lunes, 26 de septiembre de 2011

Somos iguales por que tenemos los mismos instintos animales



Mucho se habla en Política de Igualdad pero no quiere verse lo evidente

Lo evidente es que todas las personas son iguales, pero no iguales en términos de productividad, ni falta que hace.

 Lo evidente es que tampoco somos iguales en términos de espiritualidad, es decir, no somos iguales porque (según dicen) tengamos un alma, que es la que nos hace estas definiciones clásicas de la igualdad  algo no encaja bien.



Las personas somos iguales porque todas (hasta las que cuentan con discapacidades psíquicas o físicas) tienen las mismas necesidades básicas, los mismos instintos básicos (ganas de seguir vivos y ganas de tener placeres sexuales) ocultado el segundo tras el presunto Instinto de Reproducción.



Pieza ésta del lavado de cerebro al que se nos somete, ya que el instinto de reproducción no existe.


Otro engaño es que se pretende que aceptemos los Instintos Básicos como Instintos de la Especie Humana, cuando estos instintos lo son de cada uno de los miembros de ella, y no de ella, que de hecho, como tal, no existe.


Que la especie humana no existe quiere decir que no siente. Que no es un ser vivo y por tanto no tiene instinto de Reproducción, ni de Supervivencia, ni de Perpetuación.


Más claro, cuando se extinguieron los Dinosaurios, ni sufrieron ellos por la desaparición de todos y menos sufrió la especie, pues ni se enteró de su desaparición.

Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina

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