miércoles, 27 de marzo de 2013

POLÍTICOS: Los sapos son ellos.



                                 LOS  SAPOS SON ELLOS


 (Esto fue escrito por Paco Molina, en el año 2005 y las circunstancias, prerrevolucionarias, han hecho que las cosas estén cambiando a tope. Afortunadamente)


                                                         


Suele decirse que un buen político no tiene otro remedio que desayunar un sapo cada día. No es así. Y en lo que sigue vamos a mostrar que es el pueblo quien digiere a todas horas menú de sapo, al tragar dócilmente lo que dicen los políticos, .




La rana no es un príncipe; el príncipe es un sapo



                                                                                    En  las Tribus Comunistas, aquellas en las que todos-y todas- resolvían en común los problemas comunes, la totalidad de los integrantes del grupo opinaban y participaban sobre los diversos asuntos; haciendo, pues, todos, política. Tarea que entonces era muy sencilla, dado que los problemas eran muy simples..


            Hablamos de la época previa a la invención de la propiedad privada, y cuando nuestros abuelos, los monos, eran sólo homo-simpáticus y no habían alcanzado todavía la categoría de homo-sapiens.


  En ese periodo nuestros antepasados sólo tenían los problemas que les generaban sus dos instintos básicos: el de supervivencia y el de placer. Es decir, por culpa de  su manía de querer seguir vivos, tenían que buscar comida, refugio, armas para la caza, elementos curativos, etc .Problemas todos ellos de subsistencia y sólo de subsistencia  Y al tiempo, tenían también, los problemas derivados de su necesidad de goce sexual. Que por cierto, resolvían con soltura y facilidad, pues “todos estaban a lo mismo” y siempre, quien percibía el problema entre las piernas, encontraba a alguien dispuesto a colaborar en la resolución. Cuestión a la que ayudaba mucho el que no había prohibiciones, es decir había libertad; exactamente lo que ahora no hay de tan “sapiens” como somos.


            Eran aquellos tiempos en que el homo-simpaticus, en cuanto que no era aún suficientemente “sapiens”, no sabía de dónde venían los bebés, o sea, no relacionaban orgía con embarazo.


            Sin embargo, cuando descubren que los niños no vienen de París, empieza a fraguarse la primera Revolución de la Historia. La protagonizan las mujeres del grupo. Resulta que son ellas las que sufren, , en carne propia, los partos si algo salía mal; o directamente o por la muerte de sus crías. Ante eso, y por eso, propusieron e impusieron, políticamente, otras formas de comportamiento. Esa fue la primera Revolución que ha existido. ¿Coincidió ese periodo con la leyenda del matriarcado?


            Naturalmente, esas nuevas costumbres debieron de restringir el número de nacimientos, ya que era eso lo que buscaban las perjudicadas. Pero, ese descenso de miembros en la colectividad, supuso mayor indefensión ante los animales; lo que unido a que sin duda, las nuevas normas, de alguna manera supusieron alguna limitación  al coito puro y duro (no a la sexualidad, que las mujeres nunca han sido pacatas), dio pie a que los machos se sublevaran; surgiendo así la Primera Contrarrevolución que existió: El machismo.


            Esa revuelta de los machos triunfa por la fuerza- son más brutos- y entonces, la  política que se pone en marcha busca un invento que permita: Conseguir que la mujer no tenga autonomía, que no sea libre. Debe pasar a ser un objeto, y para logra eso, ¡se la privatiza!. Queda inaugurada e instaurada así ¡la propiedad privada! mediante el  contrato matrimonial. Es pues, esta figura del ordenamiento jurídico, algo creado y concebido para posibilitar que los hombres posean como un  objeto a lo que no lo es, la mujer.


La función del matrimonio era garantizar que todo macho tuviera a su disposición ( o sea en propiedad) una hembra que le proporcionara sexo, descendencia y cuidados.


            Naturalmente, convertida la mujer en objeto ( se la va a poder comprar y vender al margen de su propia voluntad) deja de ser una igual en el grupo. Ha desaparecido la Tribu Comunista y surge la Horda Machista. En ella, ya sólo hacen política los hombres. Las mujeres lo tienen prohibido, pasan a ser invisibles.


            Lógico ¿no?. Pues si hubieran podido votar hubieran decidido abolir el matrimonio y su espíritu -que la esposa le sea fiel al marido- (Hoy día ya pueden votar, pues gracias a la educación en valores, son las propias mujeres las que reclaman el matrimonio y la fidelidad. ¡Lo que hace la cultura!)


            Este- el matrimonio- es el primer sapo que se le hace tragar al pueblo con la ayuda inestimable de los políticos.


