viernes, 21 de septiembre de 2018

EL MUNDO ES REDONDO Y LOS NEGOCIOS TAMBIÉN.


EL MUNDO ES REDONDO Y LOS NEGOCIOS TAMBIÉN.

Con motivo de la crisis económica comenzada en el año 2008, el Señor Montoro (en nombre del PP) dispuso una normativa para que los Ayuntamientos ahorraran.

Para ello ordenó bajar el sueldo de los empleados públicos municipales, ordenó que si una plaza quedaba libre no se cubriera, etc.

También dispuso lo que llamó el “techo del gasto”, consistente éste en que un municipio no podría gastar más de lo que estipulara “su techo del gasto”, y ello ni aunque le sobrara dinero.

Estas medidas (unidas a otras que no vienen al caso) acabaron produciendo  superávits en muchos Ayuntamientos.

En el caso del Ayuntamiento de Zamora, el superávit (que al final de año se recaude más de lo que se gasta) apareció en los 3 últimos años del periodo en que Doña Rosa Valdeón (aún del PP) fue Alcaldesa.

Y ahora viene lo bueno. El Señor Montoro, como buen servidor del PP y en nombre de este partido, era uno de los 3 vértices del célebre triangulo amoroso que en España constituyen, el Partido Popular, la Banca y las Grandes Constructoras.

Triángulo que en algunos casos la justicia ha dicho que era un amor interesado   o sea, corrupto.

Como consecuencia de ese amor, uno de los regalos que ratificaba tan alto sentimiento, ha sido lo que a continuación les contamos siguiendo la senda de los superávits de los Ayuntamientos.

Porque resulta que el Señor Montoro (PP) dispuso en su Ley de Sostenibilidad Financiera, además de lo dicho, que todo Ayuntamiento que tuviera superávit un año, al siguiente, por fuerza, tuviera que emplearlo así:

1º.- Que al menos la mitad del dinero que le sobró a un Ayuntamiento el año X lo dedicara el año X+1 a pagar la deuda que tuviera con los Bancos (porque para la Banca, arruinados ellos a pesar de los 60 mil millones que les regalamos, era primordial recuperar dinero en metálico, lo que se llama conseguir liquidez).

2º.- ¿Y la otra mitad del superávit, podría dedicarla el municipio a lo que le diera    la  ganan, puesto que suyo era ese dinero?

Ni hablar. Sabido es que en todo triangulo amoroso, si a uno le regalas algo, al otro le debes hacer un presente similar para que no se cele.

Es decir, algo tendría que darle el PP (con su Ley) a  las Grandes Constructoras. Y para eso inventó el término “inversiones sostenibles”.

Disponiendo que esa mitad del superávit de cada año (de haberlo) el Ayuntamiento tuviera que dedicarlo a “inversiones sostenibles”.

¿Y qué es una “inversión sostenible”? Algo metafísico, pues se trata de una obra que una vez hecha no exija mantenimiento.

El asunto es tan descabellado (¿qué obra no requiere luego un mantenimiento por barato que sea?) que el propio PP ha tenido que ir aclarando qué es no tener que mantener, de manera que ahora la mano     se ha flexibilizado.

Pero el caso es que en principio las presuntas obras que no necesitarían mantenimiento eran casi sólo “las de pavimentación”.

En consecuencia , y aunque no únicamente de chapapote vive el hombre, a los Ayuntamientos no les quedó otra salida (de querer gastar la mitad del dinero que les sobraba) que pavimentar sus calles.

¿Y quien pavimenta mejor y más de prisa? Una gran empresa.

Cerrándose así el círculo vicioso del triangulo amoroso: PP, Banca y Gran Constructor.

Usemos como ejemplo el Ayuntamiento de Zamora por si usted no lo ha entendido.

Heredero del Gobierno Municipal de Doña Rosa Valdeón (ex PP), el actual Gobierno IU-PSOE, se encontró con superávits (además grandes).

Por tanto, tuvo que dedicar la mitad de su remanente (vulgo “sobrante”) de cada año a pagar la deuda que tenía con los bancos (hasta que un año, de los 3 que lleva, optó por pagar la deuda de golpe).

Mas ¿qué hacer con el resto del dinero que sobraba cada año?.

Por suerte para Zamora, un asunto pendiente, el despejar las murallas de la Avenida de la Feria de casas que las tapaban y afeaban, se pudo definir como “inversión sostenible”, ya que derribado un edificio de esos, ya no hay que mantener la “obra” realizada.

Pero el dinero seguía sobrando. ¿Qué hacer pues?

Lo dicho. Viva el chapapote. Y por eso nos encontramos con que se está pavimentando Zamora (con alegría de los vecinos que lo necesitaban y desconcierto de los que no se explican qué pasa).

Siendo lo importante de lo que le queremos contar, que pavimentar tanto exige que lo hagan empresas de postín.

Y así vemos que San Gregorio y Exfamex (vulgo Arcebansa para entendernos, pues el propietario es el mismo), los grandes empresarios de la construcción de Zamora,  son quienes se han llevado el gato al agua (en noble lid, que estamos ante un Gobierno local honrado).

Dando consistencia a su pasada afirmación (cuando gobernaba el PP y se llevaban todas las obras) que es que sólo ellos tienen poder para hacer ciertas obras que exigen máquinas muy caras.

Todo lo cual demuestra que el amor, también en Zamora, permite triángulos, y el del PP con Bancos y Grandes Empresarios, es un amor de Ley.

PD.- Esta Ley del PP, que impide a los Ayuntamientos emplear su dinero en lo que de verdad necesitan, se mantiene porque Europa exige a España tener un déficit determinado (y no mayor) cada año. Y este déficit se calcula sumando, el déficit del Estado, más el de las autonomías y menos el superávit de los Ayuntamientos.

Paco Molina. Zamora.  21 de Septiembre del 2018.

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo con las ideas expresadas en éste blog en el mundo de los negocios se necesita mucha destreza y pro actividad para salir adelante.

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