LOS SAPOS SON ELLOS
Suele decirse que un buen político no tiene
otro remedio que desayunar un sapo cada día. No es así. Y en lo que sigue vamos
a mostrar que es el pueblo quien digiere a todas horas menú de sapo, al tragar
dócilmente lo que dicen los políticos, .
La rana no es un príncipe; el príncipe es un sapo
En las Tribus Comunistas,
aquellas en las que todos-y todas- resolvían en común los problemas comunes, la
totalidad de los integrantes del grupo opinaban y participaban sobre los
diversos asuntos; haciendo, pues, todos, política. Tarea que entonces era muy
sencilla, dado que los problemas eran muy simples..
Hablamos de la época previa a la
invención de la propiedad privada, y cuando nuestros abuelos, los monos,
eran sólo homo-simpáticus y no habían alcanzado todavía la categoría de
homo-sapiens.
En ese periodo nuestros antepasados sólo tenían los problemas que les
generaban sus dos instintos básicos: el de supervivencia y el de placer. Es
decir, por culpa de su manía de
querer seguir vivos, tenían que buscar comida, refugio, armas para la caza,
elementos curativos, etc .Problemas todos ellos de subsistencia y sólo de
subsistencia Y al tiempo, tenían
también, los problemas derivados de su necesidad de goce sexual. Que por
cierto, resolvían con soltura y facilidad, pues “todos estaban a lo mismo” y
siempre, quien percibía el problema entre las piernas, encontraba a alguien
dispuesto a colaborar en la resolución. Cuestión a la que ayudaba mucho el
que no había prohibiciones, es decir había libertad; exactamente lo que ahora
no hay de tan “sapiens” como somos.
Eran
aquellos tiempos en que el homo-simpaticus, en cuanto que no era aún suficientemente
“sapiens”, no sabía de dónde venían los bebés, o sea, no relacionaban
orgía con embarazo.
Sin
embargo, cuando descubren que los niños no vienen de París, empieza a
fraguarse la primera Revolución de la Historia. La protagonizan las mujeres del
grupo. Resulta que son ellas las que sufren, , en carne propia, los
partos si algo salía mal; o directamente o por la muerte de sus crías. Ante
eso, y por eso, propusieron e impusieron, políticamente, otras formas de
comportamiento. Esa fue la primera Revolución que ha existido. ¿Coincidió ese
periodo con la leyenda del matriarcado?
Naturalmente,
esas nuevas costumbres debieron de restringir el número de nacimientos, ya que
era eso lo que buscaban las perjudicadas. Pero, ese descenso de miembros en la colectividad,
supuso mayor indefensión ante los animales; lo que unido a que sin duda, las
nuevas normas, de alguna manera supusieron alguna limitación al coito puro y duro (no a la sexualidad, que
las mujeres nunca han sido pacatas), dio pie a que los machos se sublevaran;
surgiendo así la Primera Contrarrevolución que existió: El machismo.
Esa
revuelta de los machos triunfa por la fuerza- son más brutos- y entonces,
la política que se pone en marcha busca
un invento que permita: Conseguir que la mujer no tenga autonomía, que
no sea libre. Debe pasar a ser un objeto, y para logra eso, ¡se la
privatiza!. Queda inaugurada e instaurada así ¡la propiedad privada! mediante
el contrato matrimonial. Es pues, esta
figura del ordenamiento jurídico, algo creado y concebido para
posibilitar que los hombres posean como un
objeto a lo que no lo es, la mujer.
La función del matrimonio era
garantizar que todo macho tuviera a su disposición ( o sea en propiedad) una
hembra que le proporcionara sexo, descendencia y cuidados.
Naturalmente,
convertida la mujer en objeto ( se la va a poder comprar y vender al
margen de su propia voluntad) deja de ser una igual en el grupo. Ha
desaparecido la Tribu Comunista y surge la Horda Machista. En ella, ya sólo
hacen política los hombres. Las mujeres lo tienen prohibido, pasan a ser
invisibles.
Lógico
¿no?. Pues si hubieran podido votar hubieran decidido abolir el matrimonio y
su espíritu -que la esposa le sea fiel al marido- (Hoy día ya pueden votar,
pues gracias a la educación en valores, son las propias mujeres las que
reclaman el matrimonio y la fidelidad. ¡Lo que hace la cultura!)
Este-
el matrimonio- es el primer sapo que se le hace tragar al pueblo con la ayuda
inestimable de los políticos.
Nota: Sobre lo anterior existe un más amplio
estudio en el libro “LA ESTAFA SEXUAL”- nueva edición-Editorial COMPA- pacomolinasss@hotmail.com, del cual soy autor.
