domingo, 27 de octubre de 2019

MATEMÁTICAS PARA POLITICOS EN EJERCICIO



.MATEMÁTICAS  PARA  POLITICOS  EN  EJERCICIO.

No tiene este escrito otra intención que ayudar al prójimo en general, pues si bien es verdad que quienes suelen cometer los errores que se citan son los políticos, también es cierto que no resulta raro oírlos en cualquier conversación mundana.

Ojo con cuánto  giramos.

Es muy frecuente que para indicar que alguien cambió, o va a cambiar de opinión radicalmente, se diga que dio un giro de 180 grados.

Fenomenal si así es, porque en efecto si alguien camina en una dirección y por lo que sea decide ir en el sentido contrario, en efecto lo que hace es dar un giro de 180 grados.

Sin embargo no es infrecuente oír a locutores tan entusiasmados que denuncian o anuncian giros de 360 grados.

Tal vez sea porque, psicológicamente, a más grados más giro. Y en efecto así es, pero lo que ocurre es que si giras demasiado vuelves a estar como estabas (mirando para el mismo lado).

Así que no usen ustedes el giro de 360 grados como sinónimo de nada que tenga que ver con un cambio de tendencia.

Aunque en raras excepciones si pudiera ser útil esa expresión; en el sentido de que si alguien da un giro de 360 grados aunque vuelve a quedar como estaba, tal vez ahora esté como estaba pero algo más mareado o aturdido.

Este podría ser el caso de Don Pedro Sánchez, actual líder del PSOE.

Aunque es  joven, durante muchos años perteneció al aparato de su partido, aparato que tiene un marcado matiz socialderechista (como lo tenía él que incluso prefirió gobernar con Cs en vez de con el rojerío).

Luego los avatares  quisieron que fuera expulsado de dicho sanedrín de manera ignominiosa (por el mal gesto de una gestora).

Eso le hizo dar un giro de 180 grados (empezó a ir en sentido contrario) en su trayectoria, y radicalizando su discurso con unos principios socialistas, ganó, entre los suyos, la Secretaría General del PSOE, y luego gracias a Unidas Podemos y otros, la Presidencia del Gobierno de España.

Sin embargo, una vez Presidente de España, aunque sea en funciones,  le ha dado una ventolera (que no viene a cuento para lo que se cuenta) y ha convocado elecciones prefiriendo correr el riesgo de que ganen las derechas, para ver si los resultados le permiten gobernar sólo, o con la derecha en vez de con la izquierda.

Es decir, ha dado un giro de 180 grados (de la izquierda a la derecha) que si lo sumamos a los 180 del giro anterior (de la derecha a la izquierda) supone que Don Pedro en definitiva ha dado un giro de 360 grados.

O sea ha quedado como estaba, pero cual pato mareado (resucitando a Vox y aplicándole un “levántate y anda” al PP).

Pero en fin, querido político, salvo hiper excepciones como esta, nunca hables de giros de 360 grados.

Cuidado con los elementos  comunes de varios programas.

Aquí el error     que se comete (y últimamente se le ha oído a gente muy preparada) es mezclar el bachillerato con la literatura.

Hablamos de los célebres Máximo Común Divisor (MCD) y Mínimo Común Múltiplo (MCM).

Le suenan al orador las dos expresiones, y encima quiere poner  énfasis al asunto.

Entonces y casi a voleo, mete en el discurso la palabra “común” porque es muy bonita, para luego acompañarla de lo que mejor le suena a él (porque le da más contundencia al discurso).

En consecuencia, nuestro líder propone alcanzar  entre dos (o más) organizaciones un acuerdo basado en un Mínimo Común Divisor de ambos programas (o lo que es más disparate, en un Máximo Común Múltiplo).

Centrémonos en la propuesta de lograr un Mínimo Común Divisor. De ella debemos deducir que se trata de decir que ambos partidos cojan las cosas que están en los dos programas (las comunes) y ya.

Pero ¿por qué añadir lo del Mínimo? Será por aquello del programa máximo o el programa mínimo de una propuesta electoral; pero desde luego matemáticamente es un disparate.

Recordemos qué era el MCD.

Para hacerlo fácil supongamos que tenemos  2 números.

Ahora hayamos  todos los Divisores de cada uno. Naturalmente esto Divisores, por serlo, son números más pequeños que los 2 que teníamos al empezar.

A continuación el juego consiste en encontrar los que son comunes (los que son a la vez divisores) de los 2 números.

Estando la gracia del juego matemático en coger luego, de esos comunes, el más grande (por eso se llama Máximo, y por eso se llama Común y por eso se llama Divisor).

Por tanto hablar del Mínimo Común Divisor no tiene razón de ser (por cierto que el Mínimo Común Divisor de cualquier serie de números, siempre existe, y es el número 1 puesto que el 1 es divisor de cualquier número, ya que cualquier número divido por 1 da exacto).

Y para acabar repasemos qué se dice cuando se dice el Máximo Común Múltiplo (que es un disparate mayor que el ya comentado).

El Mínimo Común Múltiplo es un número que se busca así. Supongamos que tenemos 2 números y de ellos queremos hallar el MCM.

Primero se buscan todos los múltiplos de ellos (que son números más grande que ellos, claro)

Luego, de entre ellos, cogemos los comunes (los que son a la vez múltiplos de los 2 números), y ya tenemos los múltiplos comunes.

Por lo tanto, si ahora queremos hacer algo sensato, lo que buscaremos es el más pequeño de esos múltiplos comunes (el mínimo).

Y ¿por qué se busca el Mínimo y no el Máximo? Porque el Mínimo se puede encontrar ( y el localizarlo sirve para algo). Pero el máximo nunca se encuentra. Sería como viajar al infinito. Nunca se llega.

Recuérdese que los múltiplos de un número, por ejemplo del numero X se obtienen multiplicándolo sucesivamente  por 1, por 2, por 3, por 4…… Es decir, el último no existe.

Resumiendo, querido político, si quieres decir que un Gobierno de Coalición debe tener como Programa Mínimo los puntos de coincidencia (los comunes) de ambos programas, pues dilo, pero no añadas ni la palabra Múltiplo, ni la palabra Divisor, porque eso es erróneo la mayoría de las veces.  

Paco Molina. Zamora. 27 de Octubre del 2019.



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