martes, 30 de diciembre de 2014

OCHO APELLIDOS ROJOS


OCHO APELLIDOS ROJOS.

Advertencia: Para mejor entender este texto es bueno haber visto la película “Ocho apellidos vascos”, o en todo caso saber que el argumento de la misma es la historia de un padre (vasco) que naturalmente quiere lo mejor para su hija, y eso sólo puede producirse, considera él, si su futuro yerno fuera vasco al cien por cien.

En 1917 triunfa la llamada revolución bolchevique. Su líder, Lenin, muere muy pronto (un atentado que le hiere y una complicación en su salud hacen que solo gobierne unos 5 o 6 años).

Para los que creemos que los líderes es mejor tenerlos que no tenerlos, esa brevedad (murió con menos de 60 años) fue mala para el recién estrenado proyecto comunista.

A la hora de sustituir a Lenin, aunque éste había advertido sobre lo negativo que podría ser Stalin, los más rojos, los rojos fetén, impusieron a éste contra Troski, que a la postre demostró ser mejor revolucionario y preferible persona. (El otro mandó asesinarle en Méjico a pesar de que ya no pintaba nada que no fuera su molesta presencia marxista que cuestionaba el poder de Stalín).

Cuando los barbudos de Fidel Castro desembarcan en Sierra Maestra y hacen emerger la guerrilla que acabaría con la Dictadura Brutal de Batista, el Partido Comunista Cubano no ve la acción con buenos ojos. Como buenos rojos dirían “ya están los burguesitos jugando a la revolución”. Ellos sí que eran rojazos

En los años sesenta estalla la Primavera de Praga, encabezada por marxistas heterodoxos. Son aplastados porque los rojos, rojos, rojos del Partido, saben lo que hay que hacer, siempre saben lo que hay que hacer.

En el Mayo Francés de 1968, aquel levantamiento popular de obreros y estudiantes, el Partido Comunista francés, sin duda iluminados por el rojo de sus apellidos (sabían lo que había que hacer si se era rojo de verdad) decide colaborar para que el levantamiento aborte. Y abortó.

En el año 2014, ante un país desolado por el Gobierno de un PP que escribe las leyes al dictado de los poderosos, un mindundi llamado Pablo Iglesias propone unir a las fuerzas de la izquierda ante las próximas elecciones europeas, con una sola condición: que la lista se fragüe en unas primarias abiertas.

Ante eso, de nuevo, lo mejorcito del rojerío, los que tienen ocho apellidos rojos, tomaron la decisión de “hacer oídos sordos”.

Es cierto que hay un libro de Lenin que se titula ”Un paso adelante y dos atrás”, pero sospecho que, además de la portada, tiene más páginas.

Ante esta ristra de pasos equivocados cabe preguntarse: ¿Cómo hacen su árbol genealógico los compas rojos de verdad? Parece que con mucha fantasía, porque en la práctica parecen más el freno de mano que el acelerador.

NOTA final: El factor común de todos los "rojos conservadores" era que tenían algo que conservar, o sea estaban instalados en el sistema

Paco Molina-Zamora-31  Diciembre del 2014


2 comentarios:

  1. Gracias compa por la audacia, la sinceridad y la fuerza de tu artículo. Los ríos solo se forman cuando las aguas de los diferentes afluentes se encuentran, confluyen y al final son el mismo río. Un abrazo, salud y risas!

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  2. "Pues amarga la verdad hay que echarla de la boca". Aunque yo creo que esto ya lo dijo otro. Un abrazo compa

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