martes, 19 de marzo de 2013

La convivencia política


Diario Secreto de una Lucha. Capítulo 3

La idea de ir los Viernes, a las 20,15 a la plaza del Gobierno en Zamora, poner papel higiénico como juicio a su política económica y no estar más de 15 minutos me pareció tan buena, y es tan acertada, que decidí proponerla en IZQUIERDA UNIDA  DE ZAMORA para darle más fuerza y más prestigio.

En el otoño del  2012 en varias ocasiones -nos reunimos todos los lunes- llevaba la idea dispuesta. Pero como consecuencia de otros avatares no creí prudente exponerla.

En política, como en cualquier otra actividad humana, las cosas no son fáciles. Para tomar decisiones hay que barajar opiniones y no siempre es fácil.

La convivencia genera relaciones entre los miembros de los grupos con sus fases: compañerismo, camaradería, amistad, cuñadísmo, y así hasta “vete tú a saber”. Vamos como le pasó a los Beatles, por poner un ejemplo agradable, ya que se separaron en pleno éxito.

Lo que ocurre en política es que hay que resistir al enemigo y aguantar al “amigo” porque si no, no transformas nada, no puedes luchar.

Quiero decir que empecé a intuir que lo elementalmente bueno (“DEFIÉNDETE”) no iba a ser recibido así por “QUIENES SABEN TODO”.

Aunque mi eslogan es “ESTOY HARTO DE TENER RAZÓN” como se que no se todo suelo apoyar lo que proponen los compas, siempre que no suponga cruzarse de brazos y quedarse cómodamente sentado, pues de antemano, y menos en política, nadie puede prever qué saldrá bien, mejor o regular. Y por tanto lo que procede es intentarlo.

Pero afortunadamente en la organizaciones políticas y sindicales, siempre hay algunos, no muchos, dos o tres, que todo lo saben y en consecuencia esa es una de las ventajas de trabajar en grupo; que tu vas por ahí con tus errores y los que saben te los corrigen gratis. Son una especie de Santísima Trinidad que vela por el orden y las buenas costumbres.

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