martes, 29 de octubre de 2013

ZAMORA VIRIATUDA



                                   ZAMORA   VIRIATUDA


Ese es el título de un libro que hicimos Paco Guarido y menda, y editado por López Vila, un empresario impresor zamorano. No es mi intención hablar del libro, que por otra parte no se si queda distribuido por las librerías . Lo que busco es recuperar un título, una frase que viene al pelo.


            Antiguamente los filósofos, los físicos y los matemáticos eran la misma cosa. Así, uno de ellos-¿Aristóteles?- dijo la célebre frase que incluso los que no quieren estudiar recuerdan. “Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”.


            Pues buscando y buscando, un punto de apoyo que permita mover esta Zamora nuestra, que según los números y sus habitantes no acaba de arrancar , me encontré con la suerte de que un paisano de Moraleja del Vino, vino a contarme lo de la inauguración ocasional de la estatua de Viriato en la Plaza de la Diputación. En efecto, realizada por Eduardo Barrón, natural de Moraleja, en 1903, estuvo en su sitio varios días sin que nadie se decidiera o atreviera, a cortarle la cinta de salida. Hasta que un obrero, a la pregunta de unos visitantes de “qué cosa era eso”, descorrió la tela que lo envolvía y  quedó insolente e insolemnemente inaugurada, el 12 de Enero de 1904..


            Eso hace que si de Viriato no se sabe casi nada, con motivo de la estatua se pueda  tomar como referencia esa fecha, con lo cual, el centenario de la obra de arte podemos convertirlo en un aniversario del héroe, al menos adoptivo, zamorano.


            ¿Y para qué todo esto? Para hacer que la leyenda de Viriato se convierta en el punto de apoyo que nos permita mover el mundo...en que vivimos, Zamora.


            Fue en un viaje a Londres cuando caí en la cuenta de que a las ciudades se les puede aplicar el dicho, traspuesto, de dime de que son la mayoría de tus estatuas y te diré cómo  eres. Allí, en Inglaterra casi todas son de militares o héroes guerreros, cuando no corsarios ( o sea ,piratas pagados por el Estado), y en efecto, el Imperio Británico lo fue, por su carácter violento y militarista.


            Sin embargo, si volvemos nuestra vista a Zamora ¿qué nos encontramos en las calles? Sor Dositeas, San Ildefonsos, Cristos, Barandales y Merlús, junto con un triste Sardá y un Ramos Carrión y Fernández Duro, que se escabullen en forma de medallones (excepciones aparte) .O sea, que nos va los místico y el fatalismo.” Si así es, será que así tiene que ser”, parece nuestro lema.


            Sin embargo, la estatua de Viriato es como una provocación. Empezando porque esta más desnudo de la cuenta (¿sería ese el motivo por el que ninguna autoridad, por lo demás tan dadas a cortar cintas, no la acababa de inaugurar por temor a la que se podría liar). Y acabando porque ese TERROR ROMANORUM –terror de los romanos –repasado y reinterpretado podría ser un mal ejemplo para la gente sencilla.


            Sí, porque del personaje hay al menos dos versiones. La bonita, la de que era un pastor que decidió sacudirse la opresión del Imperio Romano-de los invasores- . Y la otra, la de que era un señorito potentado de aquí, que en cuanto vio que cualquier Imperio no lo es por altruismo y sí por negocio, y comprobó que le tocaban lo suyo- sus propiedades- se unió a otro cacicones de la época para levantar al pueblo contra el invasor, luchando no sólo en esta zona, sino en todo el oeste e incluso el sur de lo que ahora es España, más Portugal.


            Pero entonces, tanto en una versión como en otra, el ejemplo de Viriato viene ni que al pelo, para usarlo como punto de apoyo mover el mundo, para levantar a una Zamora que tiene que llegar a ser una Zamora Viriatuda si no quiere quedarse en una Zamora yacente.


            Nadie nos tiene manía. Si las cosas van mal no es porque nadie nos quiera mal. Son las leyes del imperio de lo políticamente correcto las que hacen que Zamora haya perdido utilidad para el sistema, y ante eso  o  rebelión, o comunión,  a seguir tragando.

Paco Molina. Zamora.

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