Nota: Sobre lo anterior existe un más amplio estudio en el libro “LA ESTAFA SEXUAL”- nueva edición-Editorial COMPA- pacomolinasss@hotmail.com, del cual soy autor.




El Poder se perfecciona       


                                           A partir de aquí surge también el Poder, y quienes lo disfrutan querrán conservarlo a toda costa. Entonces, ellos, los poderosos, van a tratar de ir apartando a la  gente de la política, para que ésta sólo la hagan los “políticos–sapo”. Los que le harán al pueblo comulgar con sapos de molino.


             


El “sapo”  de la propiedad privada


                                                             El homo-simpáticus ha pasado a ser “sapiens-sapiens”. Ya no sólo tiene un cerebro desarrollado que le permite idear herramientas. Ahora ya “idea” tonterías. El concepto de propiedad privada, nacido tal y como se vio como base del machismo, se empieza extender a más y más conceptos, de manera tal que si el primer sapo que se tiene que tragar un mortal, servido por el político de la época , es que la estructura de familia es algo natural- o sea inherente a la naturaleza-, el segundo sapo es, ni más ni menos, el referido al mensaje de lo trascendente que ha sido la propiedad privada para el progreso y la creación de riqueza.


Cuando lo cierto es que ese avance de las privatizaciones va a ser el germen del actual capitalismo. Convirtiendo todo en propiedad, es decir en mercancía, y tras las mujeres, vinieron a ser objetos otros machos-esclavitud-, y por supuesto la tierra, y los medios de producción y lo servicios públicos, y sigue, actualmente, la bola, con el beneplácito de casi todos..


            Y no hablamos de dos sapos cualesquiera- la familia y la propiedad privada-. Si serán importantes para los poderosos que han conseguido consagrarlos como Derechos Humanos.


 Convertir a las hembras en propiedad privada va a dar origen a las primeras disputas y actos de violencia. Contra ellas, por supuesto, pero también entre ellos. Los propietarios, lógicamente, quieren aumentar sus propiedades y por tanto pleitean entre sí.




El sapo conocido como Patria



                                                      La propiedad privada del suelo dio pie al nacimiento del “territorio que ocupa la patria”, que pasa a convertirse en fetiche sagrado, causa de guerras, disputas, crueldades y demencias de todo tipo.


            Naturalmente, en la actualidad está permitida la democracia allí donde, la educación en valores- en este supuesto, el nacionalismo- hace que los pueblos voten:  “Todo por la patria”. De nuevo, lo que quiere el Poder.


            Hoy día, en la medida en que nadie discute esto. En la medida en que el dinero, que al nacer fue un buen invento, se ha convertido, por el proceso permitido y estimulado de la acumulación, en la causa de todos los males al permitir la acumulación de la propiedad privada hasta la nausea (250 personas poseen al comienzo del Siglo XXI la misma riqueza que 2500 millones de seres humanos). En la medida en que tragamos estas piedras de molino en comunión perfecta con los poderosos de la Tierra, estamos tragando sapos y sapos que nos han servido los políticos que en el mundo han sido.




Los políticos de las dictaduras



                                                      Esto de la democracia formal ( o sea, en la forma y no en el fondo) es demasiado reciente. Lo que existía antes, con uno u otro nombre, ha sido un dictadura. Con cara de Monarquía o República o cualquier otra, pero dictadura .


            Es decir, la tribu, el pueblo, la nación, la horda, lo que fuere, era dominada, y por tanto gobernada, por un grupo más o menos grande de “machos”, pero en todo caso menor que el número de los dominados .


Entonces, si unos pocos, por brutos que fueran-en el sentido de fuertes-dominaban a la mayoría como si fuera ganado, debemos preguntarnos ¿cómo fue eso posible? o mejor aún ¿cómo es posible todavía?.


            La respuesta, aunque duela, es esta: Gracias a la colaboración desinteresada-es un decir- de las religiones y las filosofías o costumbres. Sapo donde los haya, pues ahora resulta que hasta los revolucionarios nos saltan con que el sentimiento religioso es inherente al ser humano. Enterrando así a Darwin y el evolucionismo entre siete llaves de oro. Disparatado.


            El sapo de que hay Dios es la de Dios. ¡Qué gran invento del Poder!


            Volvamos al descubrimiento, por parte del Poder, de la religión como cadena invisible, utilísima por tanto para atar al pueblo. Aparece en escena el hechicero -citado para simplificar al máximo y que se entienda mejor-, o sea quien dice “qué es bueno y malo”, qué comportamiento es correcto y cual no, qué medicina espiritual hay que tomar y cual es contraproducente. O sea, quien dicta las leyes que se han de cumplir, para ser felices en este juego de despropósitos que supone pretender tal cosa cuando son castrados los dos  instintos básicos.


