viernes, 30 de septiembre de 2011

Te están estafando. Sexualmente también.


 Somos sociales por naturaleza           

Hay represión sexual aún, y mucha; tanta que bien podría


 haberse titulado este libro:”No todo en la vida es sexo...

por orden gubernativa”.

Los instintos de supervivencia y placer son los que hacen

al ser humano social por naturaleza y no otra cosa.

¿Cómo, si no se vive con otros, pueden resolverse

satisfactoriamente esas necesidades?. Por tanto, como la

política tiene que ver con lo social de las gentes, la

política debe ayudar, también, a colmar las necesidades

sexuales y no limitarse a proponer soluciones

individuales que son una estafa:

¡LA ESTAFA SEXUAL!.

Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina

miércoles, 28 de septiembre de 2011

¿Por qué no hay libertad sexual?



¿Por qué no es un bien público la libertad sexual?



Si para ayudar al Instinto de Supervivencia, se entiende perfectamente que lo imprescindible en ese campo debe ser de todos y utilizarse a favor de todos, por qué, sin embargo, no se atreve la razón a razonar igual respecto del otro instinto.

El Instinto de Placer es tan fuerte y persistente que estamos ante un Instinto Básico y Vital, entonces ¿por qué no se le respeta y protege como al otro?


Los de supervivencia y placer son instintos porque todos los individuos de la especie los sienten. Y son básicos porque son los únicos que son comunes a todos.

Del de Placer surge la necesidad universal de vivir relaciones sexuales abundantes y variadas.


Y sin embargo, ese vivir plenamente, es lo contrario de lo que ocurre y de lo que desde el Poder se nos pide que ocurra.

Hay que romper este esquema. Si vivir el placer sin restricciones supone satisfacer una necesidad básica, corresponde a toda sociedad colaborar a que así sea.

No debe limitarse la libertad sexual a tolerar simples desahogos, como el esquema de familia con cuernos, tan en auge. Porque ojo, eso es lo máximo permisible y como excepción, ya que en realidad si todo va bien y eres como Dios manda (qué cosas manda) dicen,
te enamorarás y enamorarás a alguien, de forma tan milagrosa
que ya no te importará ni una relación más 
, y agárrate, ese ensimismamiento os va a
durar toda la vida, a ti y a tu amor. Osú.

Del libro LA ESTAFA SEXUAl de Paco Molina

Nos han robado hasta el deber de trabajar



Razones para tener que trabajar



Entender que los instintos individuales, de supervivencia y placer, son lo básico, nos ayuda a comprender la vida mejor.


El Instinto de Supervivencia nos fuerza a tener que trabajar para conseguir protegernos (búsqueda de salud, vivienda, alimentos....) y también y por tanto, a desarrollar un sistema de enseñanzas para aprender a hacerlo mejor (creando más con menos esfuerzo). Es de este instinto del que surgen una serie de necesidades que por derivarse de un instinto básico hay que considerar básicas.


Pero el Poder, mediante su cultura, ha borrado del Horizonte la explicación de por qué tenemos que trabajar y ha colocado en su lugar la mentira de turno, consistente en este caso en hacernos aceptar que trabajamos para ganarnos la vida.


Lo cual, dramáticamente, ha acabado por ser así, pues el sistema, en su crueldad, margina a un numero multimillonario de gentes que sí querrían colaborar en crear una sociedad más protectora y afable. (No confundir con más productora y competitiva).


La vida ya está ganada desde que nacemos, por tanto sólo hay que trabajar para conservar la propia y la de todos. Luego el trabajo debe ser un deber y no un derecho, y mucho menos un bien escaso por el que hay que competir para conseguirlo. Despreciar esto que alguien llamará utopía por la miopía de creer que el sistema actual es racional y duradero (dura porque se apoya en la violencia) es un error trascendental.


