sábado, 2 de marzo de 2013

Eugenio González Alonso. CCOO-Zamora. Secretario General



TÚ, EUGENIO


Antes de nada debo indicar que no me une a Eugenio González ningún grado de amistad especial. Aunque si desearía que fuese, ésta, la mayor posible


Dicho eso me permito, con vuestro permiso, hacer una caricatura o un “retrato robot” de él


En el Congreso en el que dejaba de ser Secretario General de CCOO de Zamora, ya le envié un telegrama donde le felicitaba por haber ejercido ese puesto de una manera MAGNÍFICA.


Pero hoy, que se le rinde un homenaje, quiero que quede escrito lo que titularía:


TÚ, EUGENIO


Al saber de este  Homenaje a Eugenio  y sentirme en la obligación moral de hablar bien de él porque entiendo que se lo merece (siempre hay que ensalzar las figuras ejemplares, para premiarlas y para convertirlas en “ejemplo para otras personas”), entonces, digo, repasé la visión, lejana, que tengo de él.


Y me vino a la mente la imagen de aquella serie de televisión titulada “YO, CLAUDIO”.


Esta historia, basada en hechos reales, narra que Claudio, quien fue tal vez el mejor Emperador Romano, reunía las siguientes condiciones:


1.- No quería ser Emperador, ni meterse en líos.


2.- En consecuencia se hacía el “despistado” (rozando la SIMPLEZA) entre los otros aspirantes, para no participar en conspiraciones, que encima solían acabar mal.


Pero esa conducta, paradójicamente, hizo que ante las peleas que mantenían entre si los gallitos, todos buscaran una salida inteligente, y pensaran en él para Emperador, tal vez con la intención, si era tan simple como parecía, de luego manejarlo, cada cual según su criterio.


Y así, parecidito, fue como Eugenio llegó al puesto de Jefe de las CCOO de Zamora.


Que yo lo vi; que yo estaba allí, que compartíamos cuarto de máquinas cuando aún no “vivíamos por encima de nuestras posibilidades”, y Eugenio, como casi todos, lo único, y nada menos, que aportaba a la organización, es que era una gran persona, una bella persona, una buena persona. Valiente y comprometido, también, como todos, con la lucha social, y la lucha de clases, que no en vano, entró en el sindicato cuando éste tenía mala fama por ser “el sindicato comunista” (definición que le dieron, en aquellos años, los mismos que ahora le dan “peor fama”, los poderosos a través de sus medios de confusión de masas)
Así las cosas Eugenio destacaba por ser un gran compañero (se hablaba con todos) y como decíamos, prácticamente sólo por eso. Por tanto no estaba en ninguna quiniela y él ni se postulaba, ni hacía campaña en pro de sí mismo. Prefería pasar desapercibido Era más bien, la suya, una conducta como la de CLAUDIO.


Y para sorpresa de todos, pero seguro que no de él, persona inteligente y conocedor de su inteligencia (de lo contrario, no hubiera aceptado tal responsabilidad)  todos lo eligieron para un puesto difícil, complicado y expuesto.


Y Eugenio empezó su tarea al estilo de Yo Claudio.


Y fue aprendiendo. Y fue tanteando. Y fue apostando.


E hizo una gran labor. Qué discursos le oí diciendo cosas, articulando argumentos, insuflando fuerza, imprimiendo moral, dando ejemplo.


Pero eso sólo fue posible porque Eugenio no sólo era honrado. También es, y sobre todo, lo dijimos ya, una buena persona. Amén de una persona inteligente, valiente y respetuosa


Y por ser buena persona tuvo la fuerza que parecía no tener, y llevó, en la medida de lo posible, el agua del sindicato por donde mejor podía, por el bien del sindicato.


Y por ser inteligente empezó a buscar contacto continuo y creciente con todo lo que políticamente se movía a favor, sinceramente, de los trabajadores.


Y por ser valiente, dio una imagen del sindicato en Zamora, digna.


Y por ser educado, respetuoso y afable en el trato, trató todo, y a todos, con mimo.


Por eso desde hoy le debe quedar claro que como persona, líder y sindicalista, merece el afecto, la admiración, el aplauso y el abrazo cariñoso de todos.


AVE Eugenio. Los que van a recordarte…. te saludan. Larga vida.




Pacomolina-1 de Marzo del 2013




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