                        Han surgido las religiones, es decir el cóctel de miedos y amenazas que empieza a hacer tan dócil al siervo que a estas alturas elegimos libremente lo que quieren que elijamos quienes nos explotan.


            Por estas fechas ya son políticos de un bando, los militares, las jerarquías, los sacerdotes, la aristocracia.....; ya que todos, cada mañana, tarde y noche, le dan al pueblo sopa de sapo, a saber: “Que las cosas son como son. Que siempre han sido y serán así. Que siempre hubo ricos y pobres. Que así es también el mundo animal, donde triunfa el más fuerte”.


            Por supuesto que hay otros políticos. Los que se sublevan contra el Orden Establecido. Pero esos no existen. Se les mata o neutraliza al momento. Se les borra de la Historia. Por tanto no sería justo considerar a esas buenas gentes “políticos”, aunque sólo sea por respeto y para no contaminarlos colocándolos en la misma estantería o probeta, que los cocineros de sapos.






La derecha progresista        


                                        Sigue la Historia y vemos que los levantamientos, las sublevaciones, los intentos de nuevas revoluciones, forzaron al Régimen a progresar. En consecuencia se potencia a los sabios que dicen lo que dice el Poder, al menos en lo fundamental, de manera que ahora que todo el mundo estudia ¡incluso a la fuerza!- no faltando las clases particulares de la televisión- aprenden que hasta los científicos dicen que “las cosas tienen que ser como son, porque la realidad es la realidad y somos como somos”. Es decir lo que antes decía la superstición ahora, ya es casualidad, lo dice la Ciencia.


            Y pensar que nos consideramos superiores a los animales, porque nos matamos entre nosotros, porque trabajamos para otros, porque nuestros inventos los dedicamos a quietar trabajo a unos cuantos en vez de reducir el de todos, porque las medicinas no son gratis, porque nos prohibimos lo mejor que existe (si, el placer sexual, ¡sincérate!)


Conviene, llegados aquí, detenerse en el increíble progreso del Poder para conseguir mantenerse por encima de todos siendo como son una minoría exigua. Y para muestra ejemplar de progresismo repásese su uso de la tesis del palo y la zanahoria. Al principio esa técnica la aplicaban tal cual; si te portabas bien, zanahoria, si te portabas mal, palo. Pero ahora, y eso es lo genial, para que te creas libre,  te han atado el palo por encima del cuello sobresaliendo sobre ti,  que andas como un burro- que ya se encargan ellos de eso- y han colgado en su extremo una zanahoria, de manera tal que queda ante tus narices, por lo que, claro, caminas continuamente hacia ese apetecible alimento, que como nunca alcanzas, se convierte en el motor continuo-un sueño de la ciencia- que consigue que estés girando sin parar alrededor de la noria, con la obsesión de que hay que luchar por la zanahoria del mañana.   .


 



El sapo del sacrificio



                                      El Poder, pues, ya ha quitado de la circulación del mundo de la política, a todas las mujeres, y a gran numero de hombres, puesto que estos o son esclavos y por tanto gente sin derechos, o son pobres y en consecuencia ignorados, o  se han rebelado contra el sistema y por tanto resultarán perseguidos hasta darles encierro o entierro.


            Ha quedado ya el campo de la política expedito y limpio, para que sólo puedan ejercerla los autorizados, es decir, quienes comulgan con las ruedas de molino del Orden Establecido.


            El político entonces, aunque “aparece o se presenta” con rostro de militar, o de obispo, o de mago, o de sabio, o de filósofo, o de rey; trabaja para el Poder, siendo éste luego sobradamente agradecido con él. Pero ¿qué tiene que hacer para recibir la recompensa?. Vender ideología, educar en valores, construir el castillo de cultura donde se refugiará el Poder.


En ese aspecto, tras habernos inculcado los principios básicos de la Ley del Orden Establecido, de que la familia y la propiedad privada nos ayudaran  a alcanzar la Tierra Prometida, posteriormente se empieza a trabajar para confeccionar la vaselina que permite meter en la cabeza de las gentes, algo de suma trascendencia, para que estas, voluntariamente y con alegría además, hagan lo que quieren los poderosos: Se trata del concepto de Sacrificio.


