sábado, 16 de mayo de 2020

DESDE ZAMORA CON…….ANGUITA.




Siempre he sido partidario de los líderes porque eso precipita las revoluciones de los pueblos. Julio Anguita fue un gran líder. Una gran persona. Alguien especial. Qué admiración. Qué pena. Qué rabia. Compa. Camarada.


DESDE  ZAMORA  CON…….ANGUITA.


Mezclando el título de una película del agente 007 (Desde Rusia con amor) y 4 anécdotas relacionadas con Zamora, voy a hablar de Julio Anguita.

La grandeza de un hombre se mide por el número de sus enemigos.

Esta desconcertante frase que no recuerdo a quién se le atribuye, tal vez a Alejandro el Magno, puede servirnos para poder afirmar objetivamente que Julio era un gran hombre. Un hombre grande.

Siempre admiré, y por tanto quise, a Julio Anguita, porque entiendo la política como algo que debe ser práctico, y en ese sentido que las izquierdas cuenten con un líder es algo muy útil. 

Y Anguita es el líder perfecto

Por eso, desde cuando se barajó su nombre para dirigir el PCE y  encabezar Izquierda Unida me converti en un fan suyo.

Dicho esto para que se entiende mejor mi asombro cuando habiendo venido a Zamora un Secretario General de CCOO de los posteriores a Marcelino Camacho, y habiendo dispuesto alguien,  o el azar, que me tocara a su lado durante la comida en su honor, éste señor, que no recuerdo quién fue, ni rebusco en la memoria porque no merece la pena, se pasó absolutamente todo el rato hablando mal de Julio.

Menos mal que, aunque había más gente, todo lo hizo volcado sobre mí, tal vez por ser yo cargo público, y porque algo se estuviera gestando en las altura de IU contra él.

En realidad ese hablar mal se limitaba a tratar de desgastar su figura con la letanía de que era un “visionario”. Lógicamente todos los que comulgan con el pensamiento único y su ombligo, a quien no dice amén lo consideran extraño.

Dado mi carácter y que era una conversación privada (más bien un monólogo) me limité a escuchar.

Luego o al tiempo, los acontecimientos vinieron a convertir a Julio Anguita en el enemigo público número 1 del Estado. La derecha, el PSOE, los poderes fácticos e incluso, como  indica la anécdota y la historia, personajes de la izquierda próxima o de su partido, arremetieron contra él. Había que pararlo.

El número de sus enemigos era inmenso pero no por ser mala persona, sino por todo lo contrario, por ser una persona buena, ejemplar y admirable.

He citado al PSOE porque contra Anguita se inventaron la conspiración de la pinza; cuando los acontecimientos le han dado la razón y hoy vemos a José María Aznar abrazado a Felipe González en una verdadera pinza (de marisco y puerta giratoria) contra el pueblo español.

El número de enemigos fue gran porque Julio fue grande. Y cuanto más numerosos fueron ellos más grande lo han hecho a él.
Aunque la grandeza de Julio también se aprecio y se vio en que fue tremendamente apreciado, querido y admirado, hasta el extremo de que nunca, como con él al frente, obtuvo tanto éxito Izquierda Unida (23 diputados y 2,5 millones de votos). Y nunca como en estos días se ha visto tanto cariño por un político.

Sumamente culto.

En política, como en cualquier otra actividad humana, no es imprescindible  tener muchos conocimientos, salvo los que exija la tarea que desempeñas pero si los tienes mejor.

En la vida, lo único que no sirve para nada es lo que no se sabe.

Pues bien, Anguita tenía una cultura excepcional. Era un hombre culto con todos los honores.

Y no lo digo porque le haya hecho un examen o por repetir lo que otros ya han manifestado o el mismo Julio ha hecho evidente.

Vino a Zamora a  un mitin, y con ocasión de un libro dibujado por Guarido, el  actual Alcalde y escrito por mi (El Terco de Zamora), en realidad un sencillo romance de ciegos basado en el Cerco de Zamora, confesó que le apasionaba todo lo referente al Romancero, y para pasmo de los que hacíamos la tertulia en ese momento, empezó a recitar los versos referentes  a la “bien cercada”.

De una inteligencia profunda.

Hoy día con ser demócrata, para no equivocarte, y una inteligencia media, se puede ser alguien en política.

Que la inteligencia de Anguita era superior a la medía, e insuperable para los mediocres, lo sabe todo el mundo; pero de nuevo busco un punto de apoyo concreto que lo rememora.

En el Otoño de 1999 el PSOE de Felipe González (nada que ver con el de ahora) hacia las veces de la derecha civilizada que no tenia España (y que sigue sin tener).

