Jugar
Si
entendemos por jugar el HACER ALGO COMO DIVERSIÓN, vemos que el sistema no sólo
no busca ese objetivo (el hacernos juguetones, divertidos y alegres) si no que más bien
trabaja para lo contrario.
Parece
que todo, el sistema y la cultura que nos rodea está hecho para MATAR LA
ALEGRÍA, hasta tal punto que, la única risa que produce en general el ambiente
es LA PROPIA CARA DE PALO DEL SISTEMA.
Podemos
decir con tranquilidad que....si hay alegría en el mundo de la educación es a pesar de ese mismo mundo, y que si hay alegría en las gentes es a pesar
de esta cultura, supuestamente desarrollada, para hacernos la vida más
agradable.
Lo
mismo que en el amor, sobre el jugar como necesidad humana, la sociedad “pasa”
y el Estado también, y si interviene es para JOROBAR, es decir, actuando en
contra de la propia demanda vital de diversión.
¿Qué
se le hace a un niño desde el instante en que, a los 6 años, lo absorbe el sistema
educativo?
Para
empezar le empiezan con problemas religiosos (que si pecado por aquí, que si
salvación por allá, que si buenos, que si malos, etc.) a continuación se le
somete a continuos juicios sobre si sabe mucho o poco; cuanto antes se le
entrena con un montón de horas sentado en una silla, como si la vida le fuera a
exigir un extraño maratón de pasividad, y este tratamiento se compagina, claro
está, con la carencia de clases de gimnasia.
Como
las horas de aula son sagradas, las excursiones/paseos por los alrededores
brillan por su ausencia, etc.etc.
El
tratamiento para que el futuro hombre o mujer
pierda la alegría de vivir, está servido.
En
la Enseñanza Media se repite todo lo dicho, pero..además…LE EXIGIMOS COMO
ADULTO.., en el saber, en el comportarse, etc. y como niño en EL VIVIR, de
forma tal que prácticamente toda su iniciación y vida sexual es furtiva, y si
bien esto ya lo expresamos en el tema del AMOR, aquí, se trae a colación como
ejemplo del planteamiento esquizofrénico que sociedad, educación y en definitiva
todos, proponemos.
Y
naturalmente una vida desarrollada entre tales condiciones no puede ser, salvo
por milagro, una vida que se salve de la frustración y por tanto desarrolle la
capacidad de jugar.
Pero
además, a qué insistir, si en nuestro aceptado orden de valores, LA SERIEDAD está más cotizada que la alegría, y ello no
porque “SERIO” sea aquel que cumple sus compromisos, sino, simplemente porque “una
cara de vinagre” impone…y como somos, por falta de vida, masoquistas, pues…..
Es
curioso cómo podemos soportar que se nos explote, que se nos ofenda, que se nos
calumnie, etc. pero…DE MI NO SE
RIE NADIE, sentenciamos muy seriecitos.
Y
sin embargo el “jugar”, como todo lo inherente a la naturaleza humana, está ahí,
indesterrable
Si
Dios existe, seguro que creó el mundo para divertirse, así que nuestro lema
debería de ser “DIOS TE ESTÁ VIENDO, ¡¡NO LE ABURRAS!!”.
Pero
volviendo al sistema educativo, ¿cómo se puede desarrollar esa capacidad y ese
deseo innato de jugar?. Pues:..
1º)
Con menos horas de aula (que pueden ser o no de escuela).
2º)
Con una asignatura (tal vez la misma en la que leerían pasajes de amor), de
curiosidades, de anécdotas, imaginativa…
3º) Enseñando a jugar
a todos los juegos…de mesa, de patio, deportivos, etc. para que después cada
uno desarrollara los que más le satisficieran.
No olvidemos que no
estamos sin alegría por tener problemas, tenemos problemas por no estar
alegres, por no ser juguetones, por no jugar lo suficiente.
La persona está alienada
por la seriedad
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