viernes, 17 de octubre de 2014

LOS LADRIDOS DEL ÉBOLA: EXCÁLIBUR


LOS LADRIDOS DEL ÉBOLA: EXCÁLIBUR

Que el Tercer Mundo parezca inmundo es un objetivo de los Poderoso de la Tierra. Así, nosotros, por mal que estemos, siempre  “daremos gracias a dios” al comparar.

Eso explica que habiendo aparecido el ébola en África, hasta ahora apenas se hablara de él y sobre todo que no se movieran los recursos del Mundo Rico para acabar con esa peste.

En esto la Orden Religiosa San Juan de Dios pide permiso para traer dos misioneros enfermos de ébola a España. Necesitan una autorización porque saben que portan un virus peligroso.

El Presidente Rajoy no sólo concede el permiso sino que decide “repatriarlos” (que un español regrese a su patria no es una repatriación, salvo que sea el Estado quien asuma todos los gastos de ese regreso).

Confirma esto que durante la polémica sobre quién pagaría los aviones de guerra que los traían, etc, el Presidente español dijo muy solemne que el Estado por supuesto.

Esa decisión completamente interesada desde el punto de vista político (quedar bien con toda la comunidad de buen corazón, y sobre todo la católica, y máxime si luego se curaban, eran una apuesta electoralista).

Y aquí empiezan a urgir las destituciones o dimisiones en su caso.

Si el Sr. Rajoy ordenó la repatriación sin consultar sobre los peligros de la operación, debe irse ya. Y ello porque la teoría científica más extendida sobre el ébola es que, de momento, al no haber medicinas, ni vacunas, aún,  y producir  una mortalidad de porcentaje elevado, la primera profilaxis es que no se expanda por el mundo. Con lo que por tanto, quien permitió la repatriación de enfermos  obró contra la opinión de la comunidad científica.

Si el Presidente de España consultó con su Ministra de Sanidad sobre los peligros del traslado de los misioneros y esta le dijo que el “riesgo era cero”, es ella la que debe dimitir. Pero también él, por designar para puesto tan delicado a una incompetente.  

Si ella por el contrario, asesorada, le dijo la verdad, que el riesgo nunca es cero; Rajoy debe dimitir por anteponer sus intereses personales (quedar bien si todo salía bien) a los de los españoles, jugando a la “ruleta rusa del contagio”.

Si quería mostrar solidaridad de corazón, debió enviar a la tierra donde estaban esos misioneros, equipos de sanitarios e incluso instalaciones hospitalarias, para atenderlos allí, a ellos y a todos, con lo que de paso estaríamos luchando por nuestros semejantes donde hay que luchar, en el foco de la epidemia.

Qué luego un Consejero de Sanidad se haya convertido en el mejor cortafuegos de las responsabilidades de Rajoy y su Ministra, sólo certifica lo equivocado de la medida de repatriación, tomada por chulear y ganar presuntos votos.

Siendo el remate de todos estos errores, que esperemos no acaben en horrores, lo de matar al perro de la infectada para dar la sensación de que se controlaba todo.

Qué curioso que para acabar con el terrorismo islamista se decida ir a matarlos allí donde están (España acaba de enviar 300 soldados a Irak) y para combatir una enfermedad de momento peligrosa no muevan  un dedo los Poderosos para ir a combatirla allí donde está.

Paco Molina. Zamora-16 de Octubre del 2014

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