LA
TORRE DE BABEL
Sr. Director de El
Mundo:
Al comienzo del
verano un magnífico reportaje de ese diario, referente a los idiomas que se
hablan en el mundo, indicaba que cada vez se están perdiendo más lenguas, es
decir que cada vez se hablan menos lenguas diferentes.
La noticia hay que
considerarla como soberbia, y ojalá que desaparecieran todas hasta quedar sólo
una.
Es más no se explica
uno como la ONU aún no ha diseñado un plan para que en 50 años todos los
habitantes de la Tierra hablen un mismo idioma (El que sea más fácil de
entender).
Esto ayudaría a
alfabetizar a todos los humanos, y al tiempo resolvería lo que en la parábola
de la Torre de Babel estaba muy claro.
Que para la gente,
mil lenguas son peor que una sólo. Y ello porque el lenguaje es para
comunicarse.
Recomendar el camino
actual de que para entendernos cada uno ha de saber siete idiomas o casarse con
un traductor, es demencial.
Además, una sola
lengua ayudaría a recordar que las personas somos iguales porque nuestras
necesidades básicas (incluso las inmundas, vulgo sexo) son las mismas.
Mientras que
pretender diferencias por causas secundarias, no sólo tergiversa la verdad si
no que degenera en aberraciones como los nacionalismos histéricos.
La diversidad de
culturas está ahí, pero no por eso es buena, salvo para la gula.
El decir que la
variedad de bobadas enriquece es una de las llaves con que nos tienen a todos
encerrados en el armario de la hipocresía.
Paco
Molina
Zamora-11
de Septiembre del 2.000
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