El Poder le ha robado al pueblo el orden natural de las cosas y al convertir el trabajo, de un deber cuyo premio es el placer, en un derecho por el cual hay que luchar para ganarse la vida, ha instaurado una organización social  que va contra las leyes de la naturaleza, dando por tanto lugar a una sociedad enfermiza. (Cuyos síntomas son las numerosas clases de violencia, individual o colectiva, que se producen sin cesar)


La izquierda, que es hija del instinto, los sentimientos y el razonamiento, deduce bien cuando considera que en toda sociedad lo fundamental para garantizar el éxito del Instinto de Supervivencia es que sean de todos y para todos, aquellas cosas que nos protegen en conjunto y por tanto individualmente, es decir, lo que hoy en día se llaman servicios públicos: Sanidad, Educación, Comunicaciones, Centros Productores de Energía, Planificación de la Producción de Alimentos, Banca mientras se funcione con Dinero, Transporte, Naturaleza, Etc.


     Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina

lunes, 26 de septiembre de 2011

Somos iguales por que tenemos los mismos instintos animales



Mucho se habla en Política de Igualdad pero no quiere verse lo evidente

Lo evidente es que todas las personas son iguales, pero no iguales en términos de productividad, ni falta que hace.

 Lo evidente es que tampoco somos iguales en términos de espiritualidad, es decir, no somos iguales porque (según dicen) tengamos un alma, que es la que nos hace estas definiciones clásicas de la igualdad  algo no encaja bien.



Las personas somos iguales porque todas (hasta las que cuentan con discapacidades psíquicas o físicas) tienen las mismas necesidades básicas, los mismos instintos básicos (ganas de seguir vivos y ganas de tener placeres sexuales) ocultado el segundo tras el presunto Instinto de Reproducción.



Pieza ésta del lavado de cerebro al que se nos somete, ya que el instinto de reproducción no existe.


Otro engaño es que se pretende que aceptemos los Instintos Básicos como Instintos de la Especie Humana, cuando estos instintos lo son de cada uno de los miembros de ella, y no de ella, que de hecho, como tal, no existe.


Que la especie humana no existe quiere decir que no siente. Que no es un ser vivo y por tanto no tiene instinto de Reproducción, ni de Supervivencia, ni de Perpetuación.


Más claro, cuando se extinguieron los Dinosaurios, ni sufrieron ellos por la desaparición de todos y menos sufrió la especie, pues ni se enteró de su desaparición.

Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina

domingo, 25 de septiembre de 2011

Los gobiernos temen el sexo


El factor común de todas las políticas


Sí, el factor común de todas las religiones es la represión sexual, pero vemos que algo análogo ocurre con las políticas aplicadas por los distintos gobiernos.


Las noticias sobre algún caso diferente y libre, como el que se dio en el primer periodo de la Revolución Bolchevique, según indicó William Reich, reafirman la tesis, pues estamos ante un régimen ateo; o sea, sin Dios que valga.


Parece como sí, cualquier Poder, al tratar de perpetuarse y mantenerse en el lugar que le corresponde, estuviese convencido de que lo bueno para él ha de consistir en prohibir la “satisfacción indiscriminada” del instinto de placer de cada persona

Condicionando por ley los desahogos de ésta a los limites que establece la familia.


Contraponer a esta evidencia la libertad de ligue en los no casados, o de los casados entre divorcio y divorcio, o en determinados mundillos, hay que entenderlo al pie de la letra. Se trata  precisamente de eso, de mundillos, o sea micro minorías sin
relevancia comparadas con lo que es un problema de toda la Humanidad.


De la misma manera que hay que destacar que si hay miles, e incluso millones de personas, que se lo han montado bien, eso ha sido a base de saltarse las normas a la torera y a un continuo caminar por el filo de la navaja: Teniendo que entrar en un ambiente cerrado y especial, o teniendo que llevar una doble o triple vida, o teniendo que hacer sufrir a alguien, o perdiendo la reputación, o todo a la vez.


Si alguna vez algún Gobierno ha permitido y recomendado la libertad sexual, o ya se lo han cargado Poderes Mayores, o por estar fuera de lo Políticamente Correcto y del Pensamiento Único, tiene sus días contados.

Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina

jueves, 22 de septiembre de 2011

La recompensa por trabajar debe ser el placer


El salario por trabajar es el placer sexual

Si la lucha por la supervivencia supone tener que trabajar; también es cierto que luego, en el instinto de placer, una vez colmado, está la recompensa o premio por ese trabajo. Entonces, por la misma regla de tres invertida, resulta evidente que si se anula o atrofia el Placer, resulta más fácil que la maquinaria de cada persona sea más débil para aceptar morir por esto, lo otro o lo de más allá, cuando así se lo pida quien manda.

