viernes, 29 de julio de 2011

Ha muerto un obrero. Julio Sánchez Fernández.

HA MUERTO UN OBRERO

Murió como tantos otros trabajadores.

Tras una vida laboral sin bajas por enfermedad, de repente, apareció una que fue mortal en poco tiempo.

Murió con 51 años.Como mueren tantos obreros, muy joven, demasiado joven.

Tenía en su persona los rasgos de la clase obrera: amable, cordial, sonriente, con ese aspecto relajado y agradable, de “conciencia tranquila”, que tienen los obreros.

Con la sencillez mamada de la escasez y que define a los hombres buenos, que él no podia vender otra cosa que su “fuerza de trabajo”, que sólo eso tenía, que nada menos que eso tenía, su capacidad de trabajo, lo que hace prosperar a la Humanidad, el trabajo.

Como un obrero más fundó una familia, y la hizo feliz, y fue feliz-se le veia en la cara-.

Una esposa como él, trabajadora también; un hijo varón, desde muy joven en el curro para salir adelante, y una hija más joven, en paro, y de la que se poco, salvo que sin él sufre sin parar, como todos los suyos.

Murió un obrero, y en las familias obreras, cuando muere el padre se pierde a alguien más que al marido y a papi. El dolor desgarra.

Era un buen trabajador; el trabajo que vendía a su patrón era de calidad, como suele ser entre los obreros.

Tal vez lo conocieran; trabajaba en la libreria Semuret, la antigua Librería Religiosa, en Zamora.

Fue un obrero ejemplar, que dio prestigio a la clase obrera, afecto a quienes le conocieron, y cariño, protección y besos a su mujer e hijos.

Qué gran persona. Qué lástima

Ha muerto Julio Sanchez Fernández.

Paco Molina

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