domingo, 12 de abril de 2020

ESTÁ PROHIBIDO


                                                                     ESTÁ PROHIBIDO

“La pornografía es
denigrante, mezcla sexo
y dinero; lo contrario
del matrimonio que
mezcla dinero y sexo”

¿Está el placer sexual prohibido?
Los dichos de la gente

“Éste siempre está hablando de lo mismo”. “Ya está éste con el monotema”.

He ahí dos frases que son buenos ejemplos de la represión social y espontánea que se ejerce sobre el tema sexual. Y que las usan tantas personas que queda  claro el enorme número de censores que, por vocación o costumbre, reprimen y acosan a quien se atreve a sacar el sexo a airear, poniéndolo encima de la mesa.

Sí, porque si oímos que alguien dice de otro: “Éste siempre está con lo mismo”, es evidente que ese “lo mismo” se refiere a lo sexual.

También está claro todo si lo que se escucha es eso de: “Ya está éste con el monotema”. Por más que esta frase es sobre todo de uso femenino (¿en defensa propia? ¿defendiéndose de qué? ¿tal vez de su propio desprestigio social, en caso de que  pudiera interpretarse que acepta ese tipo de conversaciones con gusto?).

El monotema es por supuesto el sexo, a pesar de que podrían ser el fútbol o el coche; que son temas más que sobados por los machos de la especie. Pero  es el sexo, y bien hecho está el bautizarlo como  monotema; porque lo es, a  pesar de estar proscrito y por estar proscrito.

Podemos añadir, a las dos frases ya mencionadas, otras expresiones como: “los hombres siempre están pensando en lo mismo”, o  “todos los hombres son iguales” (más referida ésta al egoísmo del macho, pero también extensible a la tendencia de estos a querer acostarse, con una tía, ...siempre que puedan).

No  merece la pena poner más ejemplos de frases como las vistas, que son cancerberos del orden establecido (contra el sexo), y que utilizan unos mortales contra otros, haciéndole gran parte del trabajo al Poder. Que ya casi no tiene que prohibir nada por su cuenta.

Respecto a expresiones peyorativas como viejo verde, para señalar, marcándolo, al anciano que todavía da guerra porque no se rinde; o la de menorero, atribuida a quien desea a las niñas no aún mujeres, son datos que confirman la tesis principal: El sexo está prohibido. Lo más bueno del mundo está feo desearlo.

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