            Es decir, se les ha hecho creer a las criaturas humanas, animales ellas como cualquier otro animal, que si se sacrifican eso es una prueba de que son seres superiores. Porque la libertad, por lo visto, y según los sabios que en el mundo han sido, consiste en poder elegir entre lo bueno y lo malo, lo malo. Dicho al revés, la diferencia entre una persona y una bestia está en que la bestia si tiene hambre y comida, come , y si tiene deseo y posibilidad de coyunda, se aparea; lo cual supone que no es libre. Cosa que no nos pasa a los “sapiens-sapiens-sapientísimos”, que como podemos, ante el hambre y teniendo comida, no comer, y ante el deseo y la posibilidad de saciarlo, el quedarnos a dos velas; pues resulta que eso supone que somos excelsamente libres.


            No se puede caer más bajo en la escala de la tontería, pero hasta ahí hemos llegado. Menudos sapos nos hemos tragado, y sobre todo éste de pensar que el sacrificio –de cualquier instinto básico-es bueno. Y ese sapo, ojo, no se lo ha tragado ningún político, sino que ellos, los que han ido creando nuestro acervo cultural, son los que nos lo han metido por la boca el día de la primera comunión, entendida ésta como el día del primer lavado de cerebro.  


           


Los Derechos Humanos: sapo por liebre



                                                                      Estos derechos, los ve la gente como si fueran las tablas de la Ley que, dicen,  bajó Moisés del Monte Sinaí. Es decir, Dios se percató, según el cuento chino, o hebreo (que no se) de que su pueblo andaba muy despelotado y decidió enviarles una Constitución Espiritual, a través de su Embajador en la Tierra con esas conocidas normas de conducta tan divinas.


            Pues bien, la percepción que se tiene de los Derechos Humanos, es similar. Se mencionan como si Dios los hubiera dejado en un lugar del universo y el saber humano los hubiera descubierto ante el regocijo general. Se nos venden como si en vez de los mandamientos de la Ley de Dios fueran los Mandamientos de la Ley de la Humanidad


            Craso error, porque al no reparar en que son producto de los políticos, no se ve bien que tienen gato encerrado.(Sí, sí, suponen un avance respecto al anterior estado de cosas, y que más quisiéramos que se cumplieran, y bla-bla-bla-bla-bla-bla). Pero no se olvide que han salido de un consenso-o sea cediendo todos- entre unos políticos carcas o conservadores y  unos políticos algo más revolucionarios, luego algunas pifias retrógradas contendrán ¿no?. O es que nos vamos a creer que a la derecha le picó el virus de la generosidad y cedió en todo lo que había ganado en noble lid - matando y mintiendo-a lo largo de la Historia hasta hace tan sólo un suspiro de tiempo?


            Sépase que los  Derechos Humanos consagran el matrimonio machista-cuna de la violencia doméstica-y la propiedad privada-germen de la violencia entre Estados-, como algo esencial para la vida. Menudo gazapo o “ga-sapo” nos están metiendo.


 



El Castillo



                    Vamos a hora a dar un salto en el espacio del tiempo para aterrizar en la era en la que ya hay “políticos que se llaman políticos”.


            Usemos la parábola del Castillo. Éste es un fortaleza donde el Poder tiene encerrados todos los tesoros y riquezas que a lo largo de la Historia ha ido acumulando. Así mismo, en ese castillo viven ellos, los que constituyen el Poder, los poderosos, los que pueden. Que por eso el Poder se llama Poder, porque puede; asunto que no es baladí, pues quien eso no entienda no entenderá porque se pierden y se perderán muchas batallas. Pues como dijo Quevedo, si el dinero puede transformar las piedras en pan sin ser el Dios verdadero ¿qué no podrán quines lo poseen?.


            (((Por cierto, concepto este que es otro sapo tragado y bien tragado  a estas alturas por la sapiencia general; el que no se puede vivir sin dinero, o que para vivir es mejor que exista el dinero, cuando él, al permitirse su acumulación , es quien crea a los poderosos, y lo peor, les permite que puedan comprar pobres para que maten o mientan a otros pobres))).


            Pero volvamos al Castillo. Éste está sitiado por el pueblo, que intuye que algo no funciona y por tanto tiene tendencia a desmandarse. La revolución consiste pues en asaltar la fortaleza y repartir o anular los tesoros que atesora.


           


Las mil y una  izquierdas



                                            Conviene entender que las derechas son quienes están dentro o fuera del Castillo del Poder, pero en todo caso, pretenden y quieren, que éste siga existiendo y todo siga igual.


            Por lo mismo, pero al revés, definiremos a las izquierdas; que son quienes pretenden derribar ese castillo, asaltarlo, tomar y repartir lo que en el hay. Se supone que a partes iguales, aunque mejor no entrar en eso ahora.