El Poder se perfecciona
A
partir de aquí surge también el Poder, y quienes lo disfrutan querrán
conservarlo a toda costa. Entonces, ellos, los poderosos, van a tratar de ir
apartando a la gente de la política,
para que ésta sólo la hagan los “políticos–sapo”. Los que le harán al pueblo comulgar
con sapos de molino.
El “sapo”
de la propiedad privada
El homo-simpáticus ha pasado a ser “sapiens-sapiens”. Ya no sólo tiene
un cerebro desarrollado que le permite idear herramientas. Ahora ya “idea”
tonterías. El concepto de propiedad privada, nacido tal y como se vio como base
del machismo, se empieza extender a más y más conceptos, de manera tal que si
el primer sapo que se tiene que tragar un mortal, servido por el político de la
época , es que la estructura de familia es algo natural- o sea inherente a la
naturaleza-, el segundo sapo es, ni más ni menos, el referido al mensaje de lo
trascendente que ha sido la propiedad privada para el progreso y la creación de
riqueza.
Cuando lo cierto
es que ese avance de las privatizaciones va a ser el germen del actual
capitalismo. Convirtiendo todo en propiedad, es decir en mercancía, y tras las
mujeres, vinieron a ser objetos otros machos-esclavitud-, y por supuesto la
tierra, y los medios de producción y lo servicios públicos, y sigue,
actualmente, la bola, con el beneplácito de casi todos..
Y
no hablamos de dos sapos cualesquiera- la familia y la propiedad privada-. Si
serán importantes para los poderosos que han conseguido consagrarlos como
Derechos Humanos.
Convertir a las hembras en propiedad privada
va a dar origen a las primeras disputas y actos de violencia. Contra ellas, por
supuesto, pero también entre ellos. Los propietarios, lógicamente, quieren
aumentar sus propiedades y por tanto pleitean entre sí.
El sapo conocido como Patria
La propiedad privada del suelo dio pie al nacimiento del “territorio
que ocupa la patria”, que pasa a convertirse en fetiche sagrado, causa de
guerras, disputas, crueldades y demencias de todo tipo.
Naturalmente,
en la actualidad está permitida la democracia allí donde, la educación en
valores- en este supuesto, el nacionalismo- hace que los pueblos voten: “Todo por la patria”. De nuevo, lo que quiere
el Poder.
Hoy
día, en la medida en que nadie discute esto. En la medida en que el dinero, que
al nacer fue un buen invento, se ha convertido, por el proceso permitido y
estimulado de la acumulación, en la causa de todos los males al permitir la
acumulación de la propiedad privada hasta la nausea (250 personas poseen al
comienzo del Siglo XXI la misma riqueza que 2500 millones de seres humanos). En
la medida en que tragamos estas piedras de molino en comunión perfecta con los
poderosos de la Tierra, estamos tragando sapos y sapos que nos han servido los
políticos que en el mundo han sido.
Los políticos de las dictaduras
Esto de la democracia formal ( o sea, en la forma y no en el fondo) es
demasiado reciente. Lo que existía antes, con uno u otro nombre, ha sido un
dictadura. Con cara de Monarquía o República o cualquier otra, pero dictadura .
Es
decir, la tribu, el pueblo, la nación, la horda, lo que fuere, era dominada, y
por tanto gobernada, por un grupo más o menos grande de “machos”, pero en todo
caso menor que el número de los dominados .
Entonces, si unos pocos, por
brutos que fueran-en el sentido de fuertes-dominaban a la mayoría como si fuera
ganado, debemos preguntarnos ¿cómo fue eso posible? o mejor aún ¿cómo es
posible todavía?.
La
respuesta, aunque duela, es esta: Gracias a la colaboración desinteresada-es un
decir- de las religiones y las filosofías o costumbres. Sapo donde los
haya, pues ahora resulta que hasta los revolucionarios nos saltan con que el
sentimiento religioso es inherente al ser humano. Enterrando así a Darwin y
el evolucionismo entre siete llaves de oro. Disparatado.
El
sapo de que hay Dios es la de Dios. ¡Qué gran invento del Poder!
Volvamos
al descubrimiento, por parte del Poder, de la religión como cadena invisible,
utilísima por tanto para atar al pueblo. Aparece en escena el hechicero -citado
para simplificar al máximo y que se entienda mejor-, o sea quien dice “qué es
bueno y malo”, qué comportamiento es correcto y cual no, qué medicina
espiritual hay que tomar y cual es contraproducente. O sea, quien dicta las
leyes que se han de cumplir, para ser felices en este juego de
despropósitos que supone pretender tal cosa cuando son castrados los
dos instintos básicos.
