)

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