            Pero ¿cómo abordar el Castillo, cómo asaltarlo?¿De día, de noche, o al atardecer? De esta duda salen ya tres izquierdas, por no contar a los partidarios del alba. Y cómo hacerlo ¿por el N ,o el S, o el E o el W?. Lo que faltaba, las anteriores izquierdas ahora se nos subdividen según los puntos cardinales o rosa de los vientos.


            Mas las divisiones se subdividen otra vez, porque existen desde los que quieren atacar frontalmente hasta los que sugieren que hay que camelar a los del interior, y cuando se confíen y abran las puertas, zas, nos quedamos con todo. Esta técnica, es muy sensata, como se puede ver, y tal vez por eso tiene tanto éxito entre quienes viven de asaltar el Castillo, que claro, temen se les acabe el empleo si la fortaleza cae.


            Se explica bien pues, por qué razón hay tantas izquierdas. Y al tiempo por qué la derecha aguanta tan bien. No es que viva unida, que dentro del Castillo las luchas por el botín son constantes ¡en época de vacas gordas!, sino que, en cuanto vienen mal dadas, y el Castillo es atacado, todos van a cubrir la brecha por donde han abierto hueco los insurgentes.


Y así se puede ver que el Castillo está hecho a remiendos, es decir, se ven muros construidos con distintas piedras, de distintas épocas y material. Eso es lo que se llama, progresismo. Que la derecha progresa más deprisa que la izquierda. Piénsese si quiera un poco sobre la importancia intelectual de haber inventado un tipo de Rey que no Gobierna. Jamás se le habría ocurrido tal cosa a ninguna izquierda.




Escaramuzas



                        Pero si hay algo que sabe hasta el más lerdo, es que una fortaleza como mejor se defiende es saliendo al exterior, con niebla y por la noche, para atacar a los sitiadores y no darles respiro. Y así pues lo hace la derecha desde siempre-ojo, que la más tonta hace relojes-.


            Esas escaramuzas son de índole espiritual o cultural o metafísica, como ustedes prefieran llamarlas. Y así, por ejemplo, crean entre los sitiadores el debate sobre el aborto, y mientras tan apasionante tema se discute se para el verdadero combate. Lo mismo sobre si son iguales o no, hombres y mujeres, o si el matrimonio entre dos del mismo sexo es natural, cuando lo que no es natural es el que celebran los de distinto sexo; o sobre cual es la religión verdadera, o si lo son todas; o si un chico debe repetir con estas o las otras asignaturas sin aprobar. O si abolir la prostitución o hacer un modulo de Ciclo Superior con ella. Y que decir del apasionante debate sobre los nacionalismos. Etc. Etc. Etc.


            No estamos hablando de que le den al pueblo pan y circo para que pase del Castillo, hablamos de algo más grave; el que se enzarcen “los expertos en asaltos” en debates de pura risa.- entendiendo por tal, todo aquello que a la vuelta de unos años nos hace llevarnos las manos a la cabeza- . Ejemplo: Nuestras bisabuelas no podían enseñar el tobillo.




La democracia formal



                                       Y entre los inventos progresistas del Poder tenemos el asunto de la  democracia llamada formal. Truco, donde los haya, para engañar a la gente. El asunto funciona así: Se dice que es mejor poder opinar que no. Se dice que la democracia para que sea efectiva y eficaz ha de ser operativa y por tanto representativa. Supone esto que el pueblo, que por cierto es Soberano pero sin vivir como tal, va a hacer las leyes -Poder Legislativo-. Y que las va a confeccionar mediante sus representantes legítimamente elegidos.


 Y ahora viene la madre del cordero, en vez de dejar que se elija proporcionalmente al número de habitantes que hay, se inventan las circunscripciones, y las leyes de D`Hont u otras similares, y los porcentajes mínimos, o el tener que inscribirse para votar, o esto o lo otro o lo de más allá; de tal manera, que si ya la democracia representativa tiene sus defectos, gracias a los sistemas electorales vigentes la voz del pueblo sale distorsionada, a favor de los Poderosos claro está. ¡Y a esto lo llamamos haber alcanzado un régimen de libertades!.


            Pero hay más. Supongamos que se les ha colado un político que no sea como los demás. Ah! Para eso también hay medicina. Se trata de un calmante. Consiste este en crear la Clase Política- de fuerte corporativismo puesto que van a vivir a cuerpo de Rey- y luego, basándose en lo trascendente de su sagrada misión, forrarles a sueldos y prerrogativas, de manera tal que, quien no comulgue previamente con el sistema, acabe haciéndolo al grito de que la democracia es la menos mala de las formas de gobierno. Para descubrirse. Y luego dicen que los intelectuales están en la izquierda.




