ZAMORA
SIN LIBERTAD
Cuando ETA aún no se
había rendido (a la evidencia) de que la paz también era mejor para sus fines,
y cuando aún mataba, en este caso a concejales del PP, me llamó rabiosamente la
atención lo siguiente.
Una concejala del PP,
con aspecto de señora y por tanto señora conservadora, como esas que hay tanto
en Zamora (misa, familia, tradiciones y señora vestida de señora), hizo unas declaraciones
sobre la cuestión de la amenaza de muerte que sobre ella pesaba y sobre el
hecho de tener que ir acompañada permanentemente de un guardaespaldas.
Pues bien, en esas
declaraciones, no se quejó solo del miedo a morir, sino que también hizo hincapié
en lo insoportable que resultaba tener como una segunda sombra en la figura del
funcionario de turno que tuviera que protegerla, porque, añadió, así pierdes
hasta la libertad.
Me quede perplejo, y
de golpe se me agolparon en las sienes comentarios similares oídos en Zamora,
aunque por otros motivos.
La señora vasca
notaba pérdida de libertad al ir acompañada continuamente por un funcionario
guardaespaldas, mientras que en Zamora la gente se queja de pérdida de libertad
al estar continuamente acompañados por el “vecino/a guarda-costumbres”.
¿Quién no ha oído eso de que Zamora es la bien
cercada de cotilleos, que la atmósfera aquí es irrespirable (un microclima
maloclima), etc.
Normalmente, quienes
esto dicen, ponen a Madrid como ejemplo de ciudad donde, por lo menos allí vas
como quieres y haces lo que quieres.
Estamos en ambos
casos ante la misma queja. Es insoportable, al parecer, que existan junto a
cada uno o una, unos "ojos que todo lo ven".
Ante esto cabe
pensar que la señora de Bilbao quería libertad para comprarle un regalo al
marido y poder darle una sorpresa.
Entonces la
explicación tiene que ser, y la más plausible sería la de considerar que la gente
no quiere ser vigilada para poder hacer picardías, y no para otras cosas para
las que más bien necesitas lo contrario (que se vea lo bien que me va).
Pero entonces, ¿qué
pasa?. ¿Se puede fomentar la visita a Zamora como olla a presión social exclusiva?
O mas bien, la señora
vasca nos ha enseñado la verdad universal; que la gente necesita libertad para
hacer picardías, porque no tiene bien resuelto ese tema.
Hay que inclinarse
por esta última explicación, aunque hay que descartar que ni en Bilbao, ni en
Zamora cuando se dice lo que se dice, se está diciendo que se quieren hacer
picardías, es mas eso ni lo dicen ni lo quieren decir, lo que ocurre es se les
escapa la verdad, no se sienten libres, y culpan de ello a la anécdota, bien
sea esta el guarda-espaldas-funcionario o el guarda-costumbres-vecino.
Así se escribe la
historia, y para que se entienda mejor, escribamos también la infrahistoria.
Todo esto viene de
un error de las fuerzas progresistas. Veamos.
Todo el mundo sabe
que si quieres aprobar el curso de persona de izquierdas debes saberte la
primera lección, que dice:
Como la salud es una
necesidad básica debe existir un servicio público de salud de calidad; como la
educación es una necesidad del ser humano debe existir una educación pública
que garantice la calidad del servicio, y como la vivienda y el trabajo también
son indispensables, es el Estado, mediante actuaciones públicas. quien debe
garantizar estos servicios.
También dice el catón
del progresista, que hay que oponerse a la privatización de todos estos servicios
porque al ser la empresa privada empresa con ánimo de lucro al final degenera
la calidad del servicio.
Bien, pues visto
esto, repárese en que, el hacer picardías, que es una necesidad inherente a la
especie humana, en vez de garantizarla mediante un servicio público (las mujeres
públicas no lo son) se ha dejado todo el campo libre para que la necesidad la
resuelva la iniciativa privada mediante lo que se llama la familia, y claro,
como ésta es una empresa con ánimo de lucro deja mucho que desear (¡nunca mejor
dicho!).
Francisco
Molina (Zamora). La Opinión de Zamora. Años 90 del S.XX
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