sábado, 24 de agosto de 2013

Del Camino de Santiago al Camino de "Baco-gorza"

 

                                   BODEGAS      “BACO”

Si un animal tiene hambre y tiene comida, come. Si un animal está en celo- tiene ganas- y encuentra a otro en el mismo estado, fornica.
 
Si un ser humano tiene hambre y comida, puede no comer. Si una persona tiene ganas de refocile  y oportunidad, puede no hacerlo.

            Esta diferencia en la conducta entre el animal y el ser humano  podría hacernos partir de risa.
 
Pero no, la capacidad de decir no a lo bueno y escoger, por el contrario, entre una cosa y otra l a peor, ¡eso es la libertad! y lo que nos hace  autobautizarnos como animales racionales .
 
 De hecho, si en Marte hubiera vida y se observara que unos animalitos hacen sólo cosas buenas para ellos, y otros las malas, estos últimos serían catalogados por nuestros sabios como seres superiores.

            Esa capacidad se ha bautizado como sacrificio y por lo visto es muy buena .Es más si será buena que gracias a esa gracia los expertos se dieron cuenta de que tiene que haber dioses. 
 
         Nace así el espíritu religioso. ¿Quién nos creó? ¿Para qué nos creó? ¿Por qué nos creó? ¿Con qué nos creó? ¿Quién  creó a quien nos creó?. Hoy día todas esas preguntas, menos la última, están resueltas. La última no, porque si nos planteamos la última no podríamos resolver las anteriores.

            Pero hasta  hoy hubo mucho trecho que recorrer. Una vez que se descubrió  que somos la pera  u homo-masoquísticus; el problema era imaginar el mundo espiritual.
 
Aparecen así los dioses. Los expertos, antes llamados hechiceros, veían dioses en todas partes. Que se desbordaba el río, el dios era el río, que se había cabreado porque alguno de la tribu, entre lo bueno y lo malo, había escogido lo bueno, usando así el libre albedrío torpemente.
 
Fueron entonces dioses, las tormentas, los rayos, los truenos, el fuego, en fin, cualquier bobada que les asustaba o no controlaban. Lógico, pues pudiendo elegir las cosas al revés- mejor lo malo que lo bueno-, era elemental que entre inventar unos dioses cachondos, juerguistas y orgiásticos u otros severos, mortificantes y censores, debíamos escoger estos últimos..

            No obstante, luego, por decadencia sin duda, se inventaron unos más en la línea del sentido común, y entre los dioses-enfadados, pusieron otros más festivos, como Venus,  Baco, etc.
 
 Ahora en la actualidad se está más por creer en un solo dios, eso sí, con cara de pocos amigos como manda la tradición. 
 
 Pero también es verdad que de aquél lejano pasado un dios sigue siendo venerado, a diestro y siniestro, y con denominación de origen,  BACO.

            Ante esto podemos propugnar que dada su importancia en la historia de la humanidad y por ende en Europa, se haga una mención a él o su doctrina en la Constitución Europea que se está pergeñando.
 
 Sin embargo, por respeto a que no todos son santos de su devoción, en este caso los abstemios, es preferible que por ahí no se profundice. Lo que no obsta o quita para que se deba  estudiar las ventajas que aportaría resucitar el culto a este  Dios del Vino.

Los beneficios serían innumerables, pero a modo de ejemplo citemos alguno.
 
Imaginemos que como el Camino de Santiago se pusiera de moda el Camino de "Baco---gorza", y desde todos los lugares del universo se peregrinara con bota, en vez de concha, para visitar las Bodegas de Toro bajo el lema, “Si bebes, ven con chofer”. (Con lo que no nos limitaríamos al actual turismo de alpargata).
 
 Los beneficios económicos excuso citarlos, pero baste con hacer ver que, con esta iniciativa, para qué queremos un Puerto Seco pudiendo tener un Puerto Húmedo. Lo cual, teniendo en cuenta que la tarta para la Europa de los 25 va a ser la misma que para la de los 15, no es moco de pavo, pues si ya no vemos los billetes de 500 euros, luego, ni borrachos.

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