Sigue el rapto de políticos



                                              Acabamos pues de ver cómo, políticos que querían asaltar el Castillo por las bravas, acaban, puesto que están viviendo y muy bien, de planificar el asalto perfecto, apartándose así de la política revolucionaria y siendo engullidos por el sistema. Se les reconoce porque razonan perfectamente por qué su sueldo de político debe ser tan alto. Para comprar una escalera larga y otra cortita y así, al caer la noche entrar en la Fortaleza aupados por el pueblo. Al cual luego, se le abrirán las puertas y el Paraíso.


            También estos rebeldes reciclados se pueden detectar porque dicen: La gente es moderada, no quiere broncas, por tanto ofrezcámosles un programa de asalto que no les asuste, y luego.....(luego, no saben cómo seguir, porque no son tan bobos como para no darse cuenta de que una vez en el Poder no pueden cambiar sus promesas y sacarse de la manga la Revolución Escondida, puesto que se enfrentarían así, y a la vez, a sus votantes-por engañarles- y al Poder- por ir frontalmente contra él-)


            Pero ojo al parche. Que no sólo han sido comprados, o se han vendido los políticos de oficio. También lo hacen los otros: Intelectuales-de los que sermonean desde los púlpitos del Poder; pensadores-de los que piensan en si mismos; filósofos-de los que dicen amén-; profesionales de prestigio-de los que te cobran un ojo de la cara ejerciendo su profesión liberal-; curas-de los que viven como Dios gracias a Dios, o Alá o llamémosle Money-; o los jerarcas de los cuerpos armados, etc. Es decir, toda la farándula del Régimen, que se han apartado de la política de boquilla, diciendo que son apolíticos, para hacerla mejor, ¡a traición!..


            Porque esa es otra. Si la técnica del Poder es que no haya más políticos que los profesionales, porque así los tiene bien controlados, resulta que le da un resultado perfecto su filosofía de desprestigiar la actividad política, para que así, gente de valía y tronío pueda decir, sin caérseles la cara de vergüenza, que ellos no militan en ningún partido porque no les gusta depender de nadie y sí ser libres. ¿Son libres en su burbuja de presunto apoliticismo? Si así fuera , todos seríamos apolíticos.   


           Cuando alguien, voluntariamente se aparta de la actividad política que supone el asalto diario al Castillo, está haciendo política como una casa, pero la peor, la política, que dicta el dictador, que es alguien que hoy en día, vive en el castillo, rodeado de expertos  por todas partes menos por una, llamada ejército.




¿Hay vida inteligente en la política?


                                                           Entrando en el desenlace sinteticemos lo expuesto.


            Quedamos en que convertidas las hembras de la especie en mujeres objeto al apropiárselas, como propiedad privada, los machos; ellas quedan obviamente anuladas para hacer política.


            Posteriormente y aprovechando el invento del concepto de propiedad privada, surge la esclavitud, es decir, también algunos machos de la especie pasan a ser hombres objeto-esclavos-que convertidos en propiedad privada de otros pueden ser vendidos y comprados. Toda esta pléyade de seres humanos pasa también a no poder participar en política, son apartados de esa posibilidad.


            Seguirá avanzando el intento sistemático y deliberado-esto es muy importante tenerlo en cuenta-de marginar a la ciudadanía de la acción política. Ahora los pobres también serán apartados del campo político por ley, mientras que al contrario, se va haciendo que sean sólo los ricos o poderosos quienes corten el bacalao, es decir, quienes hagan política. De hecho la democracia empezó dejando votar únicamente a los propietarios, varones y mayores de cierta edad.


            Y así, piano, piano, avanzó la Historia hasta nuestros días .


Pongamos ahora la lupa para ver mejor en qué consiste el juego actual. Analicemos el mundo capitalista desarrollado, pues el otro- el mundo pobre- está siguiendo el mismo camino con algunas etapas de retraso.


            Centrados en el presente ¿qué se aprecia?. Por un lado que todo el mundo vuelve a poder hacer política, opinar y decidir. ¿Porque ha triunfado la revolución? En apariencia si. Las mujeres ya no son objetos de compra-venta, no hay esclavitud, todo el mundo puede opinar de todo y proponer lo que quiera. Parece que hemos vuelto al estado políticamente ideal de la aldea-comunista de la que partimos. Esto es jauja.


            Pues no. No lo es. Hasta el punto de que podemos casi afirmar que ahora, en política, deciden tan pocos o menos que en la, nada ejemplar, era de los emperadores romanos.