En ese plan, su sucursal en Barcelona, el PSC, convoca una comida con empresarios a 100.000 pesetas el cubierto (600 €) para recaudar fondos, que resultó ser un súper éxito.

Que un partido de izquierdas se financiara así (dado que se supone que el empresariado pensaba que recuperaría lo invertido) nos pareció grotesco en IU Zamora.

En consecuencia para denunciar el tema, en esos días el PSOE estaba en la otra orilla,  organizamos un comida del mismo tipo y al mismo precio por el menú del día (6 €). Es decir cada empresario que acudiera pagaría 600 € y nosotros, amen de la comida de 6€, les dábamos un programa electoral.

La convocatoria irónica se redactó tan bien (en base a las innumerables ventajas que tendría para los empresarios zamoranos votar a IU en las Generales) que la CEOE - Cepyme de España llamó  a su homóloga de Zamora prohibiendo taxativamente que ninguno de sus afiliados acudiera a tal acto de IU.

Pero no quedó ahí la cosa, resulta que la SER nacional también se creyó la convocatoria a pies juntillas (es decir se creyó, como la CEOE, que pensábamos en que iba a ir algún empresario), y el día de la comida de marras, llaman a Julio Anguita a las 8 de la mañana, para preguntarle qué  piensa de dicho asunto.

No recuerdo de qué manera solventó el asunto, pero teniendo en cuenta que él no sabía nada y que le querían tender una trampa, hay que destacar que su respuesta y conducta fue de una inteligencia brillante.

Inteligencia que se prolongó hasta el punto de que nunca reprochó, o censuró, o sacó el tema a colación. Su mente abierta y respeto democrático a todos los ámbitos de IU hablan de un gran capitán.

Por cierto, el acto de IU de Zamora, gracias a que no acudió ningún empresario, permitió ridiculizar y denunciar lo peligroso de la simbiosis de empresariado y un solo partido político.

Pasados muchos años, en el 2016, Julio Anguita visitó Zamora de incognito durante unas horas para ver la célebre procesión de las Capas de la famosa Semana Santa de aquí.

Pasaba temporadas en Ciudad Rodrigo (ciudad de la que creo era su compañera, que en el entierro, desconsolada, tocaba su ataúd y aplaudía su cariño), y como esa localidad está cerca y Zamora acababa de ser la segunda capital de provincias que tenía Alcalde de IU, cómo lo tuvo la primera su Córdoba querida en su persona, tal vez eso influyó en tan rápida visita.

Política. El camino que el marcó es el único sensato.

Antes del Estado de Alarma con motivo del covid 19, se celebró en Zamora una asamblea de los comunistas de la provincia. Se trataba de analizar el rumbo del PCE.

Como con los compas de aquí estoy en minoría absoluta me limité a estar callado, hasta el punto de que el camarada que llevaba la reunión me dijo “¿Qué opinas, di algo?”.

Pues bien, lo digo ahora, este recordar los méritos de Anguita obliga a recordar su diáfana y acertada postura en lo referente a qué hay que hacer para poder transformar la sociedad (meta única de todos nosotros).

Cambiar las cosas no es fácil, no basta tener razón, hace falta tener  fuerza o poder. En ese sentido Julio Anguita se afilió al partido comunista para crear una herramienta transformadora con más potencia que su sola figura (como hemos hecho todos los que nos afiliamos).

Pero hecho esto resulta que el PCE, lejos de crecer, disminuyó en sus apoyos internos y externos. En consecuencia Anguita y otros compas del momento, año 1984, idean el crear un movimiento político y social que se llamaría Izquierda Unida. Cuya intención era aglutinar a todas las fuerzas y personas que quisieran transformar la sociedad, programa a programa, pero que no analizaban los acontecimientos desde una perspectiva marxista.

La idea triunfó en si, pero sólo y únicamente fue cuando Anguita era su líder cuando obtuvo unos resultados importantes. Después empezó a menguar con altibajos.

A todo esto emerge otro partido a la izquierda del PSOE, hijo de la cólera de los indignados. Ante este suceso, Anguita y la mayoría de IU y del PCE, cosa que se sabe porque se nos consultó, opta por la postura más práctica e inteligente, unir fuerzas, unir esfuerzos.

Nace lo que ahora conocemos como “UNIDAS Podemos”. Con el único defecto de que Julio Anguita no puede ser el candidato a la presidencia del Gobierno de España.

Anguita fue grande por sí mismo y sobre todo por las ideas que defendía. Así que si tanto le admiramos, y estamos en su órbita, continuemos en la lucha, en su lucha. La de un hombre revolucionario.

Paco Molina. Zamora. 19 de Mayo del 2020

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