Han
surgido las religiones, es decir el cóctel de miedos y amenazas que empieza a
hacer tan dócil al siervo que a estas alturas elegimos libremente lo que
quieren que elijamos quienes nos explotan.
Por
estas fechas ya son políticos de un bando, los militares, las jerarquías, los
sacerdotes, la aristocracia.....; ya que todos, cada mañana, tarde y noche, le
dan al pueblo sopa de sapo, a saber: “Que las cosas son como son. Que
siempre han sido y serán así. Que siempre hubo ricos y pobres. Que así es
también el mundo animal, donde triunfa el más fuerte”.
Por
supuesto que hay otros políticos. Los que se sublevan contra el Orden
Establecido. Pero esos no existen. Se les mata o neutraliza al momento. Se les
borra de la Historia. Por tanto no sería justo considerar a esas buenas gentes
“políticos”, aunque sólo sea por respeto y para no contaminarlos colocándolos
en la misma estantería o probeta, que los cocineros de sapos.
La derecha progresista
Sigue
la Historia y vemos que los levantamientos, las sublevaciones, los intentos de
nuevas revoluciones, forzaron al Régimen a progresar. En consecuencia se
potencia a los sabios que dicen lo que dice el Poder, al menos en lo
fundamental, de manera que ahora que todo el mundo estudia ¡incluso a la
fuerza!- no faltando las clases particulares de la televisión- aprenden
que hasta los científicos dicen que “las cosas tienen que ser como son,
porque la realidad es la realidad y somos como somos”. Es decir lo que antes
decía la superstición ahora, ya es casualidad, lo dice la Ciencia.
Y
pensar que nos consideramos superiores a los animales, porque nos matamos entre
nosotros, porque trabajamos para otros, porque nuestros inventos los dedicamos
a quietar trabajo a unos cuantos en vez de reducir el de todos, porque las
medicinas no son gratis, porque nos prohibimos lo mejor que existe (si, el
placer sexual, ¡sincérate!)
Conviene, llegados aquí,
detenerse en el increíble progreso del Poder para conseguir mantenerse por
encima de todos siendo como son una minoría exigua. Y para muestra ejemplar de
progresismo repásese su uso de la tesis del palo y la zanahoria. Al principio
esa técnica la aplicaban tal cual; si te portabas bien, zanahoria, si te
portabas mal, palo. Pero ahora, y eso es lo genial, para que te creas
libre, te han atado el palo por encima
del cuello sobresaliendo sobre ti, que
andas como un burro- que ya se encargan ellos de eso- y han colgado en su extremo
una zanahoria, de manera tal que queda ante tus narices, por lo que, claro,
caminas continuamente hacia ese apetecible alimento, que como nunca alcanzas,
se convierte en el motor continuo-un sueño de la ciencia- que consigue que
estés girando sin parar alrededor de la noria, con la obsesión de que hay que
luchar por la zanahoria del mañana.
.
El sapo del sacrificio
El Poder, pues, ya ha
quitado de la circulación del mundo de la política, a todas las mujeres, y a
gran numero de hombres, puesto que estos o son esclavos y por tanto gente sin
derechos, o son pobres y en consecuencia ignorados, o se han rebelado contra el sistema y por tanto
resultarán perseguidos hasta darles encierro o entierro.
Ha
quedado ya el campo de la política expedito y limpio, para que sólo puedan
ejercerla los autorizados, es decir, quienes comulgan con las ruedas de
molino del Orden Establecido.
El
político entonces, aunque “aparece o se presenta” con rostro de militar, o de
obispo, o de mago, o de sabio, o de filósofo, o de rey; trabaja para el Poder,
siendo éste luego sobradamente agradecido con él. Pero ¿qué tiene que hacer
para recibir la recompensa?. Vender ideología, educar en valores, construir el
castillo de cultura donde se refugiará el Poder.
En ese aspecto, tras habernos
inculcado los principios básicos de la Ley del Orden Establecido, de que la
familia y la propiedad privada nos ayudaran
a alcanzar la Tierra Prometida, posteriormente se empieza a trabajar
para confeccionar la vaselina que permite meter en la cabeza de las gentes,
algo de suma trascendencia, para que estas, voluntariamente y con alegría
además, hagan lo que quieren los poderosos: Se trata del concepto de
Sacrificio.
