miércoles, 6 de septiembre de 2023

LA PRÓXIMA REVOLUCIÓN debe ser por LA DEMOCRACIA VERDADERA.

 


LA PRÓXIMA REVOLUCIÓN debe ser por  LA DEMOCRACIA VERDADERA.

Esto se podría aplicar al mundo entero, pero centrémonos en España.

Lo que se va a defender es que, dado que en la historia nunca habrá una última revolución que resuelva todos los problemas, cabe estudiar cual es la próxima revolución que interesa a los pueblos.

Y esta no es otra que la democracia verdadera: es decir aquella en que: 1º todos los votos valgan lo mismo (es decir que voten las personas y no las hectáreas), y 2º que abarque a más tipos de  decisiones (referéndums de autodeterminación, referéndums respecto a las guerras, referéndums contra los secretos oficiales, respecto a monarquías o repúblicas, etc.)

La Revolución Democrática, o Pro Democrática, tiene 2 ventajas: una, que está muy bien visto todo lo que suene a democrático, luego, culturalmente, es fácil que venza. Y la otra ventaja es que de verdad irá abriendo paso a lo que pretenda la mayoría.

En la lucha cultural “Capitalismo contra Marxismo (o comunismo teórico)”, dado que Marx menciona la dictadura del proletariado como fórmula híper democrática para que el pueblo se defienda de las contrarrevoluciones de los ricos contra los trabajadores, y  que las revolución bolchevique y siguientes traducen el término como la dictadura del partido, o del comité del partido o del líder del partido, en definitiva, “dictadura” (con un buen fin, ayudar a quienes menos tienen, pero sin democracia) entonces el Capitalismo, los capitalistas y sus intelectuales orgánicos, pregonan las bondades de la democracia (aunque ellos mismos propicien golpes de estado que arrasen con los resultados democráticos cuando no interesan, e impongan dictaduras que defiendan a los poderosos contra el pueblo).

Pero el caso es que la democracia tiene buena prensa entre las gentes.

Por lo tanto, pedir más y más democracia  es algo que los pueblos aceptarán encantados. Se trata pues de sembrar sobre tierra fértil.

Y así, pedir que en España no haya territorios (las 26 provincias de la España Vaciada) con más diputados de los que les corresponde por número de habitantes, pedir que en España se supriman las Diputaciones (ya que tras la constitución de 1978 España se estructura en autonomías y no en provincias) o al menos que sus diputados se elijan democráticamente, y pedir que se quite el Senado o al menos que se elija democráticamente a los senadores, son demandas lógicas que la mayoría del pueblo aceptaría como buenas para él (porque lo son).

Pero no basta la democracia si se le escatiman a los pueblos las cosas a decidir. Dicho de otra manera, cuantas más cosas se puedan votar en referéndum, al margen de las elecciones clásicas, mejor para todos y para resolver los problemas de todos.

Pongamos como ejemplo el problema catalán (y el vasco, e incluso el gallego si se tercia).

Que se celebre  un referéndum de autodeterminación, en el que se establezca, por ejemplo, que la independencia solo se obtiene si sale más de un 70 % del voto potencial (o sea del censo) y considerando que incluso SUMAR votaría contra la independencia, se podría resolver de golpe, y sin golpe de estado (Franco no arregló nada en éste aspecto porque la mano dura solo beneficia a los independentistas) pues ganaría el NO.

Respecto a quienes votarían, sin duda serían solo los empadronados en Cataluña, y no toda España. Por este sencillo                     razonamiento     

 Actualmente España pertenece a la Unión Europea. Supongamos que se hace un referendum sobre si seguir o no en ella. Es obvio que únicamente deberían votar los españoles, pues aunque el resto de Europa se viera afectada por la decisión no            tienen derecho sobre nosotros.

Porque, recordemos  cómo conquistamos Cataluña. En el siglo XII no existía España. Pero si existían, por una lado territorios que así mismos se llamaban Reinos (uno el Reino de Aragón) y otros, que se llamaban Condados (en lo que ahora es Cataluña).

Entonces Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona, y a la sazón, mandamás no democrático de todos los Condados Catalanes, se enamora, o vete tú a  saber, de Petronila de Aragón, princesa de la tierra, y como (permítaseme el micro machismo) Berenguer era un calzonazos, a cambio de la boda, permite que todos los condados catalanes pasen a ser de la Corona de Aragón (lo que también podría haber sido al revés, que Aragón pasara a ser de Cataluña).

Es decir, la epopeya nació de cuando los pueblos no eran nada y sus reyezuelos o aristócratas, lo eran todo y decidían las fusiones y las guerras.

¿Os imagináis ahora, que persistiendo las leyes de antes, la Princesa Leonor se “cuele” por el Príncipe de Marruecos, se casen y España pase a ser del Reino de Marruecos? A lo mejor siempre querríamos volver a ser nosotros.

Sobre las guerras lo mismo. ¿Habría un solo pueblo que votara a   favor de una guerra?

Así pues, el programa revolucionario de máximos de la izquierda debe ser pedir una democracia de máximos para que el pueblo pueda elegir repartir la riqueza de arriba abajo (y cambiar el rumbo actual en que la riqueza se reparte a diario de abajo a arriba).

Paco Molina. Zamora 6 de Septiembre del 2023

 

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