Por si se entiende mejor, sirva este ejemplo; de la misma manera que le resulta más llevadero ir al paro a quien le están pagando una miseria en el trabajo, por lo mismo le resultará más fácil aceptar la muerte si previamente le han podado el mayor placer de los que existen.

Del libro LA ESTAFA SEXUAL  de Paco Molina.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Religiones y sexo



La mística de la obsesión sexual

Basta con aceptar la tesis contraria para dejar en evidencia la teoría de que el ser humano nace con ombligo y además con un cierto sentimiento religioso.

Aceptemos ese absurdo un rato. 

Nos estamos creyendo que todos nacemos con un cierto sentir de carácter religioso. Vale.

 Sin embargo, hay varias religiones: Entonces ¿cuál es la Verdadera? Respuesta, moderna y ortodoxa, todas son la Verdadera porque lo que cada persona requiere es una conexión con Dios, y como éste es Espíritu cada cual lo ve a su manera. Magnífico, y ahora, cuéntesenos ¿por qué todas las religiones coinciden en el mismo fenómeno, el de la represión de lo sexual? ¿Por qué? Y ¿por qué en todas las religiones la represión citada se ceba en mayor medida en las mujeres? ¿Tiene ese Dios algún problema sexual? (Evidentemente sí, el mismo problema sexual de quien lo inventó).

Qué casualidad pero: Resulta que todas las religiones prohíben el sexo o los placeres derivados de él. Todas disculpan la guerra y respetan la  propiedad privada. Todas favorecen al macho de la especie, y todas crean súbditos obedientes que entienden las virtudes del sacrificio, la familia y lo necesario que es dejarse guiar por los que mandan, para  así no meterse en líos en esta vida y alcanzar luego, en el más allá, en el Futuro, otra mejor.

En definitiva, todas las Religiones (al menos las que han sido permitidas y patrocinadas por el Poder de Turno) tienen como misión fundamental la de favorecer un lavado de cerebro de los fieles-súbditos, para que estos estén en condiciones de obedecer mejor y hasta extremos increíbles (como morir por el Jefe o las Ideas del Jefe, que lo mismo es).

Y para todo eso, el anular o amortiguar o demonizar el instinto de placer es fundamental. De esta manera es más fácil luego moldear al individuo para que esté dispuesto al sacrificio máximo, la muerte. O sea a la renuncia del Instinto de Conservación o Supervivencia. Que el truco sea que le pidan matar por la Patria en vez del morir por ella, todo el mundo entenderá que es la misma cosa ¿no?.

Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina.


La sobredosis de religión crea adictos fácilmente.


La sobredosis de religión crea adictos fácilmente.

Aclarado ya que lo de la diversidad es defecto y no virtud, que es tragedia y no enriquecimiento, carguemos contra la idea de que es

innato al ser humano un cierto sentimiento religioso.



Medítese. ¿No es cierto que el presunto hecho religioso se incita e inocula desde todos los rincones? Repasemos: Se le pone al ser humano el nombre de un santo. 

Si se salva de eso, oirá que sus padres son creyentes. Si tampoco eso ocurriera, descubrirá que vive en una calle, en una ciudad o en un país que tiene una historia religiosa. 

Si aún así fuera escéptico, descubrirá que hay un Estado religioso (el Vaticano) al que los demás países respetan; aún más, verá que a todos les enseñan religión o religiones, y os de todas las organizaciones religiosas se les que para cualquier acto grandioso (una guerra) o privado (una desgracia) se invoca el nombre de Dios, de Alá, o de Buda. 

Cada uno en la versión que sea, que ya se han encargado los Mandamases de que haya Dioses, Caras de Dioses o interpretaciones de Dios, para todos los gustos. 

Pero sí ¡hasta las fiestas laborales! son, casi todas, de índole religiosa; sí hasta a los liberados llaman en vez de liberados, sacerdotes. 

Y podríamos seguir, ejemplo tras ejemplo,
poniendo en evidencia 

esta propaganda indirecta en pro-del-hecho-religioso.


En consecuencia, ¿es posible dar dos pasos en la vida sin que se tope cualquier mortal con el mensaje de que hay Dioses y que te castigan si eres malo? 

