TÚ, EUGENIO
Antes de
nada debo indicar que no me une a Eugenio González ningún grado de amistad especial.
Aunque si desearía que fuese, ésta, la mayor posible
Dicho eso me
permito, con vuestro permiso, hacer una caricatura o un “retrato robot” de él
En el
Congreso en el que dejaba de ser Secretario General de CCOO de Zamora, ya le
envié un telegrama donde le felicitaba por haber ejercido ese puesto de una
manera MAGNÍFICA.
Pero hoy,
que se le rinde un homenaje, quiero que quede escrito lo que titularía:
TÚ, EUGENIO
Al saber de
este Homenaje a Eugenio y sentirme en la obligación moral de hablar
bien de él porque entiendo que se lo merece (siempre hay que ensalzar las figuras ejemplares, para premiarlas y
para convertirlas en “ejemplo para otras personas”), entonces, digo, repasé la
visión, lejana, que tengo de él.
Y me vino a
la mente la imagen de aquella serie de televisión titulada “YO, CLAUDIO”.
Esta
historia, basada en hechos reales, narra que Claudio, quien fue tal vez el mejor Emperador Romano, reunía las
siguientes condiciones:
1.- No
quería ser Emperador, ni meterse en líos.
2.- En
consecuencia se hacía el “despistado” (rozando la SIMPLEZA) entre los otros
aspirantes, para no participar en conspiraciones, que encima solían acabar mal.
Pero esa conducta,
paradójicamente, hizo que ante las peleas que mantenían entre si los gallitos,
todos buscaran una salida inteligente, y pensaran en él para Emperador, tal vez
con la intención, si era tan simple como parecía, de luego manejarlo, cada cual
según su criterio.
Y así,
parecidito, fue como Eugenio llegó al puesto de Jefe de las CCOO de Zamora.
Que yo lo
vi; que yo estaba allí, que compartíamos cuarto de máquinas cuando aún no “vivíamos
por encima de nuestras posibilidades”, y Eugenio, como casi todos, lo único, y nada menos, que aportaba a la
organización, es que era una gran persona, una bella persona, una buena
persona. Valiente y comprometido, también, como todos, con la lucha social, y
la lucha de clases, que no en vano, entró en el sindicato cuando éste tenía
mala fama por ser “el sindicato comunista” (definición que le dieron, en
aquellos años, los mismos que ahora le dan “peor fama”, los poderosos a través
de sus medios de confusión de masas)
Así las
cosas Eugenio destacaba por ser un gran compañero (se hablaba con todos) y como
decíamos, prácticamente sólo por eso. Por tanto no estaba en ninguna quiniela y
él ni se postulaba, ni hacía campaña en pro de sí mismo. Prefería pasar
desapercibido Era más bien, la suya, una conducta como la de CLAUDIO.
Y para
sorpresa de todos, pero seguro que no de él, persona inteligente y conocedor de su inteligencia (de lo contrario, no
hubiera aceptado tal responsabilidad)
todos lo eligieron para un puesto difícil, complicado y expuesto.
Y Eugenio
empezó su tarea al estilo de Yo Claudio.
Y fue
aprendiendo. Y fue tanteando. Y fue apostando.
E hizo una
gran labor. Qué discursos le oí diciendo cosas, articulando argumentos,
insuflando fuerza, imprimiendo moral, dando ejemplo.
Pero eso
sólo fue posible porque Eugenio no sólo era honrado. También es, y sobre todo, lo
dijimos ya, una buena persona. Amén de una persona inteligente, valiente y
respetuosa
Y por ser buena persona tuvo la fuerza que
parecía no tener, y llevó, en la medida de lo posible, el agua del sindicato
por donde mejor podía, por el bien del sindicato.
Y por ser inteligente empezó a buscar contacto
continuo y creciente con todo lo que políticamente se movía a favor,
sinceramente, de los trabajadores.
Y por ser valiente, dio una imagen del sindicato
en Zamora, digna.
Y por ser educado, respetuoso y afable en el
trato, trató todo, y a todos, con mimo.
Por eso
desde hoy le debe quedar claro que como
persona, líder y sindicalista, merece el afecto, la admiración, el aplauso y el
abrazo cariñoso de todos.
AVE Eugenio. Los que van a
recordarte…. te saludan. Larga vida.
Pacomolina-1
de Marzo del 2013
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