Es
decir, se les ha hecho creer a las criaturas humanas, animales ellas
como cualquier otro animal, que si se sacrifican eso es una prueba de que son
seres superiores. Porque la libertad, por lo visto, y según los sabios que
en el mundo han sido, consiste en poder elegir entre lo bueno y lo malo, lo
malo. Dicho al revés, la diferencia entre una persona y una bestia está en
que la bestia si tiene hambre y comida, come , y si tiene deseo y posibilidad
de coyunda, se aparea; lo cual supone que no es libre. Cosa que no nos pasa a
los “sapiens-sapiens-sapientísimos”, que como podemos, ante el hambre y
teniendo comida, no comer, y ante el deseo y la posibilidad de saciarlo, el
quedarnos a dos velas; pues resulta que eso supone que somos excelsamente
libres.
No
se puede caer más bajo en la escala de la tontería, pero hasta ahí hemos
llegado. Menudos sapos nos hemos tragado, y sobre todo éste de pensar que el
sacrificio –de cualquier instinto básico-es bueno. Y ese sapo, ojo, no se lo ha
tragado ningún político, sino que ellos, los que han ido creando nuestro acervo
cultural, son los que nos lo han metido por la boca el día de la primera
comunión, entendida ésta como el día del primer lavado de cerebro.
Los Derechos Humanos: sapo por liebre
Estos derechos, los ve la gente como si fueran las tablas de la
Ley que, dicen, bajó Moisés del Monte
Sinaí. Es decir, Dios se percató, según el cuento chino, o hebreo (que no se)
de que su pueblo andaba muy despelotado y decidió enviarles una Constitución
Espiritual, a través de su Embajador en la Tierra con esas conocidas normas de
conducta tan divinas.
Pues
bien, la percepción que se tiene de los Derechos Humanos, es similar. Se
mencionan como si Dios los hubiera dejado en un lugar del universo y el saber
humano los hubiera descubierto ante el regocijo general. Se nos venden
como si en vez de los mandamientos de la Ley de Dios fueran los Mandamientos de
la Ley de la Humanidad
Craso
error, porque al no reparar en que son producto de los políticos, no se ve bien
que tienen gato encerrado.(Sí, sí, suponen un avance respecto al anterior estado
de cosas, y que más quisiéramos que se cumplieran, y bla-bla-bla-bla-bla-bla).
Pero no se olvide que han salido de un consenso-o sea cediendo todos- entre
unos políticos carcas o conservadores y
unos políticos algo más revolucionarios, luego algunas pifias
retrógradas contendrán ¿no?. O es que nos vamos a creer que a la derecha le
picó el virus de la generosidad y cedió en todo lo que había ganado en
noble lid - matando y mintiendo-a lo largo de la Historia hasta hace
tan sólo un suspiro de tiempo?
Sépase
que los Derechos Humanos consagran el
matrimonio machista-cuna de la violencia doméstica-y la propiedad
privada-germen de la violencia entre Estados-, como algo esencial para la vida.
Menudo gazapo o “ga-sapo” nos están metiendo.
El Castillo
Vamos a hora a dar
un salto en el espacio del tiempo para aterrizar en la era en la que ya hay
“políticos que se llaman políticos”.
Usemos
la parábola del Castillo. Éste es un fortaleza donde el Poder tiene encerrados
todos los tesoros y riquezas que a lo largo de la Historia ha ido acumulando.
Así mismo, en ese castillo viven ellos, los que constituyen el Poder, los
poderosos, los que pueden. Que por eso el Poder se llama Poder, porque puede;
asunto que no es baladí, pues quien eso no entienda no entenderá porque se
pierden y se perderán muchas batallas. Pues como dijo Quevedo, si el dinero
puede transformar las piedras en pan sin ser el Dios verdadero ¿qué no podrán
quines lo poseen?.
(((Por
cierto, concepto este que es otro sapo tragado y bien tragado a estas alturas por la sapiencia general; el
que no se puede vivir sin dinero, o que para vivir es mejor que exista el
dinero, cuando él, al permitirse su acumulación , es quien crea a los
poderosos, y lo peor, les permite que puedan comprar pobres para que maten o
mientan a otros pobres))).
Pero
volvamos al Castillo. Éste está sitiado por el pueblo, que intuye que algo no
funciona y por tanto tiene tendencia a desmandarse. La revolución consiste pues
en asaltar la fortaleza y repartir o anular los tesoros que atesora.
Las mil y una izquierdas
Conviene entender que las derechas son quienes están dentro o fuera del
Castillo del Poder, pero en todo caso, pretenden y quieren, que éste siga
existiendo y todo siga igual.
Por
lo mismo, pero al revés, definiremos a las izquierdas; que son quienes
pretenden derribar ese castillo, asaltarlo, tomar y repartir lo que en el hay.
Se supone que a partes iguales, aunque mejor no entrar en eso ahora.
