EL
COCHE DEL ALCALDE
Señor director:
Los cristales del
coche del alcalde de Zamora son oscuros, de tal forma que desde fuera es
dificilísimo ver lo de dentro.
Algunos zamoranos
han pasado noches en vela dándole vueltas a la gran duda: ¿también desde dentro
será casi imposible ver el exterior?
Con el ánimo de
conciliar el sueño de esos ciudadanos se escriben estas letras y esta verdad:
desde el interior del coche oficial del señor alcalde no se ve el exterior.
Por eso el señor
alcalde no ha visto que cuando viaja y llega a una ciudad importante o con suerte,
su coche la salva pasando por una circunvalación.
Por eso el señor
alcalde no ha visto que cuando, a la fuerza has de atravesar una ciudad,
pasando semáforo tras semáforo, lo que deseas es perderla de vista.
Por eso el señor
alcalde no ha visto que los campos de fútbol o están donde siempre o están en
las afueras, y esto tanto en ciudades como en pueblos.
Por eso el señor
alcalde no ha visto que los parques son ese terreno verde, fresco y sano que
tienen los que no tienen parcela, los que no tienen chalet o los que no tienen
la posibilidad de salir todos los fines de semana o vacaciones, en busca de
lugares agradables.
Por eso el señor
alcalde no ha visto que la calidad de vida de una zona de la ciudad mejora con un
parque en ella y empeora haciéndola atravesar por una carretera.
Por eso el señor
alcalde no ha visto que cuando se tienen las ideas claras no se hace la presentación
del avance de un Plan de Urbanismo repitiendo tres veces, tres, en un brevísimo
espacio (ver tríptico del Plan), que el documento (del Plan) es completo cuando es incompleto porque es modificable y
mas incompleto todavía porque va a perjudicar a las zonas más pobladas de la
capital (carretera por Cardenal Cisneros, y no parque junto al Bolón).
Por eso el señor alcalde
no ha visto que cuando más conflictivo es un tema, la nobleza obliga a
debatirlo y exponerlo en detalle, y no como ocurre con la carretera atravesando
la ciudad, de la que no existe la menor mención específica en la exposición que
se hace, precisamente, para que el público opine.
Por eso,
empadronados de la villa, si veis que la ciudad pierde tranquilidad y gana en
ruidos y peligros por culpa de una carretera que nos quieren imponer, y que
pierde posibilidades y encanto porque nos dejan sin un posible gran parque,
nunca penséis que es porque tenéis un mal alcalde; el y sus liberados son
buenos, los malos, los culpables, son los cristales del coche del señor
alcalde, que son demasiado oscuros..., como nuestro Plan de Urbanismo.
Francisco
MOLINA. El Correo de Zamora. Entre 1983 y 1987
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