lunes, 22 de mayo de 2017

MARX Y LENIN SE EQUIVOCARON.


MARX Y LENIN SE EQUIVOCARON.

Carlos Marx, si hubiera nacido en la actualidad, sin duda habría sido diagnosticado como niño con altas capacidades (vulgo persona superdotada).

Marx vivió en el Siglo XIX. En ese siglo, la ciencia (y la revolución industrial consecuencia de ella) multiplica la aparición de máquinas y la creación de riqueza.

Sin embargo, a Carlos Marx lo que le choca y llama la atención, es que cuanto más rica era la sociedad peor vivían sus gentes. Cuestión que también se daba a nivel mundial.

¿Cómo es posible que si se producían más bienes materiales y con mayor facilidad, resultara después que la gran mayoría de los ciudadanos (los obreros) cada vez vivieran peor o en todo caso, igual de mal?.

Es a raíz de ese problema, que se plantea así mismo, por lo que comienza sus estudios sobre este asunto, que culminarán en su conocida obra “El Capital”.

Siendo la conclusión que esa injusticia (la de que quien produce la riqueza con su trabajo, en la fábrica o en el taller o en el surco de la tierra, sea quien peor vive) es porque los medios de producción y la tierra como tal, son propiedad de un particular (el capitalista) y no del conjunto de la sociedad, y menos de los trabajadores.

Para que se entienda mejor, reparen ustedes en que cuando la Humanidad descubra una vacuna o medicina eficaz contra el cáncer, no va a ocurrir que así sea.

Porque resultará que tal descubrimiento se hará en los laboratorios de una empresa (que es de un particular, de un empresario) y ese descubrimiento, que en sí sería un bien para todos, pasaría a ser sólo un hallazgo (que aunque lo descubrirá un obrero) sería propiedad del capitalista dueño de esa empresa (y de lo que hagan sus trabajadores, por muy científicos que sean).

Y por tanto, la vacuna contra el cáncer será de quien la pague y no de quien la necesite.

Tras todo lo dicho y llegados aquí, el señor Marx (en compañía de otro genio, Federico Engels) concluye la teoría de que la solución a los problemas materiales (o sea, económicos) de la Humanidad, es que los medios de producción (fábricas, tierra y maquinaria) no puedan ser propiedad de unos particulares (con intereses privados) y sí que lo sean del conjunto de la Humanidad (o de cada nación o sociedad, poco a poco).

Ahora bien, Marx, Engels, y pasados unos años Lenin (en este año se celebran los 100 de la revolución soviética que él lideró) hacen este razonamiento:

1.-Si lo bueno para la gente es que los medios de producción no sean de los capitalistas (empresarios privados que sólo aspiran a multiplicar su dinero) habrá que quitárselos y que pasen a ser de todos.

2.-Para quitarles los medios de producción debe de ser el Estado (conjunto de la sociedad) quien lo haga, después de decidirlo democráticamente.

3.- Pero claro, los propietarios de los medios de producción (que encima son los poderosos de cada país y por tanto de la Tierra) no van a acatar por las buenas que se les prive de sus posesiones y se van a oponer a ello con toda sus fuerzas (y todas sus armas, incluidas las de la compra de lacayos).

4.- En consecuencia, durante un periodo más o menos dilatado, habrá que hacerles entrar en razón poniéndoles al Baño María (en cálido remojo) mediante la “dictadura del proletariado” (democracia trucada a favor de los que tienen menos, en contraposición con la actual, que está trucada a favor de los que más tienen).

Esos 4 puntos (el dar por hecho que los capitalistas están dispuestos a morir con las botas puestas, puestas en los pies de otros a los que comprarán, para conservar lo suyo) y las circunstancias posteriores, parecen dar la razón a Marx y Lenin porque:

*La misma revolución bolchevique ve revolverse contra la clase obrera al Ejército Blanco, en lo que derivo en una Guerra Civil.

**Tal proceso se repitió inexorablemente en varios lugares:

En indonesia los marxistas ganan unas elecciones democráticas y  se llevó al país, por parte de los poderosos, a un golpe de estado que acabó con ellos (a cuchillo limpio).

En España una tímida, y no expropiadora, República Democrática (la 2ª) derivó en otra Guerra Civil, financiada, en cuanto a los sublevados, por los que teniendo privilegios no los querían perder.

Podemos ahora saltar a Chile, donde Salvador Allende gana democráticamente (con una coalición de partidos) y los ricos deciden poner orden como es tradicional en ellos, con un golpe  de Estado (que si triunfa, fusila, y si fracasa se transmuta en una cruel guerra civil).

En Argelia, hace bastantes años, ganan, si no los Hermanos Musulmanes (que no lo recuerdo) si su primos, y los Poderosos de la Tierra desestabilizaron el país para que lo que había querido la democracia no lo disfrute el hombre. Lo mismo hace poco en Egipto.

Es decir, estos someros (pocos) ejemplos daban la razón a Marx, Engels y Lenin, pues confirman que el Poder sólo es demócrata si el resultado electoral es el que ellos quieren, o por lo menos el que les garantice las ganancias (ver mi próximo escrito “La Papiroflexia, la Plusvalía y el Capital”).

Pero ay, ay; por alguna extraña transubstanciación, ahora, los Poderoso de la Tierra son unos demócratas perdidos.

Y se confirma lo dicho (que para demócratas los ricos) porque no otra explicación tiene el matar tanta gente para que en Afganistán haya democracia, en Irak haya democracia. Y en Libia, y en Siria, y en Corea del norte, y en Venezuela.

Por tanto, hoy podemos decir, con gran satisfacción, que los Capitalistas o Poderosos, son más demócratas que nadie, y si por ejemplo en España, decidiéramos que la vacuna contra el cáncer sea de todos y no de un sólo capitalista, ellos respetarían tal decisión, y no dudarían en financiar unas milicias prodemocráticas que defendieran la decisión del pueblo de 
expropiarles.

En cualquier caso, en unas décadas, la Humanidad se llevará las manos a la cabeza asombrada de que en el año 2017 hubiera unos hombres que trabajaran voluntariamente para enriquecer a otros; lo  mismo que actualmente nos sorprende que hubiera épocas con esclavos y esclavas.


Paco Molina. Zamora. 22 de Mayo del 2017

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