Pero
¿cómo abordar el Castillo, cómo asaltarlo?¿De día, de noche, o al atardecer? De
esta duda salen ya tres izquierdas, por no contar a los partidarios del alba. Y
cómo hacerlo ¿por el N ,o el S, o el E o el W?. Lo que faltaba, las anteriores
izquierdas ahora se nos subdividen según los puntos cardinales o rosa de los
vientos.
Mas
las divisiones se subdividen otra vez, porque existen desde los que quieren
atacar frontalmente hasta los que sugieren que hay que camelar a los del
interior, y cuando se confíen y abran las puertas, zas, nos quedamos con todo.
Esta técnica, es muy sensata, como se puede ver, y tal vez por eso tiene tanto
éxito entre quienes viven de asaltar el Castillo, que claro, temen se les acabe
el empleo si la fortaleza cae.
Se
explica bien pues, por qué razón hay tantas izquierdas. Y al tiempo por qué la
derecha aguanta tan bien. No es que viva unida, que dentro del Castillo las
luchas por el botín son constantes ¡en época de vacas gordas!, sino que, en
cuanto vienen mal dadas, y el Castillo es atacado, todos van a cubrir la brecha
por donde han abierto hueco los insurgentes.
Y así se puede ver que el
Castillo está hecho a remiendos, es decir, se ven muros construidos con
distintas piedras, de distintas épocas y material. Eso es lo que se llama, progresismo.
Que la derecha progresa más deprisa que la izquierda. Piénsese si quiera un
poco sobre la importancia intelectual de haber inventado un tipo de Rey que no
Gobierna. Jamás se le habría ocurrido tal cosa a ninguna izquierda.
Escaramuzas
Pero si hay algo
que sabe hasta el más lerdo, es que una fortaleza como mejor se defiende es
saliendo al exterior, con niebla y por la noche, para atacar a los sitiadores y
no darles respiro. Y así pues lo hace la derecha desde siempre-ojo, que la más
tonta hace relojes-.
Esas
escaramuzas son de índole espiritual o cultural o metafísica, como ustedes
prefieran llamarlas. Y así, por ejemplo, crean entre los sitiadores el debate
sobre el aborto, y mientras tan apasionante tema se discute se para
el verdadero combate. Lo mismo sobre si son iguales o no, hombres y mujeres, o
si el matrimonio entre dos del mismo sexo es natural, cuando lo que no es
natural es el que celebran los de distinto sexo; o sobre cual es la religión
verdadera, o si lo son todas; o si un chico debe repetir con estas o las otras
asignaturas sin aprobar. O si abolir la prostitución o hacer un modulo de Ciclo
Superior con ella. Y que decir del apasionante debate sobre los
nacionalismos. Etc. Etc.
Etc.
No estamos hablando de que le den al pueblo
pan y circo para que pase del Castillo, hablamos de algo más grave; el que se
enzarcen “los expertos en asaltos” en debates de pura risa.- entendiendo por
tal, todo aquello que a la vuelta de unos años nos hace llevarnos las manos a
la cabeza- . Ejemplo: Nuestras bisabuelas no podían enseñar el tobillo.
La democracia formal
Y entre
los inventos progresistas del Poder tenemos el asunto de la democracia llamada formal. Truco, donde los
haya, para engañar a la gente. El asunto funciona así: Se dice que es mejor
poder opinar que no. Se dice que la democracia para que sea efectiva y eficaz
ha de ser operativa y por tanto representativa. Supone esto que el pueblo, que
por cierto es Soberano pero sin vivir como tal, va a hacer las leyes -Poder
Legislativo-. Y que las va a confeccionar mediante sus representantes
legítimamente elegidos.
Y ahora viene la madre del cordero, en vez de
dejar que se elija proporcionalmente al número de habitantes que hay, se inventan
las circunscripciones, y las leyes de D`Hont u otras similares, y los
porcentajes mínimos, o el tener que inscribirse para votar, o esto o lo otro o
lo de más allá; de tal manera, que si ya la democracia representativa tiene sus
defectos, gracias a los sistemas electorales vigentes la voz del pueblo sale
distorsionada, a favor de los Poderosos claro está. ¡Y a esto lo llamamos haber
alcanzado un régimen de libertades!.
Pero hay más. Supongamos que se les ha colado un político que no sea
como los demás. Ah! Para eso también hay medicina. Se trata de un calmante.
Consiste este en crear la Clase Política- de fuerte corporativismo
puesto que van a vivir a cuerpo de Rey- y luego, basándose en lo
trascendente de su sagrada misión, forrarles a sueldos y prerrogativas, de
manera tal que, quien no comulgue previamente con el sistema, acabe haciéndolo
al grito de que la democracia es la menos mala de las formas de gobierno.
Para descubrirse. Y luego dicen que los intelectuales están en la izquierda.
