lunes, 15 de febrero de 2016

FUERA DE JUEGO NUCLEAR

FUERA   DE   JUEGO  NUCLEAR

Sr. Director:

El presidente de la Diputación y el gobernador, van a Portugal, junto a la frontera española, porque allí irá también el presidente de ese país.

Entre la comitiva figura una periodista que, al buscar descanso en un bar, se encuentra, escrita en portugués, la noticia de que se va a construir en nuestras narices un cementerio nuclear (vulgo, laboratorio para experimentar las reacciones de residuos radiactivos en el medio granítico).

Los políticos que habíamos elegido hace poco, en junio, y aquellos a quienes habíamos elegido hace mucho no parecen tener ni idea sobre el tema.

Están en fuera de juego (o juegan con fuego).

(Problema para la sobremesa: ¿creen ustedes que ese señor que vino a Zamora para que le aupáramos al Parlamento, el ministro Romero, miembro del Gobierno del país donde la CEE quiere instalar el cementerio, vulgo, laboratorio..., no sabe nada?)

La reacción ciudadana, sin embargo, es contundente; el clamor es tan grande que no ha habido ni una voz que haya defendido la instalación de este pozo sin futuro.

Pero no basta con hablar, hay que actuar, hay que procurar que mientras pasamos a la ofensiva, defendiendo lo nuestro, no nos 'pesquen' en fuera de juego, porque...

Si usted es partidario de la energía nuclear reconocerá que algo hay que hacer con los desechos peligrosos y destructivos que genera.

Y como ese es uno de los muchos temas que no tiene resueltos la industria del ramo, reconocerá también que es lógico que busquen  zonas geológicas adecuadas (la nuestra es una), zonas que, al tiempo, estén en vías de desertización, en cuanto al número de habitantes (la nuestra es una), y zonas donde la población sea dócil (nuestro caso).

Es decir, para luchar contra el cementerio nuclear, debemos empezar por reconocer que esto de la energía nuclear no estaba nada claro.

Ah!, y respecto a los residuos que ya existen, ¿qué hacer?

Pues, mire, no podemos evitar ser una zona geológicamente adecuada para el engendro, no podemos tampoco evitar ser una provincia de bajo número de habitantes, pero si podemos empezar a no figurar como dóciles en los manuales de los centros de decisión.

¡Opongámonos!; nuestro problema es defendernos, y no resolver los de ellos, que no saben qué hacer con la 'maravilla nuclear'.

'Hoy activos o mañana radioactivos', y los dóciles que dimitan.


Francisco MOLINA. El Correo de Zamora. Años 80 del S.XX

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