            En efecto; para empezar, los poderosos, los que desde que se inventó la propiedad privada adquieren fuerza gracias a sus riquezas, son los que siguen decidiendo, mandando, haciendo política.


            Pero ¿y los políticos? Hacen de meros comparsas de sus amos, los citados (no confundir con los Secretarios Generales de los partidos). Lo cual no les crea ningún problema mental porque en el fondo trabajan en eso, en amoldar la sociedad a gusto de los poderosos. Cosa que por cierto, lo hacen tan bien, que ahora que hay libertad política- no confundir con la de verdad-el pueblo elige-votando-deliberadamente lo que quiere el Poder que elija.


            Y así las cosas ¿qué tarea desempeñan los partidos de izquierda? Pues ocupan el espacio de la sensatez. Consiste ésta, primero en considerar que su tarea es excelsa-la de los políticos electos-y que por tanto es lógico que estén bien remunerados. No caen en la cuenta de que cuando crece la cuenta corriente se deja de ser corriente, y se empieza a abandonar la política de rebelión para pasar a apreciar más la buena vida, aumentándoles la sensatez. Tanto, por cierto, que para conseguir votos del pueblo deciden pegarse a lo que según ellos quiere el pueblo-que como ha sido engañado con una filosofía conservadora quiere cosas imposibles, como que haya trabajo para todos, vivienda digna para todos, paz, sanidad, educación, justicia, etc, etc, a partir del sistema capitalista. ¿Quién no cree hoy día, con dos dedos de frente, que lo mejor para prosperar es la competitividad? Menudo sapo este de la competitividad. Hasta foie sapo nos dan en potitos los lideres sindicales con este tema. 


            Hoy  en día se elige a unos representantes que vez tras vez acaban diciéndole al pueblo que ya se arreglará su problema, que esperen, que todo es muy complejo. Ocultando que ya han resuelto-para ellos- los problemas que son tan complejos para otros.


            Vemos pues que el poder ha conseguido que los políticos no hagan política distinta a la oficial, vulgo, “pensamiento único”.


            Tenemos luego a los intelectuales que se auto-marginan de la lucha-integrándose de hoz y coz en el sistema- porque para ellos es insoportable la disciplina de partido, cuestión de peso si no aceptaran otras disciplinas más masoquistas.   


                     Respecto a la masa. Esa no participa en política aunque piense que sí. El truco para marginarla es hacerle creer que, si ha votado, si puede votar cada equis años, es  libre, y que ya ha cumplido con todo lo que tenía que cumplir en los asuntos que nos afectan a todos. Eso no quita para que si surge un problema puntual, pueda constituir  una Coordinadora o Plataforma, que al grito, de “somos apolíticos, y sólo pretendemos arreglar nuestro problema” traten de arreglarlo –(de hecho, cada vez más, estas acciones civiles exigen que en ellas no estén los partidos políticos, haciéndole el juego al Poder en su idea de que sólo se haga lo políticamente correcto por los políticamente correctos). 




La Edad  Negra        


                                     De la misma manera que existieron la Edad de Piedra, la de Hierro, Bronce ,etc, se puede considerar, sin margen de error, que estamos en plena Edad Negra. Como el carbón, porque no cabe mayor oscuridad que la que ahora se da en el panorama político. El Pensamiento Único ha infectado a tantísimos integrantes del mundo artístico, filosófico, político, intelectual, religioso, que ya el pueblo vota y quiere lo que quiere el Poder.


            Y todo esto por lo que hemos denunciado y puesto en evidencia. Pero por si aún queda algún escepticismo sobre la cuestión, repasemos las clases de políticos que nos asisten- salvo algunos, que por no responder a los cánones, en su honor no llamaremos políticos.


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Políticos de carrera: Entre estos, que se rigen por el teorema de que todo político experimenta un empuje hacia arriba equivalente a su comunión con el Pensamiento Único , tenemos dos subclases. Los manifiestamente conservadores, que hacen gala de su servilismo al Poder, pues saben que eso les reporta suculentos beneficios, y los  conservadores a su pesar o seudo-izquierda, que si fueran sometidos a un test sobre el Orden Establecido, daría como resultado, digan lo que digan, que les gusta esta sociedad. Baste ver cómo acaban diciendo que este orden hay que conservarlo porque es el menos malo de los órdenes. Si los primeros viven del Estado estos viven de la Patria, que en definitiva lo mismo es, y por tanto, tan opíparamente como sus hermanos de derecha pura.