Sigue el rapto de políticos
Acabamos pues de ver cómo, políticos que querían asaltar el Castillo por
las bravas, acaban, puesto que están viviendo y muy bien, de planificar el
asalto perfecto, apartándose así de la política revolucionaria y siendo
engullidos por el sistema. Se les reconoce porque razonan perfectamente por qué
su sueldo de político debe ser tan alto. Para comprar una escalera larga y
otra cortita y así, al caer la noche entrar en la Fortaleza aupados por el
pueblo. Al cual luego, se le abrirán las puertas y el Paraíso.
También estos rebeldes reciclados se
pueden detectar porque dicen: La gente es moderada, no quiere broncas, por
tanto ofrezcámosles un programa de asalto que no les asuste, y luego.....(luego,
no saben cómo seguir, porque no son tan bobos como para no darse cuenta de que
una vez en el Poder no pueden cambiar sus promesas y sacarse de la manga la
Revolución Escondida, puesto que se enfrentarían así, y a la vez, a sus
votantes-por engañarles- y al Poder- por ir frontalmente contra él-)
Pero
ojo al parche. Que no sólo han sido comprados, o se han vendido los políticos
de oficio. También lo hacen los otros: Intelectuales-de los que sermonean desde
los púlpitos del Poder; pensadores-de los que piensan en si mismos;
filósofos-de los que dicen amén-; profesionales de prestigio-de los que te
cobran un ojo de la cara ejerciendo su profesión liberal-; curas-de los que
viven como Dios gracias a Dios, o Alá o llamémosle Money-; o los
jerarcas de los cuerpos armados, etc. Es decir, toda la farándula del Régimen,
que se han apartado de la política de boquilla, diciendo que son
apolíticos, para hacerla mejor, ¡a traición!..
Porque
esa es otra. Si la técnica del Poder es que no haya más políticos que los
profesionales, porque así los tiene bien controlados, resulta que le da un
resultado perfecto su filosofía de desprestigiar la actividad política,
para que así, gente de valía y tronío pueda decir, sin caérseles la cara de
vergüenza, que ellos no militan en ningún partido porque no les gusta
depender de nadie y sí ser libres. ¿Son libres en su burbuja de presunto
apoliticismo? Si así fuera , todos seríamos apolíticos.
Cuando alguien, voluntariamente se aparta de la actividad política que
supone el asalto diario al Castillo, está haciendo política como una casa, pero
la peor, la política, que dicta el dictador, que es alguien que hoy en día,
vive en el castillo, rodeado de expertos por todas partes menos por una, llamada
ejército.
¿Hay vida inteligente en la política?
Entrando en el desenlace sinteticemos lo expuesto.
Quedamos
en que convertidas las hembras de la especie en mujeres objeto al
apropiárselas, como propiedad privada, los machos; ellas quedan obviamente
anuladas para hacer política.
Posteriormente
y aprovechando el invento del concepto de propiedad privada, surge la
esclavitud, es decir, también algunos machos de la especie pasan a ser hombres
objeto-esclavos-que convertidos en propiedad privada de otros pueden ser
vendidos y comprados. Toda esta pléyade de seres humanos pasa también a no
poder participar en política, son apartados de esa posibilidad.
Seguirá
avanzando el intento sistemático y deliberado-esto es muy importante tenerlo en
cuenta-de marginar a la ciudadanía de la acción política. Ahora los
pobres también serán apartados del campo político por ley, mientras que al
contrario, se va haciendo que sean sólo los ricos o poderosos quienes corten
el bacalao, es decir, quienes hagan política. De hecho la democracia empezó
dejando votar únicamente a los propietarios, varones y mayores de cierta edad.
Y
así, piano, piano, avanzó la Historia hasta nuestros días .
Pongamos ahora la lupa para ver
mejor en qué consiste el juego actual. Analicemos el mundo capitalista
desarrollado, pues el otro- el mundo pobre- está siguiendo el mismo camino con
algunas etapas de retraso.
Centrados
en el presente ¿qué se aprecia?. Por un lado que todo el mundo vuelve a
poder hacer política, opinar y decidir. ¿Porque ha triunfado la revolución?
En apariencia si. Las mujeres ya no son objetos de compra-venta, no hay
esclavitud, todo el mundo puede opinar de todo y proponer lo que quiera. Parece
que hemos vuelto al estado políticamente ideal de la aldea-comunista de la que
partimos. Esto es jauja.
Pues
no. No lo es. Hasta el punto de que podemos casi afirmar que ahora, en
política, deciden tan pocos o menos que en la, nada ejemplar, era de los
emperadores romanos.
En
efecto; para empezar, los poderosos, los que desde que se inventó la propiedad
privada adquieren fuerza gracias a sus riquezas, son los que siguen decidiendo,
mandando, haciendo política.
Pero
¿y los políticos? Hacen de meros comparsas de sus amos, los citados (no
confundir con los Secretarios Generales de los partidos). Lo cual no les crea
ningún problema mental porque en el fondo trabajan en eso, en amoldar la
sociedad a gusto de los poderosos. Cosa que por cierto, lo hacen tan bien, que
ahora que hay libertad política- no confundir con la de verdad-el pueblo
elige-votando-deliberadamente lo que quiere el Poder que elija.
Y
así las cosas ¿qué tarea desempeñan los partidos de izquierda? Pues ocupan el
espacio de la sensatez. Consiste ésta, primero en considerar que su tarea es
excelsa-la de los políticos electos-y que por tanto es lógico que estén bien
remunerados. No caen en la cuenta de que cuando crece la cuenta corriente se
deja de ser corriente, y se empieza a abandonar la política de rebelión
para pasar a apreciar más la buena vida, aumentándoles la sensatez. Tanto, por
cierto, que para conseguir votos del pueblo deciden pegarse a lo que según
ellos quiere el pueblo-que como ha sido engañado con una filosofía conservadora
quiere cosas imposibles, como que haya trabajo para todos, vivienda digna para
todos, paz, sanidad, educación, justicia, etc, etc, a partir del sistema
capitalista. ¿Quién no cree hoy día, con dos dedos de frente, que lo mejor para
prosperar es la competitividad? Menudo sapo este de la competitividad.
Hasta foie sapo nos dan en potitos los lideres sindicales con este tema.
Hoy en día se elige a unos representantes que vez
tras vez acaban diciéndole al pueblo que ya se arreglará su problema, que
esperen, que todo es muy complejo. Ocultando que ya han resuelto-para
ellos- los problemas que son tan complejos para otros.
Vemos
pues que el poder ha conseguido que los políticos no hagan política distinta
a la oficial, vulgo, “pensamiento único”.
Tenemos
luego a los intelectuales que se auto-marginan de la lucha-integrándose
de hoz y coz en el sistema- porque para ellos es insoportable la disciplina de
partido, cuestión de peso si no aceptaran otras disciplinas más masoquistas.
Respecto a la masa. Esa no
participa en política aunque piense que sí. El truco para marginarla es hacerle
creer que, si ha votado, si puede votar cada equis años, es libre, y que ya ha cumplido con todo lo que
tenía que cumplir en los asuntos que nos afectan a todos. Eso no quita para que
si surge un problema puntual, pueda constituir
una Coordinadora o Plataforma, que al grito, de “somos apolíticos, y
sólo pretendemos arreglar nuestro problema” traten de arreglarlo –(de hecho,
cada vez más, estas acciones civiles exigen que en ellas no estén los
partidos políticos, haciéndole el juego al Poder en su idea de que sólo se
haga lo políticamente correcto por los políticamente correctos).
La Edad
Negra
De la
misma manera que existieron la Edad de Piedra, la de Hierro, Bronce ,etc, se
puede considerar, sin margen de error, que estamos en plena Edad Negra. Como el
carbón, porque no cabe mayor oscuridad que la que ahora se da en el panorama
político. El Pensamiento Único ha infectado a tantísimos integrantes del mundo
artístico, filosófico, político, intelectual, religioso, que ya el pueblo vota
y quiere lo que quiere el Poder.
Y
todo esto por lo que hemos denunciado y puesto en evidencia. Pero por si aún
queda algún escepticismo sobre la cuestión, repasemos las clases de políticos
que nos asisten- salvo algunos, que por no responder a los cánones, en su honor
no llamaremos políticos.
.
Políticos de carrera: Entre estos, que se rigen por
el teorema de que todo político experimenta un empuje hacia arriba
equivalente a su comunión con el Pensamiento Único , tenemos dos subclases.
Los manifiestamente conservadores, que hacen gala de su servilismo al
Poder, pues saben que eso les reporta suculentos beneficios, y los conservadores a su pesar o
seudo-izquierda, que si fueran sometidos a un test sobre el Orden
Establecido, daría como resultado, digan lo que digan, que les gusta
esta sociedad. Baste ver cómo acaban diciendo que este orden hay que
conservarlo porque es el menos malo de los órdenes. Si los primeros viven
del Estado estos viven de la Patria, que en definitiva lo mismo es, y por
tanto, tan opíparamente como sus hermanos de derecha pura.
Otras clases de políticos son los: Intelectuales
de carrera: Se trata de esa pléyade de grandes profesionales, que, cómo no,
habiendo escrito un libro de éxito, o habiendo obtenido un premio mas o menos
Nóbel, o siendo una figura mediática, le dicen a los mortales, desde el fondo
de sus imponentes cuentas corrientes “que la vida es lucha, que quien quiere
trabajar encuentra trabajo, y que con tesón y fuerza de voluntad, más un poco
de igualdad de oportunidades se puede llegar a dónde se quiera”. Es decir
son predicadores doctrinales de las tesis de derechas. Monaguillos del
Pensamiento Único.
Pero
estos no están solos: En la otra cara, de la misma moneda-del Pensamiento
Único-están los de la misma especie social, pero cuyo discurso consiste en
repetir el catecismo de la izquierda-aunque eso si, tras haberlo purgado de
todo lo dicho por quienes fueron baluarte de las revoluciones. Son
partidarios de entrar en el Castillo del Poder, y luego, cuando ellos lo hayan
tomado y tras un tiempo prudencial, sin algaradas, ni revoluciones, abrir las
puertas y que entre el pueblo, eso si, en orden y aceptando las Leyes del
Capital, que al parecer bien aplicadas-con alguna reforma- no serían tan malas
y nos permitirían a todos vivir como Dios
Apolíticos de carrera. Echan peste de los políticos
profesionales, pero votan a la derecha o la izquierda sensata. El término
apolítico de carrera les viene de que saben que se hace mejor carrera, en lo
suyo, sin significarse demasiado o nada, en el mundo partidista. Es decir,
no se pringan para llegar limpios al despacho soñado (si tienen ya uno sueñan
con otro). Los apolíticos de carrera se subdividen en los estéticos-que
basan su pasividad política en que siempre el mundo fue como es,
ricos y pobres siempre habrá, que el
poder siempre abusará porque es su esencia y que además, si cada uno de
nosotros mejorara, el mundo mejoraría.
Compartiendo mesa de apoliticismo tenemos, en el otro ala, que bien podríamos
bautizar como la de los hipercríticos, a gentes de gran sensatez mental;
tan grande que les pesa la cabeza y todo lo ven mal, y aún peor, saben que nada
tiene arreglo- menos lo suyo.
La mayoría silenciosa. Este político orgánico es doblemente
virtuoso, pues no hay mayor placer para el Poder que comprobar, con
satisfacción, que la mayoría es silenciosa, es decir que no dice ni pío, es
decir que libremente opta por no entrar en política.
En realidad no son políticos,
pero como tienen derecho al voto y lo ejercen, lo son a su pesar. Ocurre sin
embargo que como usan mal el voto, siempre apuestan por mantener el orden que
les encadena, son políticos contra si mismos.. Pero claro no hay que
concebirlos como los políticos ya descritos. Pero entonces ¿por qué se citan?
Para que quede en evidencia cómo el Poder ha
conseguido lo que se propuso desde el primer día en que decidió seguir
en él; apartar al mayor número de gentes de la tribu de la participación política,
para así ser él sólo quien decide y manda. Y lo está consiguiendo.
Pero
siempre quedará alguien o muchos álguienes, que quieran romper la baraja, y no
porque no guste el juego político, sino por todo lo contrario, porque la baraja
está marcada. ¡Por el arma de Viriato!, qué buena tesis doctoral la que estudie
el método de elección en las democracias avanzadas y haga evidente, de una vez,
que no es que los Poderosos controlen los medios de comunicación -que si-; no
es que los creadores de opinión a quienes se deja predicar sean los que quiere
el Poder-que también-; no es que haya enchufes y leyes que favorecen a los
poderosos-que por supuesto-; es que el mero hecho de elegir a los representante
políticos del pueblo, está contaminado, trucado, preparado, para que nunca
salga a la luz la verdadera voluntad popular; no vaya a ser que alguna vez el pueblo vote lo
inadecuado. Aunque para eso, en la baraja marcada y trucada del juego
democrático, no se olvide, el Poder tiene el comodín de los poderes fácticos. Faltaría más.
En definitiva, el drama de la política está
en que, a día de hoy. los únicos foros
donde se hace política de rebelión y desorden son los de los monologuistas del Club de la Comedia. En los
demás, o le piden peras revolucionarias al olmo capitalista o simplemente lo
riegan; porque para ellos reza lo de que, “a quien a buen árbol se arrima buena
sombra le cobija”, y para esa siesta, como el árbol del capital, ninguno .
Despedida:
La inteligencia natural de los lectores de Duererías habrá entendido que, tras
esta crítica destructivo-constructiva,, lejos de hacerle el juego al
Poder espantando a la gente-como él desea-de la política, lo que se busca
es que se repare en el espanto que supone no hacer política. ¡Menudo
sapo!.
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