PRESENTACIÓN
DEL ESPECTÁCULO “EL TERCO DE ZAMORA”, EN
LA FERIA DEL LIBRO. Teatro Principal.
No sabemos si estas
ferias de los libreros venden todas sus existencias, pero lo que es seguro es
que debían vender su existencia, y venderla a los campesinos, puesto que sacar
los libros a la calle y llover, ¡¡todo
es uno!!.
Y tras esto, esto
otro:
En esta feria (no
del libro) sino de la vida, que es la existencia, parece que la gente lee
mucho, pero…no lee apenas.
Hoy día se prefiere
leer:
-En los ojos de una
mujer antes que en las páginas de un evangelio.
-En las manos de
hombre antes que en las páginas de la sonrisa vertical.
-En las caderas
cimbreadas por un baile antes que en la novela policiaca.
-En el misterio de
un paisaje antes que en las páginas de un periódico.
-En las cavernas de
la envidia mejor que en los libros de caballería.
-En el fuego de un
desnudo antes que en las novelas del romanticismo.
Tal vez por eso se
lee poca letra impresa, porque hay mucho que leer en letra viva.
….y en esto se comete
un error…¡creer que porque la vida da más, hay que renunciar a la lectura!.
El razonamiento
correcto es precisamente el contrario:
¡¡¡Porque hay que
leer mucha letra viva, hay que leer mucha letra muerta!!!
Por ejemplo, solo
leyendo mucho se puede saber a qué acontecimiento se debe el que los
ojos-de-una-mujer-brillen-en-agua.
Porque sólo en los
libros está escrito, que ello puede deberse a una emoción de amor, a una
emoción de ternura, a una emoción de dolor o a que se le ha metido una
carbonilla en el ojo.
Ahora bien, la queja
está en no hay tiempo para leer. Que la tele emboba y roba los ratos.
No hay que preocuparse.
Para leer siempre hay tiempo…sin ir más lejos, uno de los mejores momentos para
coger un libro son esos instantes (tiempos muertos) en que se está ante el
televisor.
Si, esa es una gran
oportunidad, porque en realidad a la pantalla solo hace falta mirar a ratos, y
esos te los indican (por ser los buenos) con subrayados musicales.
Pero..¡si hasta en
los programas de humor te dicen cuando hay que reír!
Leed pues mientras
veis la tele.
Pero…¿y para qué sirve
la lectura?. Pues para todo…por ejemplo, para ligar (no vamos decir cómo).
Así que leed y “multiplaos”.
Y si no, sobre lo
buena que es la lectura, reparad en esto:
Las mujeres, que son
más inteligentes, intuitivas y cultas que el hombre, leen en mayor cantidad de
lo que hace éste. Y eso es porque ellas saben que en ese mundo de la
imaginación, que hay detrás de cada frase, está la propia vida-rebotada del ser
humano.
La vida que todas y
todos necesitamos, ¡¡¡La vida llena de vidas!!. La victoria sobre el
aburrimiento.
¡¡Hay pues que leer libros
para mejor escribir el libro de la vida!!
Pero si no les hemos
convencido y van a seguir en huelga de libros caídos, nosotros aquí les vamos a
leer uno, y con los 5 sentidos.
EL
TERCO DE ZAMORA , como cosa especial.
Todo viene de que
uno de nosotros escribió un “romance de ciegos”, que cuenta
una-historia-de-amor, cuyo hecho y lecho coincide con uno de los momentos más
conocidos y vitales de la existencia de esta ciudad.
El mencionado sujeto
atiende por Molina (y el burro delante para que no se espante).
A partir de aquí, el
que dice ser y llamarse Paco Guarido, le da un soplo de vida a lo escrito, y con
sus dibujos le dice al Terco: “¡Levántate y anda!”.
Y nació un libro.
Después y entonces, ahí
aparece Pablo Tobal, gran aficionado a la música; que cogido a la guitarra, y
la flauta, con Luis Méndez, se ponen a jugar con los versos, con las estrofas,
con el RE mayor, el MI bemol y el DO de pecho…
Y cuando dan éste,
consiguen una brillante comunión: entre unas letras no escritas para ninguna música,
con unas músicas no escritas para estas letras.
(Pero si ocurrió,
que lo uno se escribió para gente sencilla, y lo otro se coreó y cantó por las mismas
gentes).
Pablo y Luis, con su
intuición y sus arreglos, han creado algo nuevo, que ni es el texto
pre-existente, ni la música conocida; es lo especial que van a oír.
Más, como nada es
perfecto se le siguió haciendo la cirugía estética a la nueva criatura, y la de
nombre Chelo Rivera, la embelleció con su voz y el complemento de los acompañamientos.
¿Ya estaba todo? No,
faltaban dos cosas, necesarias para tratar de seducir y salir por esos mundos.
Una, el perfume, ese
toque de fragancia y aire fresco que hace todo más sugestivo. Esa esencia,
imprescindible en el Terco-de-Zamora-musical, la pone y se debe a la voz de Laura.
¿Y la otra cuestión,
necesaria para salir-al-ruedo-, cuál es?
Narrar la historia.
(Algo difícil porque, como verán, el romance ni es lírico, ni es épico, ni es poético,
ni es prosaico).
Para ello se
atrevieron con el mihura Manoli Pérez Martín, toda valentía, fuerza y calidad….
Y por último, el
primero en tantas cosas, Pepe Bernal, torero de valor y situaciones difíciles.
Y esto es todo, así
que permítannos que les leamos el futuro de los próximos minutos:
“Estarán ustedes a gusto,
porque ya, aquí, ahora y en una hora….¡¡el Terco de Zamora!!.
Paco
Molina. Leído antes de nuestra actuación en el Teatro Principal con motivo del
Día del Libro de 1990, y dentro de la programación del gremio de libreros de Zamora
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