             Otras clases de políticos son los: Intelectuales de carrera: Se trata de esa pléyade de grandes profesionales, que, cómo no, habiendo escrito un libro de éxito, o habiendo obtenido un premio mas o menos Nóbel, o siendo una figura mediática, le dicen a los mortales, desde el fondo de sus imponentes cuentas corrientes “que la vida es lucha, que quien quiere trabajar encuentra trabajo, y que con tesón y fuerza de voluntad, más un poco de igualdad de oportunidades se puede llegar a dónde se quiera”. Es decir son predicadores doctrinales de las tesis de derechas. Monaguillos del Pensamiento Único.


            Pero estos no están solos: En la otra cara, de la misma moneda-del Pensamiento Único-están los de la misma especie social, pero cuyo discurso consiste en repetir el catecismo de la izquierda-aunque eso si, tras haberlo purgado de todo lo dicho por quienes fueron baluarte de las revoluciones. Son partidarios de entrar en el Castillo del Poder, y luego, cuando ellos lo hayan tomado y tras un tiempo prudencial, sin algaradas, ni revoluciones, abrir las puertas y que entre el pueblo, eso si, en orden y aceptando las Leyes del Capital, que al parecer bien aplicadas-con alguna reforma- no serían tan malas y nos permitirían a todos vivir como Dios


          Apolíticos de carrera. Echan peste de los políticos profesionales, pero votan a la derecha o la izquierda sensata. El término apolítico de carrera les viene de que saben que se hace mejor carrera, en lo suyo, sin significarse demasiado o nada, en el mundo partidista. Es decir, no se pringan para llegar limpios al despacho soñado (si tienen ya uno sueñan con otro). Los apolíticos de carrera se subdividen en los estéticos-que basan su pasividad política en que siempre el mundo fue como es, ricos y pobres siempre habrá,  que el poder siempre abusará porque es su esencia y que además, si cada uno de nosotros  mejorara, el mundo mejoraría. Compartiendo mesa de apoliticismo tenemos, en el otro ala, que bien podríamos bautizar como la de los hipercríticos, a gentes de gran sensatez mental; tan grande que les pesa la cabeza y todo lo ven mal, y aún peor, saben que nada tiene arreglo- menos lo suyo.


         La mayoría silenciosa. Este político orgánico es doblemente virtuoso, pues no hay mayor placer para el Poder que comprobar, con satisfacción, que la mayoría es silenciosa, es decir que no dice ni pío, es decir que libremente opta por no entrar en política.


En realidad no son políticos, pero como tienen derecho al voto y lo ejercen, lo son a su pesar. Ocurre sin embargo que como usan mal el voto, siempre apuestan por mantener el orden que les encadena, son políticos contra si mismos.. Pero claro no hay que concebirlos como los políticos ya descritos. Pero entonces ¿por qué se citan? Para que quede en evidencia cómo el Poder ha  conseguido lo que se propuso desde el primer día en que decidió seguir en él; apartar al mayor número de gentes de la tribu de la participación política, para así ser él sólo quien decide y manda. Y lo está consiguiendo.


            Pero siempre quedará alguien o muchos álguienes, que quieran romper la baraja, y no porque no guste el juego político, sino por todo lo contrario, porque la baraja está marcada. ¡Por el arma de Viriato!, qué buena tesis doctoral la que estudie el método de elección en las democracias avanzadas y haga evidente, de una vez, que no es que los Poderosos controlen los medios de comunicación -que si-; no es que los creadores de opinión a quienes se deja predicar sean los que quiere el Poder-que también-; no es que haya enchufes y leyes que favorecen a los poderosos-que por supuesto-; es que el mero hecho de elegir a los representante políticos del pueblo, está contaminado, trucado, preparado, para que nunca salga a la luz la verdadera voluntad popular; no vaya a  ser que alguna vez el pueblo vote lo inadecuado. Aunque para eso, en la baraja marcada y trucada del juego democrático, no se olvide, el Poder tiene el comodín de los poderes fácticos.  Faltaría más.




En definitiva, el drama de la política está en que, a día de hoy.  los únicos foros donde se hace política de rebelión y desorden son los de los  monologuistas del Club de la Comedia. En los demás, o le piden peras revolucionarias al olmo capitalista o simplemente lo riegan; porque para ellos reza lo de que, “a quien a buen árbol se arrima buena sombra le cobija”, y para esa siesta, como el árbol del capital, ninguno .


            Despedida: La inteligencia natural de los lectores de Duererías habrá entendido que, tras esta crítica destructivo-constructiva,, lejos de hacerle el juego al Poder espantando a la gente-como él desea-de la política, lo que se busca es que se repare en el espanto que supone no hacer política. ¡Menudo sapo!. 

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