ZAMORA,
LA VIVIENDA Y EL CEO ECLESIÁSTICO .
En el momento en que
la liturgia católica convirtió en dogma lo de: “A Dios lo que es de Dios y al
Cesar lo que es del Cesar” lo estropeó
todo.
Porque lo lógico es
que si existe Dios, y nos ama tanto como para enviar a su Hijo a la Tierra
(Navidad) y luego sacrificarlo para
salvar a los mortales, los mortales deberían vivir sólo y en exclusiva para Él,
como agradecimiento y prueba sublime de devoción.
Pero al predicar,
dicha religión, el mismo respeto a Dios que al Cesar ella misma partió el mundo en dos: En cuerpo y
alma, en devoción y negocio, en guerra y paz.
Y metidos en esta
dinámica, de poder decir que se es creyente pero luego desde el más profundo
egoísmo vivir como si no se creyera en nada
porque al final, arrepintiéndose en el último segundo ¡al Cielo! pues se
fastidió el asunto.
Mas dejemos la
teología y vamos con “lo que pide el Cesar” (que son cosas que hay que darle a
la fuerza según las leyes económicas).
En Zamora, el
aterrizaje del actual Obispo ha sorprendido (gratamente) por su talante y
dinamismo.
Encontrando entre
sus virtudes su carácter “emprendedor, negociador y buen relaciones públicas”. Vamos
todo un CEO (término con que se nombra a las personas que se encuentran en el
vértice superior de una empresa, fortaleciéndola y haciéndola crecer).
Yo mismo en algún
escrito anterior sugerí aprovechar esa disposición para: usando como punto de
apoyo las múltiples propiedades de la Iglesia en el casco artístico de Zamora
City, potenciar el mismo.
¿Y qué sentido tiene
hablar otra vez de “economía”? Pues que ha aparecido el “Cesar” en escena y hay
que darle lo que es suyo.
Hace unos meses leí,
en un informativo solvente, que Cáritas (organización de la Iglesia Católica)
había sufrido en Luxemburgo o por ahí, una estafa de unos 20 millones de euros.
El asunto lo ligué con algún acontecimiento que conocía sobre cierres de
programas de tal asociación en algún punto de España sin que se le viera
sentido.
Pero hace sólo unas semanas la noticia, no muy difundida pero
cierta, fue que el Estado Vaticano (donde hay que darle todo al Cesar y nada a
Dios, pues es un Estado) “la hucha de las pensiones” arrojaba un déficit de 80
millones (Y así cada año, si no se corrige).
Porque resulta que
tal Estado, como todos, tiene funcionarios, y llega un momento en que se jubilan y claro hay que pagarles una
pensión.
Ante este problema, seguía la noticia, la Iglesia decía que
iba a tomar medidas para equilibrar su balanza de pagos. Se acabó lo de
limitarse a tener bienes improductivos,
Claro, como, por
ejemplo en España, no pagan el IBI por sus propiedades improductivas preferían
que siguieran siendo improductivas para no pagar impuestos. Algo así como hacen los propietarios de los cientos de
locales vacios en Zamora, que parecen preferir, por pereza y porque no lo
necesitan, no alquilar si no les dan el oro y el moro.
Naturalmente todo
esto del déficit del Vaticano y su nuevo rumbo de hacer rentable su patrimonio
me recordó el perfil del nuevo Obispo.
Y en ese sentido con
el ánimo de ayudar, sugiero a la Iglesia y al Estado Español que reparen, para
esto de resolver en parte el tema de la vivienda, en lo siguiente.
Lo mismo que ya se
adelantó “el CEO eclesiástico”, firmando un convenio para ceder las casas
parroquiales de los pueblos con el fin de que sean alquiladas.
Pues que se aborde
el tema de las residencias. En la antigua Universidad Laboral hay un edificio
gigantesco con muchísimas habitaciones vacías. Habilítense para alquiler a estudiantes que para ello se hicieron, y así
aumentará la oferta y bajará el alquiler.
Y lo mismo cabe
decir de la residencia cerrada del Colegio “Amor de Dios”, en Zamora . Y puede
que en otros sitios. Amén de los conventos y seminarios que estaban hechos para
inquilinos individuales. Conviértanse en espacios alquilables; que son un bien necesario
y no un mal “cepillo”.
Paco Molina. Zamora. 23 de Diciembre del
2024
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