Imposible, y así es como surge la falsa evidencia. Si en todas partes tienen religión, si todos creen, si la Fe nos rodea implacable por allá donde vamos, resulta que algo tiene que haber.


El célebre, llamémosle X.


Qué fuerza tiene esa fuerza que hasta algunos ateos se dicen

agnósticos (no se plantean si Dios existe) seguramente porque es más acertada esa postura (por si las moscas ) que declararse Sin Dios, no vayan a cargársela si existiese.


Y si todo este hecho cultural, cuya intención es hacer creer a la persona que debe ser creyente por la cuenta que le tiene, es algo que se da hoy en día ¿qué decir de cómo verían las cosas nuestros antepasados cuando el que mandaba no dudaba en presentarse, él mismo, como Dios o enviado de Dios o Representante de Él en la Tierra?


Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina

lunes, 19 de septiembre de 2011

La bio diversidad si es buena, la diversidad, depende



No confundir diversidad con biodiversidad.



Suele caerse también en el error de considerar la diversidad (de lenguas, de culturas, de religiones) como algo que enriquece a la Humanidad. 

Cuando exactamente ocurre lo contrario, que empobrece;


en cuanto que atonta y quita libertad. Pues ocultan, todas

esas diversidades (en el fondo la misma cosa) la libertad que no tiene el pueblo.


Chocante que se aplaudan estas variedades y no la variedad en el número de relaciones sexuales, e incluso la variedad dentro de la misma relación.


El que haya tantas lenguas y religiones nunca ha sido cosa buscada por las gentes  sencillas.

Toda esa variedad de cosas, que surgieron a la fuerza y no fueron queridas por el pueblo, son un incordio, pues contribuyen a generar el espejismo con que el Poder Conservador vende el concepto de libertad. 


Sí, porque se pretende hacer creer  que si hay muchas culturas hay mayor libertad, e incluso se nos engaña haciéndonos creer que al poder elegir entre muchas cosas, esa elección, nos hace libres.


Cuando, sin embargo, eso son señuelos que ocultan la verdad

: Que no hay libertad; pues no se permite a la persona saciar sus instintos básicos: supervivencia y placer señuelos peligrosísimos, porque hasta los intelectuales mismos creen que la no pluralidad es la uniformidad y por tanto la pérdida de libertad. Lo que no es así.


Ya que tantos contraponen el término uniformidad contra la propuesta expuesta de que la variedad de lenguas, religiones y culturas es más bien un inconveniente que una ventaja, combatamos su argumento.

Dicen desde sus púlpitos (que no tendrían si dijeran otra cosa), asustándonos:“si no hay diversidad se impone la uniformidad, o sea la falta de libertad, y encima ¿qué uniformidad vendría tras la desaparición de la variedad? ¿qué cultura?”.


Bueno, pues ya que recurren a esa palabra militarista, para defender su idea, resuélvase el debate hablando de uniformes.

Dicen que es más enriquecedor que haya 1000 personas, de las cuales 200 lleven el uniforme rojo, otras 200 el azul, 200 nuevas el verde, etc.

Es decir, que si tenemos 5 ejércitos con 5 uniformes distintos y con doscientos fieles y devotos cada uno, eso es más enriquecedor que el que sólo hubiera un uniforme para las mil personas.

Pues no. Aclárese antes que nadie defiende que haya un sólo ejército, un sólo uniforme y una sola cultura.

Lo que se defiende es que no haya ningún uniforme (ni militar, ni religioso, ni cultural) es decir, lo que se pregona es la ventaja de que las mil personas estén desnudas.


Que estén desnudas y no que lleven el mismo uniforme, eso es lo que se postula.


Y qué bien viene la parábola, porque así, para empezar, se sentirán más libres, y además se verán más iguales (rematadamente iguales) y vivirán plenamente una atmósfera de sensualidad, es decir, estarán en el pórtico de la gloria.


Pero, de nuevo la parábola elegida vuelve a ayudar al máximo a la explicación.

Pues observen ahora, los más exagerados defensores de las diferencias secundarias, cómo, por arte de birlibirloque, resulta que las personas, estando desnudas, son más distintas unas de otras que estando uniformadas, incluso aunque lleven distintos uniformes.

Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina.