viernes, 15 de septiembre de 2023

VIVA LA DEMOCRACIA Y UNA AMNISTÍA CADA DÍA

 


VIVA LA DEMOCRACIA Y UNA AMNISTÍA CADA DÍA

No hay democracia sin tolerancia, ni votaciones, ni referéndums.

España, como tal, tiene un problema con el independentismo catalán. Tiene un problema con Cataluña.

En el siglo XX España tuvo un problema, infinitamente más grave, con el País Vasco, porque parte de los independentistas de allí usaban el terrorismo como método para lograr sus fines.

Este problema se resolvió por la fuerza y con la razón, al hacerles entender que el ser independentista (es decir el creer que para tu tierra es mejor ir por libre) no era malo siempre que se usaran las vías democráticas (es decir la no violencia y las urnas, los votos).

Así lo comprendieron nuestros compatriotas vascos, y tras renunciar ETA a su existencia, decidieron jugar todas sus cartas a la vía democrática para resolver conflictos o discrepancias.    

Pues bien, aún se les sigue acosando diciendo que si quieren lo que quería ETA es que son de ETA. Con lo que, aunque los de ETA han sido juzgados según las leyes españolas y tras cumplir una pena “quedan libres de pecado”, como dice la justicia constitucional, se les sigue tildando de asesinos.

Todo esto ocurre porque hay un sector en España que para que no haya justicia social sacan a relucir temas que entretengan a la gente en discusiones que no mejoren su calidad de vida ( como serían: mejor sanidad, mejor enseñanza, mejor justicia, mejor protección social, mejores servicios, mejores infraestructuras,…).

Y esa misma idea (ocultar con un problema resoluble un problema de reparto de la riqueza) es lo del embrollo catalán.

Veamos: Resulta que los independentistas catalanes habían ganado unas elecciones en Cataluña con la promesa de que habría un referéndum sobre si independencia Sí o independencia No.

Acabando su mandato podrían no haber cumplido su promesa como suelen hacer los partidos políticos de derechas o de la socialdemocracia clásica, y no hubiera pasado nada.

Pero como no habían conseguido convencer al Parlamento Español para articular un referéndum pactado (en el que se discutiera entre otras cosas qué porcentaje de Siees garantizarían la independencia o qué tipo de independencia sería, si absoluta, federal o confederal, etc), deciden hacer una acto de protesta.

E imaginan lo más original del mundo, “hacer ellos el referendum” (algo así como si yo, para reivindicar algo y que se entere todo el mundo decido escalar el cimborrio de la Catedral de Zamora por su lado más difícil).

Son advertidos sobre que el asunto es ilegal (a pesar de que cumplían todos los requisitos, que son los mismos que para una manifestación, avisar con tiempo).

En dicho referendum (u acto de protesta democrático) puede participar todo el que quiera. Lógicamente la mayoría de los que usan su derecho al voto son independentistas y gana el Sí a la independencia (cuando si el referéndum hubiera sido pactado casi seguro que ganaría el No, entre otras cosas porque hubiera habido una  campaña electoral donde hasta SUMAR pediría el No a la independencia (se insiste en que no hay que confundir derecho a la autodeterminación con pedir la independencia).

Como gana el Sí, siguiendo con la escenificación, ante España y ante el Mundo, del acto de protesta, el presidente declara la independencia durante unos segundos, y vuelve a la legalidad constitucional al instante.

Pero los zoquetes (que no han entendido que los problemas políticos no se resuelven con violencia, pues ni Franco acabó con el problema catalán), y que no quieren ver que la mano dura no sirvió nunca, se agarran a una ley de la dictadura (el delito de sedición) y bautizan la protesta (original, simpática, valiente y democrática) como Golpe de Estado.

Y a partir de ahí empiezan a ser juzgados los lideres catalanistas y sus “cómplices”, como si fueran militares sublevados que han intentado dar un Golpe de Estado subvirtiendo el orden democrático (como lo de Chile, vamos).

Todo esto cuando, sin brazo armado y sin violencia, ni se sedice (de sedición), ni se da un Golpe de Estado como muy bien muestra la historia y saben los EEUU.

Tan es así, que aunque en España son condenados ante tribunales de justicia, en el resto de Europa los fugados no son detenidos porque allí, lo que han hecho, no es delito.

Llegados aquí, hay que elegir si se forma un gobierno que aplique las políticas económicas y de pérdida de libertades que hunden a los pueblos en la miseria (el ppvoxismo) o se configura una mayoría democrática, redistributiva de la riqueza, garante de libertades y valiente para resolver problemas eternos, etc.

Pero para lograr esa mayoría civilizada, los partidos independentistas catalanes piden una amnistía (es decir un borrón y cuenta nueva en lo referente al golpe de estado que nunca existió).  Y ante eso, dado que no piden nada descabellado concédase esa amnistía a los españoles que protestaron de aquella manera sin la más mínima violencia.

Porque no hay democracia (ni convivencia sana) sin tolerancia, urnas, ni referéndums.

PD: Puigdemont es representante de España en el Parlamento Europeo por soberanía popular española, mal que nos pese. Por eso no ha sido detenido a pesar de estar localizado.

Paco Molina. Zamora 15 de